Adoptada Por El Mafioso

Adoptada Por El Mafioso

¿Amor de hija?

Narra Mildred

Soy Mildred Sofía Ackerman, tengo diecisiete años; mi cabello es color Negro y mis ojos son de una tonalidad violeta, mi cuerpo es delgado y piel pálida, mis ánimos nunca fueron los mejores por lo que sucedió con "mi padre"

Muchos creían que lo que yo sentía hacia él era una clase de admiración de una hija hacia su padre, pues él me adoptó cuando era una niña de solo diez años; más precisa mente un mes antes de cumplir los diez... pero que equivocados estaban.

Él era un sol al estar conmigo, cada minuto, cada segundo pero... un día después de cumplir 17 lo ví asesinar a un hombre, cuando mi "padre" se percató de mi presencia ya era bastante tarde pues, había visto todo el acto con mis propios ojos, sin embargo al escuchar su dulce voz llamarme no pude ser capaz de pensar mal de él solo me dije a mi misma "Debe tener sus razones como para hacer esto".

Entonces él me tomo con la misma dulzura las mejillas y dió un suave beso en ellas; en ese momento sentí que toque el cielo… también sentí que una ola de calor recorría mi cuerpo y me hacía sentir un gran alivio en mi corazón, pero parece que eso nunca importo, después de todo, ese día me encontraba en su boda mirando como "El amor de mi vida" se entregaba a una mujer.

Una odiosa mujer que solo llego a arruinar lo que yo quería formar con él, algo que era maravilloso, y no permitiría que me fuese arrebatado tan fácilmente.

— ¡Hola Mildred! — Elena se acercaba hacia mi con una sonrisa.

Aquella odiosa y tonta mujer se había acercado a mi. La verdad la odiaba muchísimo, era una chica de ojos color turquesa; cabello Rubio y cuerpo perfecto; su piel era bronceada, lo que más odiaba es que aparentaba ser un ángel ante todo el mundo.

— Hola Elena, espero que te lo estés pasando de maravilla este día — No me quedaba más, tenía que fingir felicidad.

— Si, la verdad estoy muy feliz de que por fin haya llegado el gran día, no sabes lo feliz que soy pues ahora podré estar al lado de Jean — Suelta un ligero suspiro y continua hablando— Espero de todo corazón que algún día me tengas el mismo cariño que a Jean y me puedas llamar Madre.

— ¡¿Que?! — Grite sin pensar y no me percaté de que todos se alarmaron y comenzaron a mirarnos de manera preocupada.

— Bueno, me gustaría que pudieras quererme como tu madre, así como a Jean por ser tu padre adoptivo — Esa tonta mujer me miraba asustada y en serio estaba molesta por lo que me dijo ¿Ella mi madre? ¡Jamás!.

— Si, lo siento... es que yo... me alteró muy rápido y no puedo reaccionar de buena manera — Trate de disculparme lo más convincente mente y tome aire un poco alterada.

— ¿Sucede algo? — Jean se acercó a nosotras y coloco su mano sobre el cabello de Elena, cosa que me enfureció bastante debo decir. Él tenía un tono de piel pálida y sus ojos azules; cabello negro, su cuerpo era delgado y su sonrisa de infarto.

Les sonreí muy falsamente, pues la verdad no me apetecía hablar mucho con ellos — Nada, solo que yo y Elena hablábamos sobre el viaje de Luna de miel — Decir esto me hizo sentirme pésima.

— Eso era algo que quería comentar contigo Jean — Le dijo Elena a Jean mientras lo abrazaba y lo acercaba más a ella sonriendo — ¿Dónde pasará los días Mildred mientras tú y yo estamos ausentes? — Esa pregunta fue algo que me dejó más molesta que antes.

Jean se quedó unos segundos pensando y después contesto la pregunta de Elena — Ella se quedará en la casa de su amiga Tatiana durante los dos meses que nosotros estaremos fuera del país — Me miro y sentí un dolor enorme cuando sus ojos se cruzaron con los míos.

Me sentí molesta, se que una pareja debe salir sola pero... el nunca me dejó sola y acostumbrarme a verlo con Elena no es ni será una opción. Les sonreí sin ganas y me marche.

...Narrador Omnisciente...

Mientras Mildred se marchaba Elena le hizo una pregunta a Jean.

— ¿No te parece que Mildred actúa extraña cada que está conmigo? — En ese momento dirige su mirada a Jean quien solo asiente y mira a Mildred marcharse.

— Mildred... ella no es cualquier chica Elena, perdió a su madre a la edad de tan solo nueve años y ha sufrido muchos traumas... demasiados me atrevo a decir y al ser tan pequeña y presenciar actos horribles se volvió muy apegada a mi — Jean mira a Elena y le sonríe — La verdad yo agradezco el haberme ganado su confianza, quizá algún día te llamé madre y tenga la misma confianza hacia ti.

