Capítulo 6. Fiera batalla

Sara estaba en su tienda muy enfadada ya que cuando había ido a cenar cinco soldados le habían dicho cosas obscenas, al principio ella los ignoró pero uno de ellos le tocó el trasero al pasar al lado de ellos.

Sara se había puesto tan furiosa que les había dado una paliza y no dejó de golpearlos hasta que ellos cayeron inconscientes, los hombres siempre solían subestimar la debido a su aspecto, aunque Sara era menuda y bonita, también era una gran luchadora, cuando su hermano estaba vivo siempre solía molestarla por eso, él siempre le decía que ella tenía la fuerza de un gorila.

El único que no la juzgaba por ser más fuerte que un hombre era su esposo Caleb, ellos habían sido amigos desde niños y se habían casado cuando ambos cumplieron la mayoría de edad, él siempre le decía que su gran fuerza era algo que a él le encantaba.

El esposo de Sara era un hombre de letras el disfrutaba ver a Sara pelear ya que él era muy patoso y no se le daba bien pelear, Sara le extrañaba demasiado además de ser su esposo el también había sido su mejor amigo, alguien al que le podía contar sus preocupaciones y sus problemas.

Cuando estalló la guerra Caleb fue obligado a ir a la guerra al igual que su hermano, sin embargo ninguno de los dos había regresado, ahora Sara también se había unido a la guerra, pero ella no pensaba morir en aquel lugar ya que ella aún tenía demasiadas cosas por la cual luchar.

Al final Sara se calmó, se acostó en la cama y se quedó dormida pensando en su padre y en su hijo.

A la mañana siguiente todos se levantaron muy temprano a desayunar y formaron filas ya que al parecer el ejército enemigo pensaba atacar ese día, Sara buscó al general Morris para recibir órdenes.

Después de que le dijeran lo que debía de hacer Sara buscó a su escuadrón y se reunió con ellos les dijo que se formarán y lo que debían de hacer.

***

El rey iba a liderar la batalla de ese día, él le había ordenado a Roy que se asegurara de que nada le pasara a Sara durante la pelea, él pudo verla cuando se dirigía a liderar a su ejército, ella se había quedado en la parte de atrás con los nuevos reclutas, y él se sintió un poco más relajado al ver que ella no estaría al frente.

Ese día Sara llevaba su armadura color plata y su hermoso cabello rubio platino atado con una cinta roja en una cola alta, el rey sólo pudo verla un momento pero su imagen se quedó grabada en su memoria.

El ejército marchó hasta el campo de batalla donde el ejército enemigo podía verse asomar entre las montañas, cuando el ejército enemigo llegó todos los soldados se pusieron muy nerviosos ya que ellos los superaban en número.

El rey que estaba al frente montado en su caballo blanco y vestido con su armadura dorada como el sol naciente, elevó su voz y les dijo.

__¡No se distraigan mantengan las filas!, Esta será la última batalla, será el fin de la guerra.

Después de decir esas palabras todos los soldados se recuperaron y dieron un gritos de guerra, cuando el rey se lanzó en picada a atacar al enemigo todos los soldados siguieron su ejemplo y la cruel y sanguinaria lucha dio comienzo.

Esa iba a ser la primera batalla en la que Sara participaría, al principio se sintió un poco nerviosa por el caos de la pelea pero a medida que pasaban las horas Sara se desenvolvía con soltura y gran agilidad.

Varios de los soldados enemigos al ver a Sara en el campo de batalla de quedaban un poco desconcertados ya que ella se veía como una diosa entre todo aquel caos ella movía su espada como si estuviera bailando hiriendo a todo el que se le acercaba.

Mientras ella peleaba pudo ver a lo lejos al rey quien también luchaba con coraje, y al percatarse de que los soldados enemigos estaban intentando acorralarlo, Sara tomó el caballo de uno de los caballeros que ahora se encontraba en el suelo y corrió a su ayuda.

El rey había quedado rodeado, y sólo unos cuantos caballeros seguían aún de pie junto a él, la batalla se había alargado más de lo él se había esperado y como el ejército enemigo los superaban en números él sabía que no tardaría mucho antes de que su ejército cayera, lo único que podría salvarlos seria un milagro pero eso era algo en lo que él había dejado de creer hacía mucho tiempo.

Cuando el rey sintió que no podía seguir resistiendo, Sara llegó como un tornado rasgando y cortando a todos los que se atravesaban en su camino, Sara salto del caballo en el que iba y aterrizó al lado del rey y le dijo.

__ Se encuentra bien su majestad.

El rey se quedó de piedra al verla enfrente de él y apenas y pudo mover la cabeza para decirle que estaba bien, Sara se deshizo de todos los soldados que los habían estado rodeando en cuestión de segundos, el día anterior Roy le había dicho que Sara era una excelente luchadora cosa él había puesto en duda pero después de verla pelear como una pantera, no pudo hacer más que quedarse extasiado, ella era el mejor guerrero que él había visto en su vida, ni siquiera sus caballeros eran tan hábiles como ella.

El rey reaccionó cuando uno de los soldados quiso atacar a Sara con una flecha, él la detuvo con su espada y se dio cuenta de que no era el momento para estar distraído, pasará lo que pasará él no podía perder esa batalla porque eso significaría que Sara también debía morir en ese lugar y eso era algo que él no pensaba dejar que sucediera.

El peleo a la par de de Sara derrotando a sus enemigos, él sentía él cuerpo pesado y cansado pero aún así no pensaba detenerse hasta haber ganado esa batalla.

Al final del día el ejército enemigo se había dado por vencido y ellos habían ganado, ellos estaban llenos de sangre y realmente exhaustos por la fiera batalla que acababan de librar, cuando regresaron al campamento el rey se dirigió a su tienda y minutos después se desplomó.