Un beso robado

...Narra Jean...

La verdad en ese momento no sabía si me condenarían a muerte o simplemente me dejarían.

— Mira Jean — Dijo Charles y comenzó a tratar de asustarme — Si mi hermana llega a sufrir durante su matrimonio te haré la vida cuadritos, y iré a preguntar a Mildred si le interesaría salir conmigo — Vaya que tipo más terco.

Sonreí de lado y contesté — Vayamos hasta dónde Mildred y veamos si ella está de acuerdo con salir contigo, lo dudo mucho… — Hize una pausa para pensar que diría y continúe — No, estoy cien porciento seguro de que ella te negará cualquier intento de coqueteo.

— Jean — Mi suegro hablo y recordé que él se encontraba presente — Más vale que Mildred esté dispuesta a casarse con Charles, de eso dependerá que mueras o no — Está era una buena apuesta, pero ninguna opción tendría un final bueno para mí.

— Me parece algo muy conveniente para ustedes dos — Charles me soltó de la camiseta y comenzó a caminar.

— ¿Dónde se encuentra Mildred? — Pregunto Charles.

— La señorita se encuentra en el Jardín trasero, cerca de el árbol de limón — Dijo uno de los guardias que estaban cerca de nosotros.

— ¿Eh?, ¿¡La tienen vigilada!? — Me queje y Charles solo se alejo de mi sin respuesta. Ese maldito mocoso se estaba metiendo en terreno peligroso.

...Narra Charles...

Me dirigía a el árbol donde se encontraba Mildred, la única chica que siempre me había gustado; amaba todo de ella sus ojos, su cabello, su aroma e incluso amaba verla sin arreglar se por la mañana.

Fue cuando recordé como la conocí…

Me encontraba caminando por los pasillos de la residencia Ackerman y ahí fue cuando la conocí, ella tenía doce años y era muy descuidada.

Se acercó a mí y me ofreció de sus dulces, yo tenía 18 y esa acción me dejó encantado.

— Oye — Se dirigió a mi — ¿Eres de la familia que vino a hablar con mi abuela? — Me preguntó y yo solo asentí — ¿Eres mudo? o ¿por qué no me diriges la palabra? ¿acaso es por que soy adoptada por está familia?.

Fue entonces que me digne a responder y lo hize — No es nada de eso, solo que no suelo hablar mucho con nadie y mi padre me prohíbe hablar con algunas personas.

— ¿Haces todo lo que te dice tu padre?, eso es demasiado aburrido — ¿Era una hija adoptiva de la señora Ackerman? me pregunte y a la hora de la comida descubrí que está a esta la había adoptado Jean Ackerman, el hijo único de la familia.

Me preguntaba cómo era que un chico tan rarito como Jean pudo adoptar a una niña tan risueña, no sabía cómo a mi hermana le podía gustar Jean; un chico con notables ojeras y comportamiento extraño, nunca le había visto hablar mucho con nadie. Por eso me sorprendió el que al parecer a Mildred le hablaba con total normalidad.

Ahora comprendo por qué…

Seguía caminando hacia ella y note que estaba muy distraída, algo inusual en ella.

...Narra Mildred...

Me encontraba pensando en todo lo que me dijo mi abuela y también en las palabras de Tatiana, fue cuando note que alguien se había acercado lo suficiente hacia mi.

Al mirar pude notar que era Charles Aomin, justo en ese momento recordé que el pertenecía a la familia que había hecho mi vida algo despreciable.

— ¿Que haces en este lugar tan retirado? —Pregunto y se sentó junto a mi.

— Pues como podrás haber notado estoy sentada en el césped — Él me miró seriamente unos segundos y yo contesté algo más.

— Está bien, solo quise venir un rato a tomar aire y a pensar cosas... lejos de todo y de todos — Lo mire — ¿Y tú qué haces aquí? creí que estarías con tu amigo Harry.

— No, Harry está ocupado hablando con otros amigos — Vaya que excusas más torpes, pensaba que este chico tendría algo bueno que contar — Además estaba buscando inspiración para escribir una novela sobre una joven; bella, amable y con una sonrisa perfecta — Me dedica una mirada dulce — La verdad creo que tú eres la inspiración perfecta.

— Hmmm... — Este chico era extraño, pero esto lo era aún más — ¿Acaso estás tratando de coquetear conmigo? Charles — Le dedique una sonrisa maliciosa y note que este se había ruborizado un poco.

— Bueno... yo no lo llamaría así — Este coloco una mano tras su nuca — Solo quería preguntarte si tenías tiempo para caminar unos minutos en algún lugar apartado — Pregunto con una sonrisa digna de un galán de novela.

