En un mundo donde las brujas fueron las guardianas de la magia, la codicia humana y la ambición demoníaca quebraron el equilibrio ancestral. Veydrath yace bajo ruinas disfrazadas de imperios, y el legado de la Suprema Aetherion se desvanece con el paso de los siglos. De ese silencio surge Synera, el Oráculo, una creación condenada a vagar entre la obediencia y el vacío, arrastrando en su interior un eco de la voluntad de su creadora. Sin alma y sin destino propio, despierta en un mundo que ya no la recuerda, atada a una promesa imposible: encontrar al Caos. Ese Caos tiene un nombre: Kenja, un joven envuelto en misterio, inocente e impredecible, llamado a ser salvación o condena. Juntos deberán enfrentar demonios, imperios corrompidos y verdades olvidadas, mientras descubren que el poder más temible no es la magia ni la guerra, sino lo que late en sus propios corazones.
NovelToon tiene autorización de Kevin J. Rivera S. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Presentación y Prólogo
...NovelToon Presenta...
...EL ORÁCULO DE LA BRUJA...
...EL DESPERTANDOTAR DEL NEXUS...
...Kevin J. Rivera S....
...----------------...
...Copyright © Abril 2025 Kevin J. Rivera S....
...Todos los derechos reservados...
...Los personajes y eventos retratados en este libro son ficticios. Cualquier similitud con personas reales, vivas o fallecidas, es pura coincidencia y no está destinada por el autor....
...Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, así como su almacenamiento en sistemas de recuperación de información, su transmisión de cualquier forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros, sin el permiso expreso por escrito del editor....
...Diseño de portada por: Kevin J. Rivera S....
...Escrito y corregido por: Kevin J. Rivera S....
...Ciudad de origen: Panamá, Chiriquí, David....
...----------------...
...Prólogo...
Antes de que la historia se despliegue, antes de que la guerra marque la tierra y la magia tiemble, existe un hilo invisible que une todos los acontecimientos. Es un hilo tejido por ambición, por poder…y por destino.
Lo que leerás a continuación no es solo historia, ni leyenda. Es la memoria de un mundo que ardió, de dioses que temblaron y de seres cuyo poder desafía incluso al tiempo.
Y en medio de todo… la codicia humana se alza, insaciable, lista para desafiar a la eternidad. Es un abismo que devora la razón, una sombra insaciable que arrasa con todo a su paso. Egoísmo, arrogancia… el hombre siempre quiere más. Y cuando desea algo, ni ley, ni pacto, ni principio pueden detenerlo.
En un mundo llamado Veydrath, la magia era vida, y la vida estaba custodiada por las Brujas. Antiguas y eternas, habían nacido de la propia esencia del mundo, sin necesidad de nadie, sin depender de la carne humana. Su linaje surgía de sí mismo, por la partenogénesis, una danza de
poder puro y absoluto, libres de ataduras, eternamente autónomas.
Pero incluso la magia tiene un equilibrio.
Y ese equilibrio tiene un nombre: La Suprema.
Cada cierto ciclo, el destino engendra una nueva. Una bruja con poder inconmensurable, destinada a mantener la armonía entre el mundo físico y el arcano. Mientras exista, la magia permanece pura… lejos de la corrupción de quienes la buscan para dominar: humanos, demonios, o criaturas aún más oscuras.
Miles de años han pasado desde la primera Suprema. Pero ninguna se compara con Aetherion.
—Nadie ha caminado por este mundo como ella… —susurran los antiguos, mientras su nombre reverbera en los rincones más oscuros del tiempo—.
Aetherion, la reina de todas las brujas. La más longeva. La más temida. La más poderosa. Más de tres mil años han pasado y su fuerza sigue intacta, un milagro incluso para su propio linaje, donde las Supremas anteriores apenas alcanzaban el millar de años.
Ella no es simplemente poderosa… es una anomalía, una fuerza de la naturaleza que desafía todo límite. Cuando Aetherion despierta, incluso el cielo parece inclinarse ante su voluntad.
Su existencia… era un misterio envuelto en leyenda. Una bendición que la hacía temida y adorada a la vez. Dominaba nueve lenguajes**de la magia, cuando lo común entre las brujas eran apenas cinco. Encantamientos, conjuros, maldiciones, invocaciones… y secretos olvidados que solo ella recordaba. Su arte recibió un nombre: Omnipresencia**. Un poder tan vasto que podía compararse con un dios.
Y sin embargo… incluso los dioses tiemblan ante el cambio.
Cuando la nueva Suprema tarda en nacer, el equilibrio se quiebra. La magia se fragmenta. Los hilos que sostienen la realidad se tensan… hasta romperse.
Y si ese ciclo se rompe…
La magia… se extingue.
Fue entonces cuando ocurrió lo impensable.
Una luna distinta apareció en el cielo: roja como la sangre fresca. No era un fenómeno natural. No era un aviso cualquiera. Era una advertencia. Un sello forjado por una voluntad oscura, desde lo más profundo del abismo.
Y en las sombras… él aguardaba.
No era humano. Tampoco una bruja.
Era un demonio.
El primero. El más antiguo. El rey de todos los demonios.
Había esperado desde el principio de los tiempos, invisible, paciente, mientras la historia se escribía sin su nombre. Su ambición era simple y aterradora: apoderarse de la magia de las brujas, corromperla, destruir su legado desde sus raíces.
La Luna de Sangre era su obra maestra. Tres días y tres noches de magia anulada, un ciclo oscuro cultivado durante siglos, cuyo único objetivo era silenciar a la Suprema, quebrar su esencia… borrar su existencia.
Y no lo hizo solo.
Encontró aliados entre los hombres. Humanos sedientos de poder, manipulables y arrogantes. Les ofreció magia a cambio de traición… y ellos aceptaron. Así nació una alianza prohibida: humanos y demonios, unidos por la codicia.
El mundo de Veydrath tembló. El cielo se tiñó de rojo. La primera guerra entre brujas, demonios y humanos estaba por estallar. Y justo antes del caos…
Mi historia comenzó.
Yo no estuve allí para ver la guerra. No presencié la traición con mis propios ojos. Porque en los últimos instantes, Aetherion me borró del tiempo. Con los restos de su poder, me exilió en un plano fuera del alcance de la oscuridad. Fue su última decisión, su acto final de fe.
Me dio una misión.
Una tarea que debía cumplirse si todo se perdía.
Y todo… se perdió.
Dormí mil quinientos años, atrapada entre los pliegues del vacío, en un sueño sin principio ni final. Olvidé nombres, rostros, incluso partes de mí… pero no olvidé la promesa.
Cuando despertara… en un mundo que ya no recordaría mi nombre… debía encontrarlo:
al caos encarnado.
Aquel cuyo destino estaba entrelazado con el fin… y el renacer de la magia.
Una reencarnación.
Un eco de un pasado olvidado.
Y ahora… los hilos del destino vuelven a tensarse.
La historia que el tiempo intentó enterrar… está por comenzar.