Prisionera De Una Mentira

Gustavo.

Me llamo Gustavo Singer, soy empresario, tengo 40 años y una vida destruida. Hace 4 años, mi amor, mi ángel, llamado Lorena, murió en un accidente de auto, sus frenos fallaron y colisionó contra un camión, que se habia descompuesto y quedó varado en medio de la ruta, en la autopsia se descubrió que estaba embarazada de 1 mes. Se marchó, dejándome a mi, en absoluta indefencion y a mi hija Emilia con solo 1 año de edad.

Gustavo Singer

Desde ese momento mi vida se paralizó, al punto de no poder hacerme cargo de mi hijita. Ella ya tiene 5 años, durante su crianza puse toda mi confianza en Susana (60), una mujer increíble, que me acompaña desde que yo, era muy joven, ella era la encargada de la casa de mi madre y cuando nos casamos con Lorena, vino a hacer lo mismo en nuestra casa, la acompañan en las tareas, Julián (64), mi chófer cuando voy a casa, Manuela (23) una chica que la ayuda en la limpieza y Leandro (27) que es su sobrino, y que se encarga de los jardines y el mantenimiento de la pileta de natación.

Sé que van a juzgarme el porqué deje a mi niñita a cuidado del personal de confianza, pero lamentablemente, me cuesta ir a esa casa donde todo fue felicidad, voy 2 veces por mes, un par de horas, a visitar a Emilia. A ella no le cuesta estar en esa casa porque no tiene recuerdos de su madre, si bien, todos nos encargamos de describirle lo maravillosa que ella era y de como amaba a nuestra Emilia. Estar en esa casa, me vuelve mala persona, porque aún, no he podido perdonar al destino, el haber cambiado vida, y estar allí, me pone de mal humor, lo que hace que termine discutiendo con mi hija por todo.

Hace 4 años que vivo en un departamento de mono ambiente, aquí en la ciudad donde se encuentra mi empresa. He iniciado muchos tratamientos psicológicos, pero en cuanto notaba que me llevaba a colocar a mi adorada esposa en otro lugar, para seguir adelante, terminé abandonando todos. No puedo, ni quiero olvidarla.

Hace 2 años, la mejor amiga de Lorena, apareció en mi vida, primero, como amiga, vino a consolarme, pero entre copas y reuniones, se volvió mi amante, su nombre es Amalia (35), viene de una familia muy rica y es muy bonita. Lamentablemente, no puedo darle otra cosa, sigo amando a mi mujer y ninguna ocupará su lugar, una vez aclarado eso, y ella habiendo aceptado, es que actualmente, nos encontramos una vez por semana, normalmente los sábados por la noche, en un hotel, para tener sexo, obviamente sin amor, todavia no entiendo, porque acepta esta relación.

Hoy, era un día más como todos, estaba en mi oficina, trabajando desde temprano, junto a mi secretario y mejor amigo Damián(38), solterón empedernido, pero excelente persona. Recibo el llamado de Susana.

- buen día, Susana, ocurrió algo en la casa?

- buen día, señor Gustavo, lo mismo de siempre, otra niñera más que renuncia.

- que ocurrió ahora?

- Emilia, entro al cuarto de la niñera y le corto con unas tijeras, toda la ropa.

- pero que diablos le ocurre a mi hija?

- usted lo sabe señor, no quiere a nadie que la cuide, solo quiere que sea usted, el que esté a su lado.

- pero es imposible, una por el trabajo y la otra es porque ya sabes lo que me pasa.

- lo sé perfectamente señor, trató de explicarle, pero ella no entiende. El problema es que yo ya no puedo estar detrás de mi niña, ya soy grande y ella tiene mucha energía.

- entonces que hacemos?, esta es la tercer agencia, y por los resultados, ninguna quiere darnos personal. La única que queda es mandarla a un instituto para su educación.

- señor, si usted me permite, me gustaría probar una última vez, mi hermana, que está a cargo del orfanato, al cual usted hace donaciones, me acaba de decir que tiene a una muchacha, sin hogar, que se lleva muy bien con los niños.

- y que confianza se puede tener?, no quiero a mi hija en manos de cualquier persona.

- por supuesto señor, según mi hermana, ella es una excelente persona, fue víctima de un atentado, que la llevó a esconderse en el orfanato, pero mi hermana como es un instituto religioso, no puede tener a personas que no sean servidores de la iglesia, fue por eso, que me ofreció los servicios de esta muchacha.

- mmm, no sé, vos que pensás Susana?, se que tu hermana no la recomendaría si no fuese confiable, pero...

- si usted está de acuerdo, voy a tener una entrevista personalmente, para conocerla y darle mi veredicto.

- me parece perfecto, en cuanto tengas noticias, me avisas.

Puedo escuchar la voz de mi hija, que le pide hablar conmigo.

- pasame a Emilia, por favor.

- hola papi, cuando vas a venir?

- Emilia, te portaste muy mal, tu penitencia será que no vaya.

- entonces, estoy siempre en penitencia?

Escucharla, tan inteligente en su respuesta, me provoca una sonrisa, y a la vez dolor, por no disfrutarla más tiempo.

- nena, sabes que lo que hiciste, estuvo muy mal, además papá está muy ocupado y no puede ir, pero quiero que me prometas algo.

- Ufa, nunca podes venir, soy una nena sin padres.

- no es así mi nena bonita.

Quería ponerme a llorar, mi hija tenía razón, soy un mal padre, que no puede enfrentar su destino.

- Emilia, quiero que me prometas que vas a dejar de combatir a las niñeras.

- no, no te lo voy a prometer, no quiero a nadie, te quiero a vos.

- eso es imposible, mi amor, sabes que papá, no puede, pero si no aceptas a la nueva niñera, te voy a tener que llevar a un instituto.

El silencio de mi niña, me estaba matando.

- está bien, lo prometo.

- así me gusta mi nena, te prometo que pronto iré a verte. Te amo. Y pórtate bien, no hagas renegar a Susana.

- está bien papi, te quiero.

Mi corazón se parte en mil pedazos, me enojo conmigo mismo por no ser distinto.

- señor, entonces quedamos en lo que le propuse.

- si Susana, y roguemos que este sea el último intento

- ojalá así sea señor, que tenga buen día.

- gracias, igualmente.

Termino la llamada y me quedo pensando, hasta que mi amigo me quita de mis pensamientos.

- amigo, vas a tener que hacer lo imposible para recuperar tu relación con tu hija.

- sabes que lo intento, pero no puedo, llego a esa casa y me empieza a faltar el aire, odio no encontrar a mi amor allí, como lo era hace 4 años atrás.

- Emilia no tiene la culpa, ella es una inocente niña.

- lo sé amigo, no te podés imaginar el dolor que siento.