Un error que fue pagado

Día: JUEVES.

Hora: 9:30 A.M.

Lugar: TRABAJO.

Narra Mildred

Estaba llegando al trabajo cuando Dayana, mi jefa de trabajo, salió corriendo por la puerta a recibirme.

— Sofía ¿Te encuentras bien… te vez pésima — Se acercó a mi con rapidez mientras me miraba asustada.

— No te preocupes Dayana, me encuentro mucho mejor de lo que me veo — Dije notando que todos dentro me miraban con preocupación.

— Bien, ¡entonces hay que ponernos manos a la obra! — Grito Dayana con decisión — Hay un cliente que solicito un traje — Me miro con una sonrisa maliciosa y yo supe que algo andaba mal.

— ¿Eh?, ¿por qué la mirada de loca? — Le pregunté y está sonrió.

— Ese traje será diseñado por ti querida — Me dijo y solté un suspiro muy largo.

— Eres una diseñadora conocida y ese cliente parece ser de una familia muy adinerada — Me dijo con una expresión extraña y yo solo asentí.

— Definitivamente estás loca — Le dije y esta me jalo la oreja.

— Bien, no es hora de estarme diciendo loca así que a trabajar — Asentí y entre rápidamente aún que volví hacia afuera.

— ¿Si realizó este diseño me dejaras salir antes del trabajo? — Pregunté y Dayana se rió a carcajadas.

— Te dejare ir más rápido, pero si no es del agrado del cliente — Me miro asesinando me con los ojos — Te castigarte con horas extras; sus ojos eran azules y su cabello marrón, piel pálida y cuerpo un poco robusto.

Después de escuchar eso me fui corriendo a mi área de trabajo y estaba apunto de comenzar a trabajar cuando me di cuenta de que no sabía cómo era el chico que encargó el traje.

Normalmente veo a mis clientes y se que es lo que puedo hacer para que luzcan fabulosos... pero ahora no sabía de qué color era su cabello o de qué estatura era, si era joven o era mayor.

Con esa duda mire a mi compañera y amiga Natasha.

— Oye Natasha — Me dirigí a su lugar y me senté en una silla a su lado.

— ¿Que sucede Sofía? — Me preguntó Natasha con una sonrisa; su cabello y ojos eran marrones, su cuerpo delgado y color de piel claro.

— Tu llegaste temprano ¿verdad? — Pregunte sonriendo y está asintió.

— Si Sofi, ¿por que? — Me preguntó y yo solo pude hablar mientras tomaba unas notas.

— Bueno, me encargaron hacer un traje para un joven que vino hace un rato pero yo no sé cómo es él — A Natasha se le iluminaron los ojos y me preguntó:

— ¡Oh! — Exclamó — ¿quieres que yo te lo describa? — Me Pregunto entusiasmada.

— Así es — Asentí con la cabeza y le dedique una pequeña sonrisa.

— Bueno lo mire de lejos... su cabello es obscuro y corto, el es alto y bien parecido, sus ojos reflejaban el mismo mar y parecía estar bien formado — Me dijo ella como si me estuviera describiendo al hombre de sus sueños o a un dios del Olimpo.

— Bueno creo que es una muy buena descripción tomando en cuenta que solo lo viste de lejos — Puse mi mano tras mi nuca y suspiré pesadamente — Creo que tu vista es mucho más sana que la mía.

— Bueno el era realmente guapo, creo que podría ser un actor... aún que lo dudo por qué de ser así yo lo conocería, además las chicas se encuentran hablando de su posible perfección, es que está muy exquisito — Me dijo y yo me asuste.

— Creo que esa información es suficiente — Le dije — Creo que tu y las demás chicas ya dedujeron de que color llevaba los calzones — Dije burlona y ella me respondió:

— Quizá negros y de una muy buena tela — Ella asintió repetidas veces con la cabeza.

— Suficiente información, gracias Natasha — Le agradecí y me aleje lo más rápido que los tacones me permitieron.

Día: VIERNES.

Hora: 5:00 P.M.

Lugar: REINO UNIDO, CASA DE LOS ACKERMAN.

Narrador Omnisciente

En la casa de los Ackerman parecía que ya solo era habitada por Elena Aomin de Ackerman y su pequeña niña de cinco años Anastasia Ackerman, Jean no frecuentaba mucho su casa pues no era agradable para el tener que toparse con Elena, ella era su esposa pero no era la mujer que el necesitaba, a la que amaba.

Por ello pasaba la mayoría de días lejos de casa y solo asistía a los cumpleaños de su hija y a la fiesta de año nuevo.

Elena se sentía muy sola en aquella casa tan grande, su compañía era su hija y algunos de los sirvientes, además de la madre de Jean quién no hablaba mucho con Elena, solo se la pasaba jugando con su nieta.

