Narra Victoria...
Supongo que conseguir el divorcio será complicado aunque buscaré otra manera, no quiero pasar el resto de mi vida aquí atada a un hombre al que no amo y que tampoco me ama. Después de salir de su oficina me dirigí al Palacio de la emperatriz que es donde está mi habitación, pero en el camino Berta me dio una gran idea.
Berta: ¿Qué le dijo su majestad, mi señora?.
Solté un pequeño suspiro.
Victoria: No me dará el divorcio.
Berta: Mi señora ¿de verdad no ha pensado en formar su propio harén?.
Victoria:...
Esa idea esta un poco loca, nunca me imaginé rodeada de hombres, no entiendo como me puede ayudar a librarme del emperador.
Berta: Considerelo de esté modo, le estará regresando el favor a su majestad y tal vez viéndola rodeada de otros hombres se decida a darle el divorcio.
¿Divorcio?, ¿de verdad esa podría ser mi pase de salida de este lugar?.
Dalia: Pienselo su majestad, en el reino existen cientos de hombres jóvenes y guapos que estarían dispuestos a ser parte de su harén, será divertido.
Victoria:... Lo pensaré...
Mi propio harén...
Adela: Es verdad su majestad, inclusive podrían entrar al harén el hijo del Duque de Agnes y también el hijo del Duque de Edevane, eso podría ser muy beneficioso para usted.
Victoria: ... Obtendría el apoyo de las dos familias más poderosas del reino.
Berta: Además es bien sabido que esos dos Duques siempre han estado en contra de su majestad el emperador, ellos la ayudarán a cambio del poder que usted les otorgará.
Victoria: ¿El poder que les daré?, ¿qué significa eso?. Pregunté aún más curiosa, se supone que la máxima autoridad es el emperador.
Dalia: Usted tiene el mismo poder que el emperador, e inclusive más ya que tiene el apoyo del pueblo, así que sería beneficioso para la familia de los concubinos emparentar con usted.
Victoria: Bien... muy bien...
Honestamente nunca pensé llegar a ser como aquellas mujeres que andaban con más de un hombre a la vez, sin embargo, en este momento es necesario, si quiero recuperar mi libertad entonces tendré que hacer esto, aunque... tendré que pensar como voy a lidiar con tanto hombre.
Los siguientes días transcurrieron con normalidad, el emperador no había venido a verme, y yo me había estando asesorando para poder entender mejor mis deberes como emperatriz. Bueno, hasta que estaba en lo que es la oficina de la emperatriz y llegó el hombre canoso que estaba la última vez con el emperador. Tenía la cara pálida, se veía muy cansado y asustado.
Andrew: Su majestad...
Victoria: Tranquilo por favor, ¿qué ocurre?.
Andrew: Su majestad el emperador se encuentra en una reunión con los señores del consejo, y no sólo ellos... Todos los nobles más importantes del reino también están ahí.
Victoria: ¿Ok?... ¿entonces...?.
Andrew: Piden que su majestad la emperatriz este presente.
Oh... Ahora entiendo porque se veía de esa forma, pero, ¿por qué quieren verme?.
Berta se acercó a mi oído y susurró.
Berta: Majestad esta es la oportunidad perfecta para anunciar su harén frente a todo el mundo, de está manera el emperador no podrá decir nada.
Si, después de pensarlo bien decidí tener mi propio harén, y como dice Berta está es una oportunidad perfecta.
Victoria: Chica lista... Bien, vamos.
El hombre me guió hasta la sala donde se llevaba acabó la reunión. Me anunciaron y las puertas se abrieron, todos al verme hicieron una reverencia.
"Saludos a su majestad la emperatriz, luna del imperio". Ví cómo Nicolás se masajeaba el entrecejo, parecía cansado. De hecho me enteré de que había estado muy activo estos últimos días, no sé que este tramando.
Me guiaron hasta mi lugar al lado del emperador y un señor simpático comenzó a hablarme.
???: Su majestad, de verdad esperó que se encuentre mejor.
Victoria: Si... ya estoy mejor, gracias...eh...
Robert: Oh, lo siento su majestad, soy Robert Edevane, Duque de Edevane.
Ciertamente se parece a Alexander.
Victoria: Es un placer conocerlo, y disculpe que no lo reconociera.
Robert: No se preocupe su majestad, es comprensible.
Parece una buena persona, pero nunca hay que confiarse.
Kailed: A mí también déjeme presentarme su alteza, mi nombre es Kailed Agnes, Duque de Agnes.
Con que esté es el padre de aquel rubio despampanante con el que choque aquel día.
Victoria: También es un placer conocerlo Duque.
Ambos parecían contentos hablando conmigo, cuando...
Nicolás: Emperatriz aquí los señores esperan que des tu versión de los hechos de aquel día del accidente.
Todos se pusieron serios y me miraron expectantes.
Victoria: Oh... Lamentó mucho no ser de ayuda para aclarar este tema, sin embargo, no lo recuerdo.
Robert: ¿No recuerda nada su majestad?.
Victoria: Así es...
Kailaed: Aún así esto es inaudito, según todos los testigos el emperador no hizó nada para salvaguardar la seguridad de la emperatriz, sólo se preocupó por sus concubinas.
???: Hizó lo correcto. Gritó un hombre que estaba en la sala.
Kailed: Para usted es lo correcto porqué su hija es una concubina, sin embargo, fue la vida de la emperatriz la que estuvo en riesgo.
Comenzó una discusión algunos a favor del emperador, pero la mayoría estaba en su contra. Comenzaba a dolerme la cabeza.
Nicolás: ¡SILENCIO! (todos guardaron silencio esperando a que el emperador continuara) Sé que fallé en mi trabajo como esposo y como emperador, pero les aseguro que eso no volverá a suceder, a partir de ahora la emperatriz será mi prioridad.
Robert: Como comprenderá su majestad, ya no podemos creer en su palabra en este tipo de temas... TODOS aquí estamos de acuerdo en que usted no es capaz de cuidar debidamente a su majestad la emperatriz, por lo que ella necesita de alguien que esté a su lado y la cuide como es debido.
"Es verdad", de nuevo comenzó el ruido, todos estaban de acuerdo con lo que el Duque acaba de decir.
Nicolás: ¿En serio?, ¿entonces qué propone Duque?. Su tono de voz era muy bajo, pero su rostro era claro, estaba molesto, muy molesto.
Robert: Creemos que es momento de que la emperatriz tenga su propio harén.
Nicolás: ¿Qué?. Estaba llegando a su límite.
Kailed: Así es, un harén con concubinos dispuestos a ayudar y cuidar correctamente a la emperatriz.
Nicolás golpeó fuertemente un costado de su silla atrayendo la atención de todos y su puso de pie.
Nicolás: ¿Cuántas veces no le han propuesto esto a la emperatriz y ella se ha negado?, esa es una decisión que ella ya tomó y fue un NO.
También me levanté de mi asiento y me paré a un costado de él con las manos cruzadas sobre mi pecho.
Victoria: Tú lo has dicho es mi decisión... Aceptó.
El rostro de todos se distorsiono, estaban confundidos, inclusive Nicolás.
Nicolás: ¿Q-qué... has dicho?.
Victoria: Dije que voy a tener mi propio harén.
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Comments
Lita Wellington
Ni modo perdiste solo por cuidar a la suripanta
2024-12-18
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Osorio Elizabet
Asta aquí llego creí q era buena la novela
2024-05-29
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Osorio Elizabet
Asta aquí llego creí q era buena la novela pero me equivoque
2024-05-29
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