Mi nueva vida

Narra Mildred

Ya pasaron 8 años desde que me fui de la casa de Jean... de la casa de mi padre. Después de todo, en estos años yo nunca lo necesite económica mente hablando, aún que me dolía dejar de verlo me mudé a París-Francia y terminé una carrera como diseñadora gracias a Tatiana, quien me apoyo para salir de la casa de Jean.

Ella se vino a vivir a París y compro una casa en la cuál estube viviendo un tiempo hasta que conseguí comprar un departamento.

El solo recordar lo que sucedió hace 8 años me hacía sentir un gran deseo de terminar con mi vida, se formó el escándalo del año por todo lo que sucedió aquel día.

Los que decían ser mis amigos se alejaron de mi en el momento que la primera nota en el periódico apareció, pues este informo todo lo ocurrido además de una entrevista a Elena.

El periódico decía...

¡ÚLTIMA NOTICIA!

Jean Ackerman, hijo y heredero de una de las familias más prestigiosas de Reino Unido fue visto el día de su boda besando a una joven cuya entidad era desconocida, más tarde se reveló que la chica era adoptada por este joven.

En la entrevista la señora Elena de Ackerman nos confesó que su marido nunca la engañó, pero que la otra chica había tratado de interferir en su vida.

La señora afirma que estaba dispuesta a recibirla como una hija pero la otra le dió la espalda.

En estos momentos nadie sabe dónde se encuentra la joven Mildred Sofía Ackerman, está roba maridos ha escapado sin dar la cara y el señor Jean Ackerman se niega a dar algún detalle.

Si la ven informen a la familia pues ellos están dispuestos a recibirla y perdonar sus errores**.

La noticia llegó hasta París pero me he asegurado de no hacer mi nombre público. Solo respondo al nombre de Sofía Zoe.

El nombre de Mildred me recuerda a todas las veces que Jean me llamo así.

Además podrían buscar de mi y me encontrarían solo para arruinar más mi vida, Mis "amigos" se preocuparon más por el que dirán. Así que no he hablado con ellos.

*El teléfono comienza a sonar*

Cuando lo mire, note que no tenía nombre así que no sabía si contestar o no, al final me decidí por tomar la llamada.

— Casa de Sofía Zoe, ¿En qué puedo ayudarle? — Me sentía un poco asustada.

— Hola Sofía ¿Cómo estás? — Me contesto una voz familiar tras el teléfono.

— …¿Kenny? ¿Eres tú? — Pregunte y la voz tras el teléfono contesto.

— Si soy yo… tranquila Zoe — Me dijo Kenny y me sentí muy feliz, hace mucho que no hablaba con ella.

— Me da mucho gusto que me llames, yo estoy muy bien, ¿cómo te encuentras tú? — Mencioné.

— Me encuentro muy bien — Me respondió y yo seguí con la plática.

— Pero cuéntame ¿Que has hecho allá eh? ¿sigues estudiando en Estados Unidos? — Pregunte muy ansiosa.

— Precisamente por eso te llamo Sofía, regreso a Francia el viernes por la noche... así que me gustaría si pudiéramos vernos el Sábado por la mañana, digo solo si puedes... quiero presentarte a uno de mis maestros — Dió un pequeño suspiro y continúo — El es mi novio, es un amor y la verdad espero que se lleven muy bien.

— ... — Me quedé un rato callada — ¿Novio?¿por qué no me contaste nada antes eh? — Pregunte soltando un suspiro.

— Bueno no hace mucho que el y yo salimos así que no podía decir que era mío — Me dijo y solo me quedé pensando en todo lo que pase con Jean.

— Creo que yo soy la única solterona en el grupito — Dije sin ganas y Kenny solo se rió al otro lado del teléfono.

— ... Oye, hablando de eso ¿Tú nunca has tenido ni un solo pretendiente amoroso?, bueno supongo que por lo menos has dado tu primer beso ¿o no? — Me preguntó y yo solo puse una mano tras mi nuca.

— Una vez di un beso... pero fue hace mucho y no me gustaría recordar — La verdad quería olvidarme de ese beso, pero la sensación que sentí fue única e inigualable, aún que quisiera olvidar eso me ha resultado imposible hasta ahora.

— ¿Por qué no te gusta recordarlo? ¿fue una mala experiencia? — Preguntaba con curiosidad y yo solo me puse muy nerviosa, no quería que me sacará toda la verdad.

— La verdad… la verdad se me está haciendo tarde y tengo que colgarte ¡Adiós! — Me puse un poco seria.