— Bueno creo que puedo ganarme su corazón de alguna manera en el futuro— Dijo Elena y le dedicó una pequeña sonrisa a Jean — Espero que todo salga como lo planee.

Aún que Jean hubiera dicho esas palabras él dudaba mucho el que Mildred la aceptará y sobre todo que la llamara madre, sabía que era una joven caprichosa y que de alguna manera estaría pensando en cómo hacerle la vida cuadritos a Elena.

Y no se equivocaba pues, al otro lado de la recepción en el jardín trasero que estaba solo, se encontraba Mildred en una pelea con ella misma y su odio a Elena.

...Narra Mildred...

Esa tonta rubia está provocando que me vaya a dar un infarto, se mordió el labio con frustración y una lágrima cayó por su mejilla con una gran velocidad.

— Te odio Elena — Susurro por lo bajo sin darse cuenta de que alguien se acercaba a ella por su espalda.

Un suspiro se escuchó tras Mildred y está solo volteó de golpe por el susto que le había provocado — Eso mismo pensé Mildred — Dijo Jean mirándole fijamente mientras que con una mano lanzaba su cabello hacia atrás.

— ¡Jean! ¿que haces aquí? ¡casi muero de un susto! — Fue lo primero que grito Mildred al cabo de unos segundos que se le pasó el susto — ¿No se suponía que deberías estar con Elena por ser el día de su boda? — Esta hablo con un tono bajo para después rechinar los dientes apartando la mirada a un lado con visible molestia.

— Tu más que nadie sabe que esto no fue mi elección Mildred — Jean tomo su mano — Siempre serás mi pequeña niñita y lo sabes, nadie puede suplantar a tu persona — Le dió un suave beso en la mano.

— Sabes, se que esto no fue tu elección pero me cuesta creer que de ahora en adelante debo vivir con esa mujer en mi casa — Soltó Mildred con notable molestia y Jean lo noto.

— Lo se pero ahora te pido que respetes a Elena, ella tampoco tiene la culpa de lo que ha sucedido y aún que se que no es posible que la quieras por lo menos te pido que no la culpes de esto... sabes que este matrimonio no va a durar mucho, cuando Elena fallezca volveré a mi vida normal solo que ahora seré viudo — Jean le pidió algo que para ella era imposible, pero después de todo él tenía razón; no duraría mucho con vida y eso era quizá algo a favor de ella.

— Supongo que no me queda más que aceptar tu petición — Mildred lo miro y continúo — Creo que está bien... agradezco que comprendas que no puedo aceptarla tan fácilmente — Jean revolvió el cabello de Mildred para decirle algo que la hizo destrozar por dentro.

— Siempre serás mi hija y te protegeré como tal — Definitivamente ella no quería escucharlo diciéndole de esa manera pero... ¿en serio él solo sentía el amor de un padre a su hija?.

Jean dió un último beso en la mejilla de Mildred y volvió a la fiesta mientras sonreía para sus adentros; al momento una joven salía tras unos arbustos que estaban posicionados justo al lado de Mildred.

— Oye Mildred... — La chica de cabellos dorados, ojos azules y piel bronceada fue interrumpida por la de pelo negro quien soltó un grito infernal al escuchar la voz de la joven.

— ¡Tatiana! — Exclamó Mildred retrocediendo asustada.

— ¿Tanto miedo te dan tus pecados y tus pensamientos cochinos? ¿eh? — Tatiana se rió a carcajadas mientras corría huyendo de Mildred quien la perseguía con un tacón en la mano —¡Oye pido piedad! — Alzó la voz cuando cayó al pasto y Mildred alzó el tacón — Yo solo quería hablar contigo sobre la pijamada de esta noche — Termino su oración y juntó las manos en modo de súplica.

— ... bueno, lo siento pero la verdad a veces me sacas de quicio con tus bromitas — Razona con Tatiana al mismo tiempo que se coloca el tacón.

— Lo siento, es solo que me preocupa verte cerca de Jean a solas... — Le explico a la pelinegra pero continúo al no recibir respuesta alguna por parte de su amiga — Digo, el es un hombre casado y tu y yo sabemos que probablemente ame a su esposa.

— ¡No! — Grito la pelinegra y su mirada bajo al césped — Por favor ya no lo digas.

Tatiana era una persona persistente y de ninguna manera se quedaría con dudas.

— Tu... ¿lo amas verdad? — Pregunto y la respuesta tardo en llegar.

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Comments

Dolores Hernandez

Dolores Hernandez

el no es su papá el la adoptó

2023-10-17

1

Margarita Peña

Margarita Peña

Esta enpesando ella está enamorada de su papá

2022-05-15

0

Nina Danir Ejt

Nina Danir Ejt

cuantos años tiene Jean autora me sacas de la duda pliss

2021-08-23

0

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