— Hmmm — Me calle un momento — La verdad no me apetece estar con alguien ahora, así que... vete por favor, eres un hombre soltero y todos podrían interpretar mal lo que estamos haciendo ahora mismo — Tras decir esto me calle esperando a que el se fuera.

— Si, creo que tienes razón — Dijo y recargo su cabeza en mi hombro — Pero a mí no me importa que es lo que piensen los demás —Esta vez me puse un poco nerviosa así que lo empuje un poco.

— Oye a mi sí me importa lo que piensen de mi las demás personas — Este solo me miró directamente a los ojos y yo me puse aún más nerviosa, al punto de sonrojarme.

— Mildred, ¿Acaso yo te desagrado? — Me preguntó y yo solo me quedé callada — Vamos contesta.

— ¿Por qué la pregunta eh? — Lo mire con el ceño fruncido y este contesto de una manera un tanto pícara en mi oído.

— ¿Que por qué? — Me susurro y continúo — Por que quizá me gustaría venir hacia ti para coquetear te más seguido, digo ¿Eso molestaría a esta princesa? — Sentí que el corazón se me saldría, sentí un miedo incomprensible al escuchar esas palabras, hace mucho que nadie me asustaba.

— Por favor no hables más en mi oído — Le dije como regaño y el me miró los labios.

— ¿Te molestaría que saliéramos a un restaurante en unos días Mildred? — Este no dejaba de mirar mis labios y me molesté.

— Me gustaría más que te fueras a con tu padre — Susurré lo suficiente mente alto como para que esté me escuchara.

— No me iré hasta que no me digas que aceptas ir a una cita conmigo — Ya estaba muy cansada así que accedí a darle la cita.

— ¡Lo haré pero solo para que ya te calles y te vayas! — Le grite y este sonriente me dió un beso, aún que ese beso no había involucrado su lengua o la mía, me sentí sucia; asquerosa algo horrible.

— Adiós — Se levantó del césped y se retiró corriendo, supongo que lo hizo para que no le respondiera con una cachetada, una decisión muy sabía debo decir.

...Narra Charles...

Me encontraba huyendo de el lugar, me había encantado robarle un beso a Mildred, este día nunca se borrará de mi memoria.

Mientras corría trate de imaginarme la cara de Jean al ver cómo Mildred y yo nos besábamos.

Lo que había pasado era algo que definitivamente debía contarle a mi padre.

...Narra Mildred...

Mientras Charles se alejaba yo quería ir a darle una bien merecida bofetada.

Pensé en irme a la casa de Tatiana, pues dudaba mucho que Jean se quisiera despedir de mi. La verdad era alguien lamentable a más no poder, sentía ganas de ir corriendo y avisar a Tatiana todo lo que sucedió; pero considerando que hace un rato le había dicho todo sobre Jean era una opción nula.

...Narra Jean...

Miraba a Mildred desde lejos cuando se apareció Charles, ese idiota se había atrevido a recargar su asquerosa cara en el hombro de ella.

Hablaban de algo, pero a la distancia que me encontraba era difícil poder oír lo que decían, fue cuando Charles beso a Mildred y huyó, tenía la mente totalmente en blanco ¿Por qué la beso? eso era algo que me dolió de una manera perversa cuando pensé en que ella le había dado el permiso.

¿Acaso ella había aceptado una cita con él?, de ser así lo que me quedaba era impedir que ella asistiera a ese lugar.

Nadie merece a Mildred, ella no pertenecerá a cualquier tonto que trate de acercarse... ella no quiere a cualquier idiota ¿o si?

Fue cuando recordé la primera vez que la ví...

Tenía unos dieciocho años, cuando me mandaron a asesinar a unos tipos que se encontraban con problemas; problemas con la familia Zoe.

Cuando termine y llegue a la casa de los Zoe encontré a toda la familia muerta, menos a una pequeña niñita que se escondía dentro de un closet de la habitación, cuando me acerque ella solo comenzó a llorar y a suplicar me que no la matara.

— ¿Quien eres pequeña? — Pregunte y ella llorando me contestó.

— Me llamo Mildred — Me contesto temblando.

— No tengas miedo — Le di la mano y la levanté — Los tipos ya se fueron de este lugar — Y así fue como entre sollozos me contó todo lo que le había pasado a la familia.

Yo la adopte y me encargue de que poco a poco se olvidara de aquel traumático asunto que la había destruido.

Pero ahora me la querían quitar...

Me acerque hasta donde ella y la mire fijamente.

— Jean — Fue lo que dijo, aparentemente estaba asustada... ¿por mi?.

Más populares

Comments

dana garcia

dana garcia

Ahh

2021-04-21

3

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play