— ¡Espera! — Me grito al otro lado de el teléfono — ¿Si vamos a vernos el Sábado? — Me que pensando unos segundos —¿Sofi?.

— Esta bien ¿El sábado dónde? — Ya quería colgar.

— En el café que siempre frecuentaban tu y Tatiana cuando cursamos la preparatoria ¿Okay?, además será alrededor de las 9:00 a.m. —Me Pregunto y yo recordé inmediatamente.

— Si, te veo el sábado allá — Dije y ella continúo.

— Fue un gusto escuchar tu voz Mildr... Sofi — Me dijo algo a lo que no le puse mucha importancia y colgué.

— Adiós — Me tire al suelo soltando un suspiro de alivio.

Me encontraba tirada y me quedé pensando en lo que Kenny dijo antes de colgarme, ¿Me había llamado Midred? ¡NO! era algo imposible, la única que sabe de mi nombre es Tatiana y ella no le contaría algo tan a la ligera.

Muy seguramente escuché Mildred por estar pensando en el asunto de Jean ¿Verdad?... bueno no tenía mucho tiempo así que comencé a atar mi cabello en dos coletas.

Y así entre el aburrimiento recordé el día que ví a Jean matar a alguien...

— ¡No por favor no lo hagas, sabes que debo vengarme! — Escupió sangre — ¡Te juro que no volveré a acercarme a ella!… pero prométeme que la cuidaras — El chico me parecía muy familiar... pero no recordaba dónde lo había visto.

— ¡Ya cállate!... tú no lo entiendes, ella lo es todo para mí y no puedo permitir que le hagan daño por tu culpa — Coloco el arma de fuego en la frente del chico al cual no podía distinguir muy bien — Por favor recuerda que discutí esto contigo... estás a tiempo de cambiar de opinión — Jean trato de razonar y el otro solo negó con la cabeza.

— No... lo mejor para los dos será que yo me muera Jean, hace unos segundos me encontraba rogando que me dejaras libre... pero solo quiero cuidar de ella — Volvió a escupir sangre y continúo — Solo cuidala, asegúrate de vengar a mis abuelos y hermanos, y si algún día ella recobra la memoria cuéntale todo y dile que su hermano mayor la amaba... es lo único que te voy a pedir — Una lágrima cayó por su mejilla.

— Te juro que cumpliré tu última voluntad — Y después de esto el tipo sonrió para recibir un balazo en el cráneo.

Yo me asuste al escuchar el estruendo y de mi boca salió un jadeo de susto.

Comencé a llorar desconsoladamente por las palabras de ese joven y Jean escucho mis llantos.

— Mildred — El susurro y tiro el arma al suelo para correr y abrazarme — No me tengas miedo querida, yo no te haré daño presiosa sabes que te adoro ¿verdad?.

Lo mire a los ojos y solo reflejaban tristeza... una tristeza enorme que me hizo sentir muy mal por todo lo que había pasado en ese momento... Jean sentía lastima por ese joven y yo lo sabía muy bien.

Lo abrase y seguí llorando en su hombro por un buen rato.

Ahora me encontraba pensando en lo que dijo Jean... y siento que la niña de la que hablaba ese chico era yo.

Jean me protegía con mucho amor y siempre trataba de que evadiera el tema de la muerte de ese joven.

Incluso me negaba saber el nombre y apellido de el.

A veces quisiera saber un poco más sobre mi origen, pero ahora no puedo hablar con Jean, el me escribió una carta antes de que me fuera de la casa en Reino Unido y no era nada linda

Mildred Sofía Ackerman

Creo que estás muy conciente de que esté berrinche no es para nada de mi agrado.

Si no regresas a la casa en 2 días me veré obligado a ir por ti a la casa de los Peterson a sacarte y traerte de nuevo a mi casa.

 

— Jean.

 

El mismo día que recibí la carta me vine hasta Francia para empezar una nueva vida.

Después de eso los padres de Tatiana nos dijeron que Elena comenzó a envenenarle el alma a Jean, le decía que yo solo estaba haciendo un berrinche para irme con alguien más a escondidas.

Termine de maquillarme un poco y pensando en mi estúpida mala suerte me fui a el trabajo. Trabajaba como una diseñadora de ropa y nunca daba mi nombre a conocer cada que alguien compraba algo diseñado por mi... Siempre me nombraba como Sofía Zoe.

Además no mostraba mi rostro a personas importantes, pues siempre hay alguien interesado en el chisme que puede arruinar tu vida en cuestión de segundos.

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