A veces la vida nos juega una mala pasada y el mundo se derrumba bajos nuestros pies y cuando creemos que nada tiene solución; el destino nos sorprende y todo cambia a nuestro favor. Está es la historia de Martín, un chico que a pesar de haber sido el mejor de su clase, es expulsado del colegio y debe comenzar de cero en otra institución; A pesar de estar a prueba, logra superar todos sus temores y se enamora perdidamente de Rebeca, una joven que comparte la misma pasión que él por las motos y comparten sus mismos sueños y anhelos.
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Capítulo N°1
Unos minutos antes de que toque el timbre para dar comienzo al día escolar, Ezequiel iba bajando por las escaleras de la entrada principal junto a su nuevo mejor amigo, Arturo. Ambos reían y hablaban de cosas sin sentido, cuando ven que Martín llega a la escuela y baja de su moto. Con pasos lentos y sin mirar a nadie, el joven sube cada uno de los peldaños de la gran escalinata.
⎯ Perdón.⎯ Martín se disculpa con unos chicos por golpear sin querer su mochila.
⎯ Descuida.
Luego se abre paso entre los dos amigos que lo bloquean y sigue caminando, pero al pasar junto a Ezequiel, éste le pide a su compañero que lo empuje con fuerzas por las escaleras y Arturo obedece. Martín ve rodar a su compañero de clases por las escaleras; entonces corre a auxiliarlo, al llegar al último escalón, donde se encuentra tirado se da cuenta que se dobló el brazo y que le duele.
⎯Déjame ayudarte.⎯ Martín ofrece su mano.
⎯ ¡No necesito tu ayuda!
⎯ Como digas.
Ezequiel se incorpora y con una falsa sonrisa y sin que nadie lo escuche murmura:
⎯ Vamos a ver que tan rebelde eres pedazo de infeliz. Te acusaré de arrojarme por las escaleras.
⎯ Mejor ve a la enfermería que te curen el brazo.⎯ comenta Martín y trata de alejarse.⎯ Déjame tranquilo, yo no te empuje y solo quiero ayudarte.
⎯ Mi brazo no tiene nada.⎯ mintió el joven, pero era obvio que algo andaba mal.⎯ Claro que me empujaste, Arturo te vio.
⎯ ¡Eso es mentira!
Martín intentó alejarse una vez más; pero Ezequiel lo detiene del brazo y con voz firme le reclama.
⎯ Te besaste con mi novia, eso no se va a quedar así.⎯ aprieta con odio su agarre.⎯ Todos te vieron y hoy cobraré mi venganza.
⎯ No lo recuerdo.⎯ era cierto, el sábado había ido a su fiesta y luego de probar una bebida todo pareció borrarse.⎯ Ni siquiera vi a Glenda en la fiesta.
⎯ ¡Mentira!
⎯ Yo no miento y tu novia no me interesa.
⎯ Eres un aprovechado, siempre quieres lo que es mío.⎯ grita el muchacho e intenta golpear a Martín.⎯ ¡Te voy a matar!
⎯ ¡Basta, te vas a lastimar! Estás herido.⎯ detiene un golpe con su mano.⎯ No quiero pelear contigo.
Martín intenta acercarse para calmar a un desquiciado Ezequiel, pero apenas toca su brazo, este aprovecha la oportunidad de comenzar a gritar con todas sus fuerzas para llamar la atención de los demás alumnos.
⎯ ¡Ahhh, me rompiste el brazo eres una bestia! ¡Me duele, me lo rompiste!
⎯ ¡Estás loco, deja de gritar!⎯ mira para todos lados y ve que los chicos se acercan.⎯ ¡Yo no hice nada!
⎯ Eres un salvaje, lastimaste a mi novio.⎯ Glenda aparece de la nada y se acerca a Ezequiel.⎯ Director, Martín golpeó a Ezequiel. Mire como lo dejo.
Martín se da vuelta y a sus espaldas estaba el director Roberts, que al escuchar el alboroto salió de su oficina y fue directo a la entrada principal.
⎯ Pero ¿qué has hecho muchacho? ¡ Eres todo un salvaje!.⎯ examina el brazo torcido de Ezequiel y le habla con calma.⎯ Tranquilo muchacho, todo estará bien. Niña lleva a tu novio a la enfermería.⎯ luego con desprecio se dirige a Martín.⎯ Y tú, ven conmigo al despacho, debemos hablar.
⎯ Director, le juro que no hice nada.⎯ se defiende, pero es en vano.
Ezequiel se abraza a la joven, entre risas y besos esperan fuera de la enfermería a ser atendido y festejan que al fin el tonto de Martín tendrá su merecido.
Martín está esperando en la oficina del director, comienza a revisar las fotos enmarcadas de la pared y ve un cuadro donde el ganó el primer puesto en un torneo nacional de tecnología, otra con el equipo de fútbol y así ve varias con su rostro y sonríe.
⎯ Lastima que de ese chico no queda nada.⎯ menciona el director al entrar y toma asiento.
⎯ Director, le juro que no hice nada. Ezequiel se lastimó solo.
⎯ ¡Basta!
El hombre está muy enojado y le recrimina lo sucedido sin siquiera dejar que se defienda, hasta que llama a su madre y Rita llega de inmediato. Martín sabe que su comportamiento no es el mejor, que ha bajado sus notas y está distraído; pero nunca lastimara a nadie, y no tiene forma de demostrar lo que realmente sucedió. Lo peor de todo es que no entiende porque esos chicos no lo dejan en paz. Desde que su padre murió es el blanco de sus travesuras y a él lo culpan por todo. El director ya tenía una decisión tomada, así que Martín dejó de defenderse y salió de esa oficina lleno de ira y dando un portazo.
