Le dije que sería mía.

Zyan comenzó a quitar mi bata y sólo quedé con el camisón para dormir, me giró y unió nuestros labios en un beso dulce, muy dulce. Es extraño, esté hombre grande y temible está siendo de hecho muy gentil; me levantó del suelo y me llevó a la cama dónde me depositó con mucha suavidad y él quedó encima de mí. Sus manos comenzaron a acariciar mis muslos, y lentamente iba subiendo el camisón hasta que sus manos se posaron en mis caderas.

Cuando era Nicolle nunca estuve con un hombre, es más, ni siquiera estuve en una relación, desde niña entré al mundo de la música y en ese mundo es muy difícil tener una relación por falta de tiempo e inseguridades, por lo que nunca ví a un hombre con intenciones de tener una relación; pero aquí, en esté lugar y con esté cuerpo en un mes ya estuve con dos hombres desconocidos, bueno, son experiencias nuevas. Con Nain fue algo desesperado y ahora con Zyan es lento y delicado.

Zyan comenzó a besar mi cuello y bajo a mi pecho, quitó mi camisón y no tenía ropa interior, pues la ropa interior es muy incómoda en está época; continuó besando todo mi cuerpo, con su lengua recorría cada parte de mí haciéndome retorcer de placer, esto también era nuevo, comenzó a quitarse la ropa también, su mirada a diferencia de la de Nain es brillante, sus ojos brillan cuando se posan en mi cuerpo; volvió a besarme y de nuevo sentí algo duro apretarse contra mi zona íntima, Zyan abandonó mis labios y me miró directamente a los ojos.

Zyan: ¿Puedo... su majestad?.

Asentí con la cabeza y él volvió a besarme y está vez lo sentí entrar en mí, a diferencia de Nain, Zyan entró de manera delicada y no dolió tanto.

Lo escuché gruñir cuando entró en mí y yo solté un pequeño jadeo. Comenzó a moverse suave, muy suave, es algo muy placentero.

No puedo creer que aquel hombre con apariencia de malo esté aquí, conmigo y siendo tan cuidadoso.

La noche pasó, pero está vez todo fue calmado y muy, muy placentero. Me quedé dormida mientras Zyan me abrazaba por detrás.

El cuerpo de Victoria me a dado la oportunidad de experimentar cosas nuevas, estos hombres son muy lindos, empiezo a entender a Victoria, ella sufrió mucho a causa de Nicolás, ver al hombre que amas en brazos de otras e ignorandote, debe ser difícil, y ahora que tengo el harén, quiero experimentar el tener a todos estos hombres a mi lado, como Nicolle quería a un hombre que estuviera a mi lado sin importar mi fama y mi dinero, y como Victoria quiero un hombre que sólo sea para mí, un hombre al que no tenga que compartir con otras, tal vez... Ambas podamos encontrar eso en estos hombres.

Me desperté un poco más tarde de lo normal, y ahora yo era la que abrazaba a Zyan, él me miraba con mucha ternura.

Zyan: Buen día su...

Victoria: ¡Victoria!, sólo dime Victoria, están de más las formalidades, no me gustan.

Él sonrió y accedió, tampoco le gustan esas cosas.

Zyan: Bien, ¿Cómo te sientes?.

Victoria: Bien, me siento bien.

Zyan: Cumplí con mi palabra.

Victoria: ¿Qué...?

Zyan: Le dije que sería mía, y lo cumplí. Dijo y dejó un beso suave en mis labios.

Victoria: Si, lo dijiste... Déjame preguntarte algo.

Zyan: Lo que quieras.

Victoria: ¿Ya nos conocíamos antes de aquél día en el pueblo?.

Él sonrió ampliamente y me abrazó aún más fuerte.

Zyan: No directamente, yo te ví muchas veces, pero no sé si tú a mí también.

Victoria: Oh... ¿Es así?... ¿Dónde me veías?.

Zyan: Te ví en muchos lugares, ayudando a niños, adultos, viejitos, a todo tipo de gente, al principio no sabía quién eras, tiempo después me enteré de que se trataba de la emperatriz bondadosa de la que todos hablan.

Victoria: Ya veo...

Llegó el desayuno y cuando estaba por probar bocado Zyan me quitó el cubierto y me lo ofreció.

Victoria: ¿Qué haces?.

Zyan: Déjame hacerlo, quiero alimentarte.

Lo ví seriamente durante un rato y al final tuve que darme por vencida y aceptar.

Así terminamos el desayuno y nos bañamos juntos, está vez accedí, no sé porqué pero siento una gran conexión con Zyan, el miedo desapareció y ahora me siento bien a su lado. Me puse un vestido color azul cielo, con cuello alto y mangas largas, era muy abrigador pues aún hacía frío debido a la nieve, las chicas me ayudaron con mi peinado, hicieron algunas trenzas dejando la mitad de mi cabello suelto y el maquillaje ligero de siempre, mientras que Zyan que ya se había vestido con su ropa habitual me miraba fijamente a través del espejo, con una sonrisa en su rostro.

¿Cómo puede ser un rey mercenario?, es tan lindo. Cuándo me despedí él me tomó de la cintura y me acercó a él, me besó, sin importarle que mis doncellas estuvieran presentes. Me dejó después de unos segundos y pude sentir mi cara arder, él me miró divertido.

Zyan: Te estaré esperando de nuevo.

Asentí con la cabeza y salí de su habitación, sentí la mirada de las chicas pero no me animé a mirarlas, era muy vergonzoso que ellas vieran esa escena.

Cuándo salí del harén y me dirigía al Palacio me encontré con Nicolás quién tenía una mirada ansiosa y en cuanto me vió se acercó a mí y tomó mis manos entre las suyas.

Victoria: ¿Q-qué te pasa?. Pregunté nerviosa y tratando de soltar mis manos, pero él apretó aún más su agarré.

Nicolás: Hablemos Victoria.

Victoria: No creo que...

Nicolás: Déjame explicar, quiero deshacer mi harén.

Victoria: ¿Qué?.

Nicolás: Quiero deshacerme de mis concubinas.

Victoria: Nicolás tú... No puedes, menos ahora que serás padre.

Nicolás: Aún no está confirmado y si fuera verdad...

Victoria: ¿Y si fuera verdad qué?.

Nicolás: Podrías adoptarlo cómo tuyo.

¿Qué está diciendo esté tipo ahora?.

Victoria: ¡NO!, no haré algo así.