Capítulo 11. De vuelta en casa

El rey y los demás soldados se quedaron en la fortaleza una semana, por si el enemigo volvía a atacar sin embargo, eso no sucedió, así que, el rey dejó una parte de sus soldados en la fortaleza y después marcharon a la ciudad nuevamente, donde fueron recibidos con vítores, todos gritaban contentos.

__ Larga vida al rey de Crover, los ciudadanos se amontonaban para buscar entre los soldados a sus familiares, los que los encontraban derramaban lágrimas de alegría, la marcha duró hasta llegar a las puertas del palacio donde el príncipe Josef estaba en la entrada esperando al rey.

Sión se bajó de su caballo y se acercó a su hermano, Josef al ver a su hermano su rostro se iluminó y lo recibió con una gran sonrisa se arrodilló ante él y le dijo.

__ Felicitaciones por su gran logro, su majestad.

Sión estiró su mano hacia su hermano y le dijo.

__ Levántate Josef, has cumplido con tu fiel servicio, yo no habría podido haber emprendido esta batalla si tu no hubieras estado vigilando el castillo, y cuidando de los ciudadanos.

Josef derramó unas cuantas lágrimas por las palabras de Sión, tomó su mano y se levantó.

__ Su majestad me alegro que esté de regreso.

Cuando los caballeros se aseguraron que el castillo era seguro, Derek les dijo a Los caballeros que podían retirarse, Sara se alegró mucho de poder volver a casa, tomó su caballo y galopó lo más rápido que pudo y regresó a su casa, cuando los sirvientes la vieron llegar derramaron lágrimas de felicidad ya que ella había regresado a salvo.

Sara les dio un fuerte abrazo a todos y se fue al estudio de su padre quien parecía muy concentrado leyendo un libro, cuando Sara tocó la puerta su padre levantó la cabeza y al verla se levantó lo más rápido que pudo y le dio un fuerte abrazo a su hija.

Su padre derramó lágrimas de felicidad ya que después de más de un mes su pequeña había regresado sin ningún rasguño aparentemente.

Él se separó un poco de ella, tomó el rostro de Sara entres sus manos y le preguntó.

__ ¿Te encuentras bien?, ¿No estás herida?, ¿Has comido bien?, ¿Ninguno quiso propasarse contigo?

__ Estoy bien papá.

__ ¿Estás segura?

__ Si lo estoy, así que cálmate, por cierto dónde está Alec quiero verle.

__ Está en el jardín jugando con Paul y Dana.

Sara le dio un beso en la mejilla a su padre y salió corriendo a buscar a su hijo, al ver a su pequeño corretear por el jardín Sara lo tomó entre sus brazos y lo llenó de besos, Alec reía por tener a su madre a su lado, Dana se acercó a ella y le dijo.

__ Me alegra que haya podido regresar a salvo mi señora.

__ Gracias por cuidar de mí pequeño Dana.

__ No me lo agradezca Alec se ha portado muy bien durante su ausencia.

__ Aún así gracias, él es mi mayor tesoro.

***

Sión tuvo una gran banquete por su regresó el cual se había alargado más de lo que se habría imaginado, su hermano no paraba de hacerle preguntas sobre guerra y de contarle lo que había sucedido durante su ausencia, Sión se levantó de la mesa cuando ya empezaba a oscurecer y se fue a su habitación, se dio un baño y después se fue a la cama agotado por el viaje.

Sión sabía que solo habían ganado una batalla, la cual por los momentos aseguraba la seguridad de su reino, pero aún así todavía le quedaban muchas batallas por pelear, desde que su padre había muerto el reino había sido atacado innumerables veces, por los reinos vecinos.

Sión había ascendido al trono precipitadamente y había tenido que hacerse cargo de la situación sin embargo era algo que estaba empezando a desgastarlo, él nunca había querido ser rey y se suponía que quien tomaría el trono iba a ser su hermano pero con la repentina muerte de su padre y Josef de tan solo 15 años era casi un niño incapaz de tomar el trono , así que no le quedó otra opción más que aceptar el trono.

Sión se puso a pensar en qué estaría haciendo Sara en esos momentos, solo hacía unas cuantas horas que se había separado de ella, pero él sentía como si fuera una eternidad, Sión la amaba con locura y quería ganarse su corazón, dio varias vueltas en la cama pensando en que podría hacer para que ella se enamorará de él, sin embargo no se le ocurría nada.

Al final Sión pensó que lo primero que debía de hacer era confesarle sus sentimientos ya que no quería tener que seguir ocultando que la amaba, así que pensó que sería una buena idea hacerlo durante el baile que se estaría celebrando por su coronación la cual se había aplazado por los constantes ataques al reino.

Sin embargo su hermano ya tenía todo preparado para que se realizará la próxima semana.

Sara le contó a su padre que ahora formaba parte de los caballeros, él al enterarse de eso se atragantó con la sopa, él no podía creer que Sara hubiera sido aceptada tan fácilmente en los caballeros del rey, que normalmente para formar parte debían de pasar por rigurosas pruebas o ganar algún concurso de esgrima derrotando a varios guerreros mostrando su valía, en ocasiones muchos lograban ganarse sus puestos durante la guerra, el sabia que las habilidades de Sara eran realmente extraordinarias pero aún así le resultó un poco extraño y apresurado que en tan solo un mes de hubiese ganado su puesto.

Cuando terminaron de cenar Sara se fue a su habitación se dio un baño y se metió en la cama ya que al día siguiente debía levantarse temprano para ir al palacio.

A la mañana siguiente cuando Sara llegó al palacio se encontró con Roy en el pasillo, él la guío hasta el despacho en el que se encontraba el rey reunido con varios consejeros y generales.

Sara y Roy tuvieron que esperar hasta que la reunión terminó, cuando ellos se fueron Sión les dijo que podían pasar, él se veía cansado y agotado sin embargo al ver a Sara se animó rápidamente, al mediodía los sirvientes le sirvieron la comida al rey y él prácticamente les obligó a comer con él , a Sara eso no le pareció bien ya que se suponía que ellos estaban ahí para cuidarle pero él alegó, que igual debían comer.