Su madre, una mujer muy humilde y de buenos modales se sentía apenada frente al señor Roberts. Era la tercera vez que la citaba, en lo que va del año y ya no soportaba más el comportamiento de su hijo. Solo podía mirar resignada al hombre que la observaba de brazos cruzados y que se encontraba sentada frente a ella con aire de superioridad.
⎯ Señora, ¿ve a lo que me refiero?⎯ el director señala la puerta.⎯ Nuestro establecimiento es un lugar respetable, su hijo no puede seguir así.
⎯ Lo sé y lo entiendo; pero desde que murió su padre todo ha sido muy difícil en casa.
⎯ Lo siento, esta fue su última oportunidad y la desperdicio.
⎯ Pero solo falta un semestre para que finalice el año. ¡No puede echarlo! Se lo suplico.⎯ dice con lágrimas en los ojos.⎯ Nadie lo va a aceptar a esta altura del año.
⎯ Mire, por el cariño que le tenemos a Alan, su otro hijo, le daré una carta de recomendación para que presente en otro colegio. Pero a Martín no lo podemos admitir nuevamente, queda expulsado del instituto para siempre.
⎯ Está bien.⎯ se resigna y acepta derrotada, la voluntad de ese hombre, Rita no podía luchar más por su hijo y lo sabía.⎯ Lo entiendo.
El director enciende su computadora y comienza a escribir una nota, ante la atenta mirada de Rita. Luego de unos minutos imprime una hoja, la firma y se la entrega, ella lee con cuidado el contenido, luego guarda el sobre en su cartera y se levanta de su asiento dispuesta a retirarse, pero antes de salir escucha.
⎯ Señora, lamento muchísimo que pases por todo esto.
⎯ No se preocupe. Usted hizo todo lo posible. Gracias por esto.⎯ toca su cartera donde atesora la carta.⎯ Sé muy bien que nada de lo escrito es cierto, mi hijo está rebelde e incorregible.
⎯ Señora, es cuestión de tiempo para que el muchacho madure y recapacite.
⎯ Lo sé. Mi hijo en el fondo de su corazón, es una buena persona.
⎯ Le deseo suerte.
⎯ Adiós.
Mientras tanto… afuera del establecimiento Martín esta muy enojado con Ezequiel, porque le tendió una trampa y como tonto cayó en ella. Comienza a recordar cómo sucedieron los hechos y es tan ridículo que hasta le causa gracia y lamenta haber asistido el sábado al cumpleaños de Glenda, sabe que ahí fue el comienzo de su fin.
Luego de caminar por un rato en círculo, se sienta sobre su moto y mira el colegio con nostalgia, la tristeza lo invade, no desea abandonar el lugar que por tantos años fue su segundo hogar. Apoyado sobre el manubrio, mira la entrada principal que siempre le pareció fascinante por sus escalinatas y las enormes columnas que sostienen el segundo piso; entonces busca con tristeza la ventana de su aula y ahí están sus antiguos compañeros burlándose de él.
⎯ Maldito, lo que hiciste hoy fue el colmo. ¡Me la vas a pagar! ⎯ gritó mirando la ventana de su antiguo curso.⎯ ¡Te odio Ezequiel, eres una basura!
Rita sale del establecimiento con lágrimas en sus ojos, no puede creer que su muchacho fue expulsado por pelear con un joven mucho más pequeño que él de estatura y que antes era su mejor amigo.
⎯ Mamá.⎯ le dice Martín acercándose a ella.⎯ Te juro que yo no hice nada. Ese mocoso lo hizo a propósito. Él y su novia me odian.
⎯ Eso ya no importa. Te expulsaron.
⎯ ¡No es justo!⎯ patea el tacho de basura.⎯ Yo no hice nada y nadie me cree.
⎯ Pero continuaste con la pelea y le rompiste un brazo.
⎯ Mamá, yo no fui, te lo juro, ni siquiera lo toque.
⎯ ¡Basta, debes controlar tu carácter! Mira ese cesto y dime ¿qué te hizo para que lo arruines de esa manera?
⎯ ¿Qué?
⎯ A eso me refiero, no te das cuentas y lastimas a las personas.
⎯ Mamá es que tú no entiendes, tengo tanta bronca cuando pasan estas injusticias que no lo controlo.
⎯ Lo sé cariño.⎯ abraza a su hijo.⎯ Todo estará bien, vamos a casa. Mañana te conseguiré otro colegio.
⎯ Voy a dar un paseo, te veo más tarde.
⎯ Está bien, ten cuidado y usa el casco.
⎯ Mamá, lo siento y debes creerme, yo no hice nada.
Rita se separa, mira a su hijo con una media sonrisa en su rostro le toca su mejilla y se despide.
⎯ Nos vemos en casa.
La mujer comienza a caminar aferrada a su bolso y trata de entender porque todo su mundo se está desvaneciendo, porque su esposo ya no está a su lado y porque su hijo actúa de esa manera.
Martín observa con tristeza cómo su madre camina encorvada y suspira para luego subir a su moto, luego de dar varias vueltas y sentir como el sudor de su frente cae y comienza a mojar su casco al fin se detiene. Baja de su moto, se saca el casco y se recuesta en el prado necesita aclarar su mente y tratar de pensar en cómo puede ayudar en su hogar. Está seguro que no será aceptado en ningún establecimiento y es hora de que actúe como el hombre de la casa.
me encantó la historia,tiré alguna lágrima pero me divertí mucho leyendo y viendo cómo me miraban porque reía sola, te felicito y espero volver a leer de nuevo algo tuyo y si es divertido mejor,muchas suerte