Ahora se encontraban el el jardín, mientras la pequeña Anastasia jugaba persiguiendo las mariposas una de las sirvientas entro a el jardín informando algo.

— ¡Señora Ackerman! — La sirvienta corrió hasta Elena y le entrego una carta — Es de el señor Jean — Se dirigió hasta la madre de este y le entrego otra — Y esta es para usted.

Elena abrió la carta y comenzó a leer el contenido.

Elena.

Está carta te la escribo desde los Estados Unidos, he estado muy ocupado últimamente y no tendré tiempo de ir a visitar a Anastasia así que avísale que iré por ella en unos dos meses para llevarla a un viaje.

Sabes por qué no estoy en casa y te agradecería mucho que no le digas mentiras a la niña.

— Jean

Al leer la carta Elena rompió en llanto mientras se dedicaba a maldecir a Mildred por lo bajo.

— Todo es por culpa de esa maldita zorra — Susurro para ella y se tiró al césped a llorar mientras recordaba el día en que se enteró que su padre había fallecido.

Narra Elena

Ese día Jean se molestó mucho conmigo...

— ¡¿Cómo pudiste hacer un escándalo de esa magnitud?! — Me grito Jean y yo trate de acercarme a abrazarlo para que se calmara.

— Jean tranquilízate — Le pedí pero este me miró molesto y luego golpeó la mesa.

— ¡Si no hubieras provocado un desastre en la cena quizá yo ya sabría dónde se encuentra Mildred! — Tomo con una mano su cabello y lo echo para atrás — Además por tu culpa todos están rumoreando que soy una basura y que Mildred es una simple prostituta — Me grito y yo rompí en llanto por el susto.

— ¡Pero es la verdad! — Le grite y este me miró — Ella es la mujer que te quería apartar de mi lado — Le dije y solo se acercó a mi para mirarme más de cerca.

— Pues, para mí tu siempre serás la otra mujer... por qué no te amo y nunca te voy a amar — Me dijo y yo le di una bofetada — Por lo menos no te amare mientras tenga el recuerdo de Mildred — Este puso una mano sobre su cara y se sentó en el suelo.

— ¡¿Entonces por qué te casaste conmigo?! — Le grite y Jean y este se comenzó a reír a carcajadas.

— Por qué tu padre y mi padre así lo acordaron — Me dijo y yo me quedé con los ojos bien abiertos.

— Pero Jean... yo estoy embarazada — Este me miró y se acercó a mi.

— Pues creo que estoy dudando que ese niño sea mío — Al escuchar esas palabras sentí un dolor inmenso.

— Después de todo te perdone la infidelidad hace unos tres meses, y dos meses después me dices que estás embarazada, cuando la única vez que te toque fue exactamente cuando me estabas poniendo el cuerno con el otro idiota — El tomo un mechón de mi cabello y comenzó a oler mi aroma — Note que comenzaste a usar el perfume que utilizaba Mildred, pero la fragancia de ella venía de su aroma natural.

— Jean — Nombre con una lágrima en el ojo — Ya te dije que este niño es tuyo, y si uso el perfume de Mildred es para que por lo menos te sientas más cómodo con mi aroma.

— Pues déjame decirte que solo haces que odie ese perfume — Jean se levantó — Y ya te dije que hagas una prueba de ADN para saber si ese bebe es mío o es del otro bastardo.

Comencé a sollozar y lo abracé.

— Le diré a mi padre que te deje libre de la promesa de tu padre, para que puedas lárgarte a buscar a tu prostituta barata — Apreté más el abrazo y este sonrío.

— Me olvidaba de avisarte lo que sucedió hoy por la mañana — Lo mire y este entre risas me dijo — A el jefe Alexander Aomin se le ha encontrado muerto en su oficina, lo único que dejó fue una nota de suicidio que nombraba a Charles su sucesor.

Yo me quedé paralizada por la noticia y Jean continúo riéndose.

— Y lo más gracioso es que en esa nota confiesa algo que solo tú y otras personas sabían... — Se callo por unos momentos — Decía que el había asesinado a la familia Zoe y también confesaba que el traicionó a mi padre y lo mató para quedarse con todo el poder, mientras que a tu madre la ahorcó para deshacerse de un estorbo.

Después de decir esto Jean tomo mis brazos y se soltó de mi agarre.

— Reflexiona lo que te dije y después me cuentas que te pareció — Se fue azotando la puerta y yo me quedé ahí llorando.

Y ahora...

El no me ha perdonado y se que sigue buscando a Mildred

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Comments

Margarita Peña

Margarita Peña

Cuando se ama se ama

2022-05-16

2

Modesta Almaraz Barcena

Modesta Almaraz Barcena

pero Mildred si lo ama

2022-03-09

1

silvia

silvia

Era un desgraciado pero ahora pagará lo q ha hecho

2021-03-31

6

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