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Caoba

Caoba

Status: Terminada
Genre:Completas / Malentendidos / Reencuentro / Matrimonio arreglado / Juego del gato y el ratón / Amor-odio / Viaje a un mundo de fantasía
Popularitas:179k
Nilai: 4.9
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Cuarto libro de la saga colores.

Edward debe decidirse entre su libertad o su título de duque, mientras Daila enfrentará un destino impuesto por sus padres. Ambos se odian por un accidente del pasado, pero el destino los unirá de una manera inesperada ¿Podrán aceptar sus diferencias y asumir sus nuevos roles? Descúbrelo en esta apasionante saga.

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MALDITA CONDICIÓN

...EDWARD:...

El cuerpo de mi hermano fue enterrado en las tierras del palacio principal, cerca de los jardines, bajo un árbol inmenso y junto a la tumba de mis padres.

Mi padre, un sabor amargo me recorrió al volver a ver su tumba.

Ese hombre nunca me trató como a Guillermo, siempre lo felicitó por sus logros y sus hazañas, prefiriendo a él antes que a mí. Jugaba, reía, celebraba y pasaba tiempo con su primogénito, mientras que a mí me criticaba y reprendía por todo. Nunca lo entendí, nunca estuvo satisfecho con mis acciones y por esa misma rabia y falta de cariño, fue que me empeñé en decepcionarlo más y más.

Ahora era el único vivo de su familia. Yo, la oveja negra, estaba de pie mientras ellos descansaban eternamente.

No sentí ningún tipo de satisfacción, especialmente al recordar el día que mi padre murió.

No me sorprendió la presencia de Erick, mi antipático primo, quien se mantuvo a distancia y en silencio mientras se llevaba a cabo el entierro.

Ese sujeto era un fanfarrón y desgraciadamente era el único pariente que me quedaba, pero para mí, estaba en la lista de mis enemigos. Siempre fue como una piedra en el zapato y no solo eso, me echaba en cara que yo era una vergüenza para el linaje Delacroix.

Un abogado llegó cuando volví a la mansión.

— Lord Delacroix — Me saludó cuando estuve en el vestíbulo, dispuesto a beber una enorme cantidad de licor.

— ¿Señor?

— Soy Aron, el abogado de su difunto hermano y he venido a leer el testamento.

— ¿Testamento? No tenía ni idea de que Guillermo hiciera un testamento — Dije, con una expresión desconcertada.

— Si hubieras invertido tu tiempo en los deberes, sabrías que tu hermano hizo un testamento — Intervino Erick, acercándose.

Le dí una mirada de disgusto y volví mi vista al abogado.

— Dado que soy el único heredero pensé que no era necesario un testamento — Dije, por lo visto a mi hermano le faltó contarme cosas.

— Si, es cierto, pero su hermano lo quiso así.

— Delacroix, claramente no te mereces el título — Comentó Erick — Ya imagino la clase de lugar en que va a convertirse éste palacio y las tierras de Guillermo, con tus vicios, es evidente que harás de esto un burdel, vas a mancillar el legado de tu hermano.

— ¡Lo que haga o deje de hacer no es de tu incumbencia, primo, deja de estar metiendo tu maldita enorme nariz en mis asuntos! — Gruñí, pero sonrió abiertamente.

— Déjame decirte que esto me concierne y mucho, fuí citado por el abogado y eso a mi parecer es suficiente prueba de que mi querido primo me incluyó en su testamento — Me observó con suficiencia, ajustando el pañuelo en su cuello.

Esto era insólito ¿Cómo se le ocurre a mi hermano dejarle algo a ese idiota? A Guillermo tampoco le simpatía o eso es lo que creía, tal vez en mis años de ausencia eso había cambiado.

— ¿Es eso cierto? — Le pregunté al abogado.

— Así es, mi lord. De hecho, deberíamos pasar al estudio para leer el testamento.

Tomé una larga respiración.

— De acuerdo, adelante.

Lo invité y mi primo me siguió por los pasillos.

— Edward, Edward, Edward — Se burló Erick, alcanzando mi andar afanoso, hacía tiempo que no oía mi primer nombre, en aquellos días se había vuelto común y en la voz irritante de mi primo me provocaba romperle los dientes —La vida está llena de sorpresas ¿No lo crees? Te imaginas que Guillermo me haya nombrado duque a mí en lugar de ti.

Resoplé — No sueñes tanto.

— Ambos sabemos que yo estoy mucho más calificado para llevar el título.

— Y también que eres un ambicioso — Apresuré mi andar, con más ímpetu.

— Tu padre siempre te consideró un fracaso, Edward — Soltó, dándome donde más me dolía, me detuve y él también — ¿Cómo es qué te llamaba? Debe estar revolcándose en su tumba sabiendo que un irresponsable y vicioso a fornicar está por convertirse en duque.

