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Era Viernes en la noche, usaba el disfraz de ángel con mi anti faz y la canción de Era—La Forza Del Destino. Podía moverme libremente en el caño, girar y disfrutar a mi vista hacia varias mesas de neon con temática Ángeles y Demonios; nuestros clientes eran nuevos cada mes y por eso doblábamos turno algunas.

“ah, toma muñeca”

Movi mi cadera, la tanga estaba para sostener el dinero que recibia y a veces me dejaban una tarjetita para otra cosa; a cada bailarina nos toca estas cosas y no podemos quejarnos. Cuando acabamos, era difícil no tomar una copa para soportar el ritmo que en ocasiones algunas terminaban noqueadas.

—Quiero mi cama…!—Dijo Sara. Aún tenía su Whisky a medio terminar con el maquillaje corrido del sudor, la peluca gris de lado y los accesorios casi cayendose—¡¿Qué?!—Dijo risueña.

—Yo… quiero fiesta!—Dijo Diana con voz de niña. La morena era fuego, pero sólo ponle Tequila y es dinamita pura, la peluca verde estaba en la barra, el traje de ninfa estaba subido que se le veía la tanga, los tacones estaban por ahí tirados, y los accesorios colgaban como botones en su ropa—Estas borracha—Diana se empezó a reír.

Kathe estaba sobandose los pies, nuestros guardias y el jefe no decían nada, porque como ellas estaban ahogados de borrachos; no había clientes estábamos sólo nosotros. Di una calada a mi cigarrillo, sentí cortarme la circulación el liguero, el traje apretaba en cada parte de mi abdomen, cintura, pecho y espalda. La cabeza me daba vueltas como carrusel, y los tacones del 14 grises me estaban matando.

—Cass, que tal si nos vamos!...—Dijo Kathe sosteniendo las correas de sus zapatillas. Mark estaba atento a las amigas después de todo—Me muero por dormir—Dijo con voz suave muy a pesar de a ver tomado Vodka.

—Claro, vámonos—Dije bajándome de la silla alta.

Despedirnos iba a ser largo y salimos, el auto de Kathe estaba aparcado, tenía que conducir yo; ella en cuanto entro al auto se durmió, así que me inspire a cantar con Britney Spers de forma ridícula creyéndose haciendo dueto.

—Break the Ice—Cante en todo el camino.

Note en los espejos que tenía compañía en laterales, ignore eso y me desvíe hasta mi edificio, ayude a entrar al portón a Katherine; pero me lleve una sorpresa al ver a Kellan’s con Maddie muy pegados en el elevador. Ambos se quedaron quietos al verme.

—Srta. Cass—Dijo Kellan’s fingiendo inocencia.—Su amiga es amable, no le parece?!—Dijo burlón. Se le acabó su broma al verme cargar a mi mejor amiga Katherine.

—Señor Kellan’s—Dije pretando los dientes. Estaba disgustada con esto—Le parece gracioso? Deje de acosar a mis compañeras. Lleva 4 días visitándolas—Gruñi de cansancio.

Al día siguiente, Katherine tenía resaca y Maddie estaba igual; decidí comprar los alimentos, pero en el elevador me encontré con Kellan’s que se hizo pasar por un hombre calmado. Pulso el botón de Stop del elevador, me acorralo como una prisionera, gire a la cabeza lejos de el.

—Todas mueren por un beso mio—Dijo con orgullo.

—Tiene demasiada seguridad en si mismo… Señor—Dije intentando no parecer cortante.

Me pegué cerca del botón de Stop, casi parecía que yo estaba encima de el y las puertas se abrieron, El Sr. Armando con Daniel estaban parados impresionados, oi reír a Kellan’s.

—Gane, amigo—Dijo Kellan’s.

—Cass, no pensé que te ofrecieras a… los hombres—Dijo Daniel.

La bilis subió por mi garganta, mi bolsa plástica estaba en mi brazo, rebusque en mi chaqueta los cigarrillos y tome uno importando poco que estuvieran presentes; se disgustaron.

—Oye imbécil, desde cuando tengo que dar explicaciones de que hago—Dije a Daniel. El rostro de el se tornó verde—Sino tienen nada mejor que verme el rostro, voy a comprar mis víveres, lindo dia—Dije saliendo de en medio de ellos.

—Puedo sacarla de ese sitio—Dijo Armando. Lo mire con burla—Casandra, deme tiempo para explicar…!—Dijo el serio.

Kellan’s estaba por reírse hasta que Daniel lo golpeó en la cara y cayó desmayado.

—Señor, no vuelva acercársenos—Dije yéndome para la calle.

—Por favor, Cass—Dijo corriendo detrás de mí.

Me llevo aún restaurante, hablo sobre un contrato sobre un servicio como guía de arte y otras cláusulas; deje que siguiera con la ruleta de ideas, anunció que debía renunciar a bailar y servir como mesera etc. Pensándolo bien, era lo que nos ayudaba con la rentas…

—Pagaré la suma que quieras—Dijo Armando con coquetería.

—No estoy interesada—Dije con bebiéndome mi copa.

Natascha llegó al restaurante con un vestido azul, tacones del 14 dorados, pelo rubio en ondas, maquillaje exagerado y buscando sin descanso la mesa del Sr Armando.

—Armando!!—Gritó cuando nos vio atrayendo la atención.

—Oh caramba—Dijo Armando fingiendo no estar irritado.

Lo que pasó después, Armando tomo mi rostro y me beso, sentí que todo se detuvo; gritos de furia de una mujer lunática lleno mis oídos. ¿Qué pasó aquí?

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