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La mejor forma para arruinarle la vida a una persona, era cometiendo errores, mi pequeña jugaba con sus juguetes en el salón junto con otros niños y eran todos hermosos, pero nadie podia saludarlos o mirarlos.

—Te molesta que tu beba juegue con este bombón?—La voz de Daniel me saco de mis pensamientos.

—Claro que no!—Dije al ver al pequeño Dominic en brazos de Daniel.

Dominic se aferraba a su mamila azul, parpadeaba atento y miraba los ojos de Melanie; vaya el pequeño se enamoro de mi hija. Ambos empezaron a jugar juntos chupando el mismo juguete y haciéndonos reír a Daniel y a mi.

—¿Por qué tienen tantas nanas los demas?—Le pregunte a Daniel.

—Es difícil de explicar, Cass—La voz de Daniel era amarga. Ambos de lejos notamos que los demas niños pedían a las nanas que les trajeran fruta y recogieran los juguetes—Aun son pequeños—Susurro entre dientes.

Las nanas recogían juguetes y zapatos, haciendo rabiar a otras que querían ser las primeras; esos niños se iban comiendo la fruta para después lanzárselas a las nanas y escupirles. Dominic le dio un osito a Melanie a cambio de su juguete, haciendo que quitáramos la vista del caos a 5 metros nuestro.

—Gabriel y papa lidiaran con esto—Dijo Daniel mirando a la mama de los niños.

—Fue idea de mi mama invitar a sus amigas—Armando respondió detrás del mostrador de la habitación. Daniel exhalo—Oh vamos, para nuestra sociedad es beneficioso hacer publico el Matrimonio de Gabriel o hubieras proferido el lugar de el, Daniel?—Los ojos de Armando y Daniel se cruzaron.

El mayor de los Wang miro a las nanas con indiferencia y se acerco a la niña que estaba con ellos; la nana se la llevo a otra parte dejando a los niños mirar con miedo a el.

—Tayler se enfado—Daniel hablo con voz risueña.

—Es la primera vez que lo veo hacer eso—Nos miramos al oir a Gabriel que tenia una copa de vino en su mano. Pobre de la mujer que va a estar casada con el!—Oh cassie, no me mires como si hiciera una falta.—De un sorbo bebio la copa.

Daniel miro al pequeño Dominic con mas interés y en ese momento Melanie quería a Armando; el la tomo haciendo que Dominic se pusiera triste.

—Gabriel, se que no nos llevamos bien—Dije con suavidad. Gabriel sonrió—Pero eso no me saca de la cabeza, lo idiota que a veces eres—La sonrisa se deshizo haciendo reir a Armando y Daniel.

—Te perdono, somos familia—Dijo Gabriel fingiendo sentirse orgulloso.

Salimos del cuarto de juegos, empezamos a ver que la fiesta estaba en su apogeo porque no dejaba de sonar Dj Balvin y Wisin & Yandel, las jóvenes bailaban muy animadas sacando a bailar a muchos de los Wang. Daniel cubrió al pequeño Dominic que empezó a dormirse y lo puso en la carriola.

—Baile de chicas!—Los presentes gritaban.

Melanie se quedo con mi suegra, Armando se quedo charlando con Daniel y Gabriel que reian; en la pista cada chica intentando atraer la mirada de los Wang, pero no las ignoraban. Lleguo a la pista Tania con una mujer morena algo alta de pelo color arena y ambas se movieron al ritmo de la música.

“Toda la noche rompemos”

Ambas se movían como si coreografiaran, haciendo que muchas se alejaran y las observaran mudas; la ropa que tenían era como deportivos, dos hombres se agregaron con ellas bailando logrando que el Señor Villa riera.

—Vaya—Murmure.

Cuando termino la primera ronda, los Wang casi competían con ellas y la cara de Tania era de emoción como la otra chica; ganaron ellos pero, ellas los ignoraron.

—Uff, Dayana, ya ni lo mira—Dijo una chica que paso a mi lado.

—La reputación de los Wangs, es que sino eres de su nivel. No te aceptan—Le respondio otra bebiendo su vino.

Ambas tenían algunas copas de mas, tropezaron con la mesa de la Venus que puso mi suegra y se hizo pedazos; la música paro y las miradas fueron para esas dos chicas. Gabriel corrio hacia ellas, porque la Sra Wang, y mi dulce suegra estaban exigiendo cosas en publico.

—cariño, vámonos. Melanie esta cansada—La voz de Armando era baja.

—Si, cariño—Lo seguí hacia el pasillo. Melanie bostezaba, y subimos por las escaleras cosa que, nos llevo a la habitación que antes fue de Armando—Melanie, quieres besito?—Mi hija me miro y se acurruco.

La hermosa cama azul nos esperaba, era grande como lo recordaba, mi hija no se movió cuando la acosté y se durmió; Armando se desvistió, cerrando la puerta, lo seguí solo dejando el blusón que usaba para poder darle de comer a Melanie y ambos nos acostamos con Melanie en medio.

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