Te Elijo A Ti

Me levanto y voy hacia Diego que aún seguía parado en la puerta

Irene: ¿Cariño cuando volviste? - digo con una sonrisa, él solo se me queda mirando esperando que responda la pregunta que hizo - Por supuesto que no, Estefan solo era un amigo de cuando era una niña

Luisa: ¿Amigo? Estabas planeando escapar con él - yo volteo a ver a Luisa que seguía echando leña al fuego con cada palabra venenosa que salía de su boca - Tengo entendido que deseabas que tú primera vez fuera con él - yo aprieto los puños molesta para luego ir hacia ella y darle una fuerte bofetada

Irene: si vienes a mi casa con la intención de crear problemas en mi matrimonio entonces no me culpes si soy mala, Marian - veo como mi doncella personal entra corriendo a la sala - Los señores se van ahora mismos avísale a todos para que preparen sus cosas

Marian: Si señora - dice haciendo una reverencia y luego correr a hacer lo que le ordene

Ignacio: ¿Cómo que nos vamos? - yo me cruzo de brazos

Ligia: Te estás tomando derechos que no son tuyos, esta casa es del marqués Kennedy - yo veo a Diego

Diego: Mi esposa a tomado su decisión así que no me involucraré en eso - yo sonrió ampliamente

Ignacio: Marqués que hay sobre el negocio que le comenté?

Irene: mi esposo no están tonto para creer esa mierda, si deseas perder tu dinero entonces hazlo ¿por qué involucras a otros? - veo como se levanta furioso con toda la intención de golpearme, pero su mano es sostenida en el aire por Diego

Diego: Barón les he tenido mucha paciencia por ser la familia de mi esposa, Pero no permitiré que traten de agredirla en mi presencia - le suelta el brazo - lo mejor será que se vayan ya

Luisa: marques, no es lo que crees en verdad no deseábamos molestarlo, perdón por esta situación - veo como mi hermanastra está allí actuando como una víctima haciendo que se me revuelva el estómago del asco. Estás personas en mi vida anterior se encargaron de que fuera miserable, cuando les pedí ayuda porque no podía seguir aguantando los golpes y maltratos de Estefan solo me echaron de casa; jamás me dijeron que Diego me buscaba, tampoco me brindaron un lugar para esconderme de ese hombre y mucho menos me dieron un poco de dinero para no morir de hambre en cuanto me marchara de allí

Solo les importo que mi presencia en su casa podía arruinar su imagen, tenía un vestido sucio y desgastado, un cuerpo débil por los goles y el hambre; y una mirada apagada por el sufrimiento que pasaba junto al hombre que más amaba. Y a ellos solo le importaba su maldita imagen ante la sociedad, yo era su hija, la mujer que se tuvo que casar para que ellos recibieran dinero de mi esposo, no les importo en lo más minino que me moría de hambre o todo lo que sufría solo quería que me fuera sin ser vista por nadie, para que mi presencia no arruine su reputación. Había sido tan ciega en mi vida pasada entregué todo de mi a personas que no valía la pena ya no seré esa estúpida de antes

Estaba en el balcón de mi habitación viendo como el carruaje son llenado con las maletas de los barones y su hija (Espero no volver a verlos nunca), Pero como es algo imposible solo trataré de mantenerme al margen

Diego: Irene? - escucho a mi esposo llamarme así que entro a la habitación y cierro la ventana

Irene: ¿Que sucede cariño? - este se acerca a mi y toca mi cuello

Diego: deberías de ponerte algo más cubierto - yo tomo la mano que acaricia mi cuello

Irene: ¿por qué? - pregunto inocentemente, se que lo dice porque con este vestido se ven las marcas que me hizo anoche, pero no diré nada

Diego: Está haciendo frío estos días - dice avergonzado, así que muerdo mi labio para ocultar mi risa y asiento

Irene: bien le haré caso a mi esposo en todo - le digo para alzarme en puntillas y dejar un beso en su mejilla - ¿para eso me buscabas?

Diego: debo de partir a la capital, el rey mando a llamar a muchos nobles al parecer una peste se ha desatado al norte del reino - yo arrugó el cejo, ya que para eso aún faltaba mucho tiempo, será que tiene que ver con que regrese

Irene: iré contigo - este niega rápidamente

Diego: es peligroso, si te enfermas yo...- tomo su mano y le sonrió

Irene: esposo confía en mi, no enfermare - él duda unos segundos, pero a la final termina aceptando

Yo mandé a preparar una maleta pequeña, y mandé a preparar las medicinas que había sembrando y cuidado con tanto amor para este dia. Lo bueno es que sabía que pasaría, ahora con este conocimiento y ayudando a mi esposo seguro que me empezará a ver con otros ojos. No estamos locamente enamorados, pero creo que si sigo a su lado eso cambiará poco a poco

Una vez llegamos a la capital Diego se dirigió al castillo, en cambio yo fue al norte de la ciudad para ver en qué podía colaborar

X: ¿Quien es usted? - me pregunta una mujer en cuanto me vio llegar

Irene: solo vine a ayudar - digo tranquilamente mientras me acerco a los enfermos a examinarlos, tenía la esperanza de que no fuera esa peste, pero si lo es; lo que no entiendo es como llego antes - Hola señor Rome beba un poco de medicina - digo dandole de beber, el hombre no duda ni un segundo en hacerlo haciendo que su garganta se alivie un poco. Hice lo mismo con los demás y al poco tiempo la fuerte fiebre disminuyo y aunque aún se sentían un poco débiles y seguía la tos ya era una avance que la fiebre desapareciera

Rey: ¿Que sucede? - pregunta el hombre en cuanto llega al lugar en dónde están todos cuchicheando

X: Una señorita trajo una medicina extraña haciendo que todos los enfermos dejarán de tener altas temperaturas

Yo me encontraba hablando animadamente con un hombre en cama y este me agradecía por su ayuda, cuando escucho que el rey está aquí (vaya había escuchado que era un hombre que ama a todos sus ciudadanos, Pero jamás pensé que vendría a verlos personalmente) Me levanto y veo al rey y más atras a mi esposo así que le sonrio y me acerco a los hombres

X: Es ella su majestad la señorita de la que hablamos - yo hago una reverencia

Irene: saludos a su majestad

Diego: ¿Irene, que haces aquí? - yo le sonrió

Irene: ayudando