RESILIENCIA

(Mar )

Por qué a mí?. Todas las noches me pregunto lo mismo, que es lo malo que he hecho en la vida, acaso no soy buena hija; ¡¡claro que lo soy!! Yo ayudo a Mamá a lavar los trastes, y a hacer limpieza en casa, hago mis tareas y saco buenas calificaciones, entonces por qué me pasan cosas malas.

¿Por qué? acaso es verdad que yo he provocado este infierno donde vivo, ¿pero que es lo que he hecho mal?...

...No, esta noche no por favor, no me lastimes, no me toques, no rasgues mi ropa, no me la quites, no quiero estar desnuda, no me toques...por favor no me toques.

No, me gusta eso, soy una niña y las niñas no hacen eso... no quiero probarlo, no quiero saber que se siente, no quiero...

Huele muy mal, me quema la garganta, el humo que me lanzas me asfixia...no me gusta...

Vete, por favor no entres a mi cuarto, no vengas a mi cama...

Mamá por favor ayúdame, ayúdame, Mamá

Nooooo...

Me despierto con el corazón acelerado, mi ritmo cardíaco demasiado elevado, y estas lágrimas, que jamás dejaran de salir de mis ojos.

No, no es una pesadilla, es el recuerdo de lo vivido, es el recuerdo de mi triste realidad, si es mi pasado, que agobia mi presente y trastorna mi futuro.

Un pasado que, que me atormenta de día y aún mas de noche...

Soy Marysol Leal. Tengo 18 años y soy una joven muy reconocida en mi pueblo, San Diego. El maravilloso lugar, donde está la playa de las grandes y esplendorosas olas, donde los atardeceres son el espectáculo más amado y añorado por los turistas, donde los ancianos se levantan junto con el sol, donde los niños saltan a la cuerda, y las señoritas caminan de la mano de sus enamorados por la orilla del mar.

Si todo eso sucede aquí, en el pueblo donde la mayoría de personas se conocen; y se aprecian.

Aquí pasan cosas buenas, cosas no tan buenas, cosas desastrosas y lo que le sigue, mi vida es lo que sigue del desastre, mi vida, es la más absurda de las burlas a la existencia, mi vida es patética.

Para toda la gente de este lugar, soy Mar, la bella, bondadosa, y amigable Mar o por lo menos eso era hace 5 años, pues aunque para ese tiempo era una niña, todos me admiraban por mi jovialidad y entusiasmo, asi era hace varios años.

Papá, escogió mi nombre, Marysol; así se llama su hermana mayor, Papá me contó que cuando vino del registro, Mamá le armo la primera gran pelea de su vida y todo por no ponerme, el nombre que ella había elegido para mí.

Ella quería que yo me llamara como ella, Stella; Papá durante el embarazo, no le llevo la contraría con respecto a mi nombre; mientras estaba embarazada; sin embargo, el día de registrarme, fue El quien dio los datos y allí tomó la decidió llamarme Marysol Leal, por eso, toda la gente te de San Diego que me conoce, me dice Mar.

Y soy muy reconocida, por varias razones:

Primero porque mi Abuela Victoria es muy respetada, por ser trabajadora y generosa con los necesitados.

Por mi Padre que aunque se fue de este lugar cuando yo tenía 3 años la gente conoce y respeta a toda su familia.

Y por mí, porque a pesar de mi desgraciada vida, sé guardar las apariencias, he aprendido a sonreír con mi rostro, aun cuando mi corazón grita de dolor.

Quizá está llorando mi alma, pero mi rostro a aprendido a disimular muy bien ese dolor.

No es que haya aprendido a sobrellevar el dolor, ni la rabia, ni mis miedos, mis ansiedades, así por que si, según yo lo hago con ayuda, pero esa ayuda es la más vil de las mentiras.

Si según yo, la uso para olvidar, para menguar mi angustia, pero en realidad esa dis que ayuda esta matándome paulatinamente.

Tambien he aprendido a guardar muy dentro, todo mi odio, mi rencor y mi resentimiento.

La gente cuando me ve solo ven lo superficial, me admiran por que dicen que soy muy bella...

Si, por fuera soy la hermosa Mar, la chica más bonita, alta, cuerpo esbelto y curvilíneo, piel bronceada a la perfección, cabello claro, labios pequeños, y mis grandes ojos café claro adornados por mis pestañas perfectas.

Por dentro soy la estúpida, que no tiene el valor suficiente para enfrentar a Mamá y decirle, que es una cobarde, mala Madre, que aún sabiendo que su asqueroso marido se mete a mi cuarto, no hace nada por impedirlo, si así es mi Madre lo sabe, sabe que su marido abusa de mí desde que yo tenía 13 años, lo sabe, sabe que su marido me drogaba para que yo no despertara, mientras me abusaba, ella lo sabe y jamás ha hecho algo por impedirlo.

Por dentro soy la estúpida que aún se deja abusar por el desgraciado marido de Mamá, por que mi cuerpo, se volvió adicto a la droga que el monstruo me daba y aún me da.

Por dentro soy la masoquista, que aunque se siente sucia y sabe que es horrendo, permite que la toquen, porque el abuso se convirtió en la rutina diaria, y es el precio que debo pagar, para tener la droga a disposición, o tal vez, porque es una adicción más.

Si esta es mi vida, la vida de la que quisiera escapar, pero aunque quiera se que no puedo, la vida de la que me quiero olvidar; de la que quiero ser libre... pero de la estoy segura no podre salir jamás.

Y ruego al cielo, a ese ser al que mi tía Melida le habla, si ella dice que le habla y Él la escucha, yo tambien pido un milagro, ¿será que hay un milagro para mi?...