Me siento extraño.

Camine por un pequeño pasillo para por din lograr ver a Nain, quien también estaba en bata, cuando me vió se puso un poco nervioso, bueno... es normal, yo estoy de la misma manera.

Nain: Saludos a su majestad...

Victoria: Oh por favor, ahorrate el resto, es incómodo.

Mostró una leve sonrisa en su rostro.

Nain: Cómo usted deseé su majestad.

Victoria:... Bien...

Eché un vistazo a su habitación y mi vista se quedó en una mesita donde había una botella de vino; al parecer él lo notó.

Nain: ¿Le gustaría probarlo su majestad?,es un regalo enviado por mi padre.

Sería bueno tomar una copa, tal vez con eso me relaje y la tensión en el ambiente baje.

Victoria: Si por favor.

El chico fue por las copas y sirvió un poco en cada una, me senté para estar más cómoda y él se sentó en frente.

Victoria: ¿Oh?...

Nain: ¿Qué pasa su majestad?, ¿no es de su agrado?.

Victoria: No, no, al contrario, es muy bueno, nunca había probado algo igual.

El rostro del chico comenzó a ponerse carmesí, es muy lindo tengo que admitir.

Hablamos un poco más, terminamos la primer copa y cuando estaba por empezar la segunda... Mi cuerpo comenzó a sentirse caliente, y comencé a sentirme ansiosa.

Victoria: Nain tú...

Quería preguntar si él se sentía de la misma manera, pero al ver su rostro pude ver que si, efectivamente él estaba en el mismo estado que yo.

Nain: Me siento extraño su majestad...

Comencé a tratar de darme aire con las manos pero fue inútil, me puse de pie y caminé hacía la terraza que tenía la habitación, el aire resultaba refrescante, sin embargo, el calor no disminuía, ¿qué es esto?, ¿tal vez fue el vino?, no, no lo creo, en mi vida pasada me puse borracha muchas veces, pero nunca con éstos síntomas, ¿qué es?.

De repente sentí unas manos deslizarse por mi cintura desde atrás, Nain comenzó a dejar besos desde mi nuca hasta mis orejas, pasando por todo mi cuello, ¡Dios!, esto se siente tan bien, en respuesta eché mi cabeza hacía atrás quedando recargada sobre su pecho; con sus manos comenzó a acariciar mi cuerpo... Esto está mal, es un desconocido, sin embargo, algo no me deja detenerlo, se siente tan bien cada toqué que él da por todo mi cuerpo.

Me giré para quedar frente a él, sin esperar más nuestros labios se unieron en un beso desesperado, no sé que estoy haciendo, pero no me puedo detener, no quiero acabar esto. Nain que tenía sus manos sobre mis caderas me levantó y por reflejó enrollle mis piernas al rededor de su torso, me apoyó contra el barandal aún con nuestros labios unidos, cuándo ambos nos quedamos sin aire nos alejamos un poco y nuestras miradas se cruzaron, pude ver en los ojos de Nain un sin fin de emociones, deseo, ternura, cariño, aprecio y otras más que no pude decifrar. Aún con mis piernas enrolladas en él, se giró para volver a entrar a la habitación y nuestros labios se volvieron a unir, poco a poco fui sintiendo cómo mi espalda quedaba sobre la blanda cama, con Nain encima de mí. Después de un rato de deseperados besos la ropa comenzó a estorbar y poco a poco fue desapareciendo; antes de iniciar Nain de pie frente a la cama me contemplaba desnuda, sus ojos se oscurecieron y enseguida se acercó a reclamar nuevamente mis labios mientras la parte baja de su cuerpo se acomodaba entre mis piernas, ahogue un suspiró en sus labios cuándo sentí algo duro apretarse contra mi zona íntima. Esto era nuevo, pues cuando era Nicolle nunca estuve con nadie, desde pequeña me dedique a mi carrera y nunca tuve tiempo para una relación, por lo que está es mi primera experiencia y estoy en el cuerpo de otra persona. Salí de mis pensamientos cuando Nain entró en mí, dejé escapar un grito de dolor, pues aunque no era la primera vez de Victoria, por lo que sé casi no tuvo intimidad con el emperador, eso sin contar que la extremidad de Nain es muy grande, bueno, es lógico que duela.

Al escuchar mi grito Nain se detuvo un momento y comenzó a acariciar mis mejillas y a besar todo mi rostro, mientras sus manos exploraban cada centímetro de mi cuerpo. Cuándo el dolor por fin pasó comencé a mover mis caderas esperando que él hiciera lo mismo, y así fue, Nain comenzó a moverse, lento pero firme, era algo realmente muy placentero, el cuarto comenzó a llenarse de gemidos y sonidos obscenos, las embestidas de Nain se volvieron más rápidas y más fuertes.

Después de una larga noche de placer me quedé dormida sobre el pecho de Nain, mientras él me abrazaba.

Al día siguiente desperté al sentir que alguien me acariciaba la mejilla, cuando abrí mis ojos me encontré con la dulce mirada de Nain, quién aún me tenía abrazada y yo estaba sobre su pecho.

Nain: Buenos días su majestad.

Victoria: Bienos días.

Sentí mis mejillas arder y escondi mi rostro en su pecho. Sentí como él comenzó a acariciar mi espalda, de repente nos interrumpieron cuando tocaron la puerta, Nain se levantó, se puso una bata y salió, después de unos segundos apareció Nain con una carrito llenó de comida. Me puse mi bata y me senté en la orilla de la cama, y nos pusimos a desayunar, no me podía poner muy bien de pie por lo que le pedí a Berta que trajera mi ropa aquí y así lo hizó, la cosa es que Nain me ayudó a bañar, yo sé que es algo vergonzoso, pero intente negarme y él se escudo diciendo: "Es mi culpa que su majestad no pueda caminar, por favor déjeme ayudarla", y sin dejarme responder me llevó al baño y me ayudó. Al final me cambié, las chicas me ayudaron a peinarme y con el maquillaje, me despedí de Nain y me dirigí a la oficina, a muy lenta velocidad, pero es necesario, tengo algunas cosas pendientes. Pero antes de salir del harén una voz me llamó.

Yerik: ¡Su majestad!.

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