Ella perdió la memoria.

Al día siguiente como lo prometió Berta llegó temprano, pero no venía sola, venía con otras dos mujeres, una como de la misma edad de Berta y otra como de mi edad, ¿son sus amigas?, mientras trataba de encontrar una respuesta Berta habló.

Berta: Su majestad ellas son Adela (la mujer de la misma edad de Berta) y ella es Dalia (la más joven), ellas al igual que yo son sus doncellas, sin embargo ayer no quisieron incomodar a su majestad con tanta gente por lo que sólo me presente yo.

Adela: Es bueno ver que ya está mejor su majestad, Berta nos comentó sobre su situación, la ayudaremos en todo.

Dalia: Si, su majestad la ayudaremos con lo que necesite para que se mejore pronto.

Victoria: Muchas gracias a ambas, por ahora sólo quiero ir a la biblioteca.

Berta: Por supuesto su majestad, desayune mientras preparamos su ropa.

Victoria: Si... ¿podrían elegir por favor ropa cómoda?, no quiero algo extravagante y molesto.

Dalia: En ese aspecto no a cambiado su alteza, la mayoría de sus vestido son cómodos y sencillos, pero son hermosos.

Victoria: Bien... gracias.

Ambas me miraron un poco apenadas.

Adela: No de las gracias su majestad, no es adecuado.

Victoria: ¿Por qué no?, toda persona deberíamos ser agradecidos con quienes te ayudan, así que déjenme hacerlo.

Las tres soltaron un suspiro de resignación.

Berta: Cómo usted deseé su majestad.

Me puse a desayunar mientras ellas preparaban mi ropa, cuando...

Dalia: Está nevando...

¿QUÉ?.

Adela: Es verdad, es la primera nevada del año.

Berta: Preparemos ropa un poco más abrigada para su majestad.

Y así lo hicieron, prepararon un hermoso vestido blanco largo no tan amplió, con mangas que cubrían desde mi cuello hasta mis muñecas y con detalles blancos bordados, era realmente hermoso, también prepararon una capucha blanca con piel por la orillas, era muy bonita también. Intenté negarme pero al final ellas me ayudaron a cambiarme, afortunadamente fingi estar enojada y por eso no me ayudaron a bañar, porque planeaban hacerlo. Arreglaron mi cabello con trenzas y todo el cabello quedó recogido, me hicieron un maquillaje natural ya que el rostro de Victoria no requiere de mucho, sus pestañas son gruesas y largas y sus cejas tienen una bonita forma y son lo suficientemente pobladas como para resaltar por si solas, y mis labios por si sólos son rojos los acentúan con una especie de ¿labial?, no se cómo decirlo, pero el resultado es bastante agradable, me veo hermosa, Victoria es una verdadera belleza, tengo que admitirlo.

Ya lista salimos rumbo a la biblioteca, tuvimos que salir del Palacio de la emperatriz pues la biblioteca que está en el Palacio principal es mucho más grande y cuenta con mejores libros. En el camino ví como todo apenas comenzaba a ponerse blanco, el paisaje era hermoso, todo este lugar es una maravilla de eso no hay duda, mis tres doncellas iban unos pasos detrás de mí, estaba encantada viendo el lugar cuando de repente choque contra algo duro.

Victoria: Auch...

Cuando giré mi cabeza casi me fui para atrás, eso duro era un hombre alto, muy alto, de piel blanca y cabellos del color del sol, con ojos verdes, y un cuerpo, ¡Dios!, era, era... hermoso.

???: Disculpe su majestad, no la ví.

Hizó una reverencia, parecía apenado, sus mejillas comenzaron a ponerse rojas, era aún más hermoso.

Victoria: Ah... No, disculpe usted, yo venía distraída.

Aquel hombre sonrió gentilmente, y me miró fijamente a los ojos.

Berta: Su majestad, esté caballero es Nain Agnes, hijo del Duque de Agnes, una de las familias más poderosas del reino.

Victoria: Ya veo...

Berta: Disculpe a su majestad, pero si no lo recuerda es debido a su estado.

Aquel hombre arrugo su entrecejo y me miró de una forma extraña.

Nain: ¿Debido a su estado...?, ¿qué significa eso?.

Adela: Debido al atentado que sufrió su alteza ella perdió la memoria, es por eso que no recuerda a nadie.

Aquel hombre relajó su expresión gradualmente, y me miró de una forma muy cálida, Dios esté hombre hará que me sangre la nariz.

Nian: Su majestad estoy a sus disposición para cualquier cosa que necesite, por favor tenga eso en cuenta.

Victoria: L-lo tendré en mente, gracias.

Aquél hombre hizó una reverencia, me dio una última mirada y se alejó.

Dalia: Es hermoso como ese hombre no esconde sus sentimientos hacía usted su alteza.

Victoria: ¿Qué...?

Adela: Es bien sabido que el joven Agnes ha estado enamorado de usted desde hace un tiempo, estoy segura de que si usted tuviera su harén él formaría parte de él.

¿Aquél hombre amaba a Victoria?, ¿un harén?. Que ese hombre haya amado a la original Victoria no quiere decir que me amé a mí, sobre todo cuando se de cuenta de las diferencias que existen entré la original Victoria y yo. Sacudi mis pensamientos y seguí mi camino hacía la biblioteca.

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