No pude evitarlo, lo tomé del cuello y lo sacudí.

— ¡Vuelve a mencionar algo al respecto y te romperé el maldito hocico! — Lo amenacé, soltando bruscamente, retrocedió, apoyándose de la pared.

— No tienes más armas que la violencia, sabes que es verdad y por eso te duele tanto — Tiró de su chaqueta y se peinó el fleco de su cabello.

Seguí caminando, apretando mis puños y sintiendo enojo.

Todos me escupían lo que era, primero fue mi padre, luego mi hermano, después los conocidos y demás idiotas que se atrevían a murmurar sobre mí. Por eso había huido, porque en ese lugar todos me conocían como el fracaso de la familia Delacroix, al menos en la costa tenía un poco de respiro, podía hacer lo que se me viniera en gana y nadie me conocía, todos me creían un simple hombre de negocios, incluso Lean al principio, después le conté al conde todo sobre mí y también me observó de la misma forma que mi familia. Por eso odiaba tener sangre noble, porque al darme al conocer, mis actitudes tenían más peso y ahora tendrían mucho más.

Era un duque.

Me senté frente al escritorio y Erick se dejó caer a mi lado.

El abogado se tomó su tiempo, colocándose las gafas y sacando los papeles de su maletín.

Apoyé la cabeza de mi mano, agitando mis dedos de la impaciencia y moviendo la punta de mi bota de arriba hacia abajo, en señal de impaciencia.

— Su excelencia, el Duque Guillermo — Comenzó a hablar el abogado — Ha dejado por escrito que por derecho le corresponde el título, las riquezas y propiedades a Edward Delacroix — Me observó y me tensé, estaba acabado, mi némesis me había reclamado, Erick a mi lado tensó su mandíbula, disgustado por la declaración — Pero, con una condición — Continuó el abogado y me erguí sobre el asiento — Si en un mes no contrae matrimonio, el título y las propiedades pasarán a mi primo, Erick Delacroix — El gesto de mi primo había cambiado, me dedicó una mirada prepotente y victoriosa.

— ¿Cómo dijo? — Fruncí el ceño, no había asimilado sus palabras.

— Tiene que casarse en un mes para poder heredar el ducado, de lo contrario, el caballero aquí presente será el sucesor de Guillermo — El abogado ondeó su mano hacia mi primo.

— ¿Casarme? — Apenas y pude pronunciar semejante cosa.

— Así es ¿Tiene algún problema con cumplir con esa petición?

Erick se rió — ¿Qué si lo tiene? Éste sujeto prefiere acostarse con un hombre antes de que casarse.

— ¡Cierra la boca! — Gruñí, a punto de perder la paciencia.

— Oh, vamos, primo querido, deberías estar aliviado, ya no tendrás que asumir tal responsabilidad.

Me froté la ceja.

— Esto tiene que ser una maldita broma — Apreté los dientes, no llevaba ni dos horas de enterrado y ya mi hermano me estaba poniendo las cosas difíciles.

¿Casarme? ¿A caso se volvió loco? Yo jamás me iba a casar y mucho menos para heredar un título que yo no deseaba. No, yo no creía en el matrimonio. Había visto lo falsa y desastrosa que era la relación de mis padres, yo no quería una vida así.

— Puede renunciar voluntariamente si lo desea — Sugirió el abogado, quitándose las gafas.

Me quedé callado.

Esa sería una buena solución, volvería a mi vida.

Observé a mi primo, quien no se molestaba en fingir su satisfacción por lo que me había hecho mi hermano. Nuestra última conversación debió darme señales. Guillermo tenía la intención de acabar con mi vida libre y llena de diversión, con aquella condición que me dejaba entre la espada y la pared.

Si renunciaba, todo volvería a ser como antes, pero había un detalle, mi primo. Ese idiota siempre había ansiado el ducado y envidiaba todos los logros de mi padre y mi hermano. Si se lo ponía en bandeja de plata, él a acabaría con todo de tanta insatisfacción, si yo tenía obsesión por el placer, él la tenía por la plata.

No, no iba a dejar el ducado en sus manos.

Tampoco quería casarme, ya pensaría en una forma de librarme de semejante compromiso.

— No, en lo absoluto, no tengo porque renunciar — Me mostré seguro e impecable en mi traje negro.

— ¿Acepta la condición?

— Oh, vamos, no hace falta preguntar ¿A caso es esto una boda? — Entorné una expresión despreocupada — En un mes estaré casado y voy a heredar el título, de eso no tenga duda.

— Recuerde que sino tiene éxito, será su primo el futuro duque.

Moví mi mano con desdén.

— No tengo problema, pero le aseguro de que no fracasaré.

