Capítulo 5. Perdiendo los estribos

Uno de los caballeros que estaba a la par del rey le habló repetidamente pero él estaba absorto mirando a la mujer que amaba.

El caballero era Roy Crotis, de cabello rojizo y ojos castaños, era uno de los caballeros más cercanos del rey, como él no lograba sacar al rey de su ensoñación, Roy tocó le tocó el hombro y volvió a decirle.

__ Su majestad, los soldados están esperando que diga unas palabras.

El rey por fin pudo reaccionar y dijo unas cuantas palabras sin pensar mucho en lo que estaba diciendo, luego de eso volvió al interior de su tienda, el rey se quedó pensando si lo que había visto era un espejismos producido por sus ansias de volver a verla o si ella verdaderamente estaba ahí, pero como estaba tan confundido y no podía pensar en nada, le dijo a Roy.

__ Roy es mi imaginación o había una mujer entre los soldados que acaban de llegar.

__ No es su imaginación su majestad, al parecer había una mujer yo también la he visto.

__ Quiero que vayas y me traigas al general a cargo de los nuevos reclutas inmediatamente.

__ Sí señor.

Roy salió de la carpa del rey y se fue hacer lo que se le había ordenado, unos minutos después él regresó a la tienda acompañado del general Morris.

El general hizo y una reverencia y le dijo

__¿Me ha mandado a llamar su majestad?

__ Si, quiero saber, ¿Quién es y que está haciendo una mujer en este lugar?

__ Su majestad la mujer que ha venido con los nuevos reclutas se llama Sara Brown, ella ha tomado el lugar de su padre por esa razón está aquí.

El rey al confirmar que la persona que había visto era realmente su amada sitio como el miedo recorría todo su cuerpo al pensar que le pudiera pasar algo y le dijo.

__ Cómo se te ha ocurrido dejar que venga a este lugar.

__ Al principio intenté que ella se marchara su majestad, pero me reto a un duelo y apostamos que si yo ganaba ella se iría de regreso a su casa, y si ella ganaba yo dejaría que ella liderará a los nuevos reclutas, y perdí contra ella así que no pude hacer nada para evitar que viniera.

__ Quiero que prepares una tienda solo para ella, ni se te vaya a ocurrir dejar que duerma con los otros soldados.

__ Como usted ordene su majestad.

Cuando el general Morris se marchó el rey le preguntó a Roy.

__ ¿Qué puedo hacer para que ella se vaya de este lugar?

__ Su majestad si esa chica le gano al general Morris en una pelea no debería preocuparse por ella, el general es un excelente guerrero si el perdió contra ella eso significa que ella debe ser realmente buena.

__ Lo sé, pero no puedo evitar sentirme nervioso al pensar que pueda pasarle algo.

__ Debería de calmarse su majestad.

El rey se acercó a Roy y lo tomó por los hombros y comenzó a sacudirlo frenéticamente y le dijo.

__ Cómo quieres que me calme ella está en un campamento lleno de hombres que son como bestias salvajes, cualquier podría intentar aprovecharse de ella.

El rey soltó a Roy y comenzó a dar vueltas alrededor de la tienda, nervioso intentando pensar en lo que podía hacer para protegerla.

Roy llevaba años como caballero de el rey y esa era la primera vez que él lo veía perder los estribos de aquella manera, Roy sabía que el rey estaba enamorado de una chica aunque él se había olvidado por completo de su nombre.

Después de horas de dar vueltas en el interior de la tienda el rey mandó a Roy a que fuera haber como se encontraba ella y que se asegurara de que nadie intentara sobrepasarse con ella.

Al salir de la tienda Roy iba a preguntarle al general Morris donde estaba la tienda de Sara cuando escuchó a unos soldados haciendo un gran alboroto, así que se acercó para ver qué era lo que estaba sucediendo.

Sara estaba peleando con cinco soldados a la vez y a todos les estaba dando una gran paliza, y aunque ellos fueran más ninguno había logrado asestar ni un solo golpe.

Roy se quedó sumamente fascinado con la manera de pelear de Sara y ahora él entendía porque ella le había ganado al general Morris, ella parecía que estuviera danzando mientras golpeaba y noqueaba a sus agresores, en un instante Sara los había vencido y apenas y había puesto esfuerzo en hacerlo, todos los que la habían visto estaban fascinados y horrorizados al ver lo fuerte y ágil que era Sara.

Roy se quedó tan asombrado que durante un buen rato no hizo nada más que quedarse mirando a aquella mujer, hasta que ella se fue a su tienda dejando a todos asombrados.

Roy le preguntó a los soldados que habían visto todo qué era lo que había pasado y ellos le explicaron que esos soldados habían intentado propasarse con ella y que por eso los había puesto en su lugar.

Cuando Roy regresó a la tienda del rey, tras que él entró el rey se apresuró a su lado y le preguntó.

__ ¿Cómo está ella?, ¿Ha comido?, ¿La están tratando bien?, ¿La tienda que le han dado es cómoda?, ¿Sabes si necesita algo?

__ Su majestad cálmese, ella está perfectamente bien, no debería de preocuparse por ella, hace un momento la he visto pelear y le puedo asegurar de que ella es más fuerte que usted.

__ ¡Qué!, ¿Cómo es que la has visto pelear?

__ Cuando he ido a buscarla, la encontré peleando con varios soldados al mismo tiempo y a todos los venció con gran facilidad.

__ Cómo se atreven a molestarla ve y da la orden que los dejen tres días sin comida ni agua, por insubordinación.

__ Su majestad le recuerdo que estamos en guerra y no tenemos muchos soldados, no podemos darnos el lujo de perder soldados sólo porque sí.

El rey se sintió sumamente molesto y quiso ir moler a golpes a los que la habían atrevido a molestar a Sara pero sabía que lo que Roy le decía era verdad, ellos estaban en una situación sumamente delicada, el ejército enemigo les ganaba en número, por eso se habían visto obligados a reclutar a todo aquel que pudiera empuñar una espada.

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