El abogado cerró su maletín y nos levantamos.

— Volveré en un mes, para comprobar sus palabras — Avisó cuando volvimos al vestíbulo.

— ¿Y mientras tanto qué? ¿Puedo quedarme o hay otra condición para eso? — Pregunté, llevando mis manos a los bolsillos de mis pantalones.

— Es hermano del fallecido duque así que puede quedarse aquí todo lo que quiera, cuando se cumpla un mes se verá si es usted o su primo quien será dueño de éste palacio y todas las propiedades — Se colocó su sombrero e hizo una reverencia — Con su permiso, caballeros.

Incliné mi cabeza en despedida y el hombre se marchó.

Crucé mis brazos, hacia Erick.

— ¿En serio piensas cumplir con la condición?

— ¿Lo dudas? — Elevé una ceja.

— Ambos sabemos que eres un mentiroso y que ni todas las riquezas o títulos del mundo harán que te cases, nunca dejarás de ser un mujeriego, empedernido, sucio, irresponsable...

— Deberías encontrar otros calificativos, ya que esos están tan repetitivos que empiezan a causarme fatiga — Ahogué un bostezo — Cree lo que quieras, yo tomaré el título y tú te irás con el rabo entre las piernas, tragando todas esas palabras.

Negó con la cabeza.

— No te mereces el título, ni siquiera puedes actuar como noble — Me dió una mirada despectiva.

Era cierto, yo no era un ejemplo de deber y responsabilidad, no era un caballero, tampoco el orgullo de los Delacroix.

— A diferencia de ti no necesito actuar como uno, mi sangre habla por si sola — Le enseñé mi palma, señalando mis venas.

— No vas a asumir el título, antes de que se cumpla el plazo vas a renunciar para volver a tus juergas, no vas a soportar, porque nunca vas a cambiar — Aseguró, inflando su pecho — Tu padre tenía tanta razón.

— Mi padre está muerto.

— Por tu culpa ¿No es así?

Lo fulminé con la mirada.

— No fue mi culpa. Ya deja de acusarme de algo en lo que no tuve que ver.

Elevó una comisura.

— Nos vemos dentro de un mes y espero que muestres tus respetos ante el nuevo duque.

Erick se marchó.

No, ese maldito no iba a verme derrotado, si no lograba obtener mi título como duque, le daría la razón y ya estaba harto de que me escupieran en el rostro que era el peor Delacroix nacido desde los ancestros.

Yo no iba a permitirlo, no más.

Aunque fuese un mujeriego, un fiestero y un libertino, yo era un noble y por más que lo intenté, no pude huir de eso.

Ni modo, debía sacrificar mi libertad.

Me iba a casar.

1
Jackeline Gaido
Vaya q si tiene mucho ego.
adri péraza
,😆del odio al amor jajajaja
Mariela De Los Angeles Serrano
Es estresante cuando se hacen las dignas. El orgullo muchas veces no es bueno, porque al final terminas tragándose las palabras y mordiendo tu lengua
Eleonor Baker
Ella está bien, ella salvo a Lean y a su esposo...¿🤔Porqué no aceptar tantito que ella tiene razón?
Ness_Newt
Gracias por otra de tus historias. Recomendable toda la saga
Eleonor Baker
Que hermoso diálogo
Eleonor Baker
¡Esoooo carajo bien ahí! mínimo ya están parejos
Eleonor Baker
Uhhhh... Yo ahí, aviento la espada al suelo y le grito:Yo sola me desarmo ahí está, perdí porque quise y le quitas 1° El que el sea el que mande y establezca condiciones 2° Que no aceptas que no aclare y ojo eso aplica para todo
Eleonor Baker
¡Esoooo bien ahí! El ser rudo no quita que reconozca, esos son hombres
Eleonor Baker
Y la blusa que color era?
Gloria San Martin
pero si es la mamá de Edward y el viejo Delacroix la amaba,por qué al hijo lo odiaba? seguramente la esposa lo descubrió y tuvo que echarla y culpó al bebé.Cosas que a uno se le ocurren!!!
Gloria San Martin
que metáfora más linda !
laura valentina segura rueda
Excelente historia autora gracias
sandra martin
Autora no te olvides de la historia de los hijos por favor /Pray//Pray//Pray//Pray//Pray//Pray/
Dyjhons
jajajjajajajajajjajajaja muero
Stella Santabaya
Me encantó, me encantó,me encantó 😊💕🇦🇷
Noemi Alvarez
realmente la felicito autora, cada historia de la saga estuvieron maravillosas
Marleny Rodriguez
Normal
Marleny Rodriguez
Malo
SARITA carrasco ramos
tus cuatros historias lo máximo me mantuvo prendida /Kiss/
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