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El nuevo matrimonio, era nuestro turno de comer en familia y sin invitados; Daniel estaba viendo su filete con ensalada cesar, Armando, veia su sopa favorita para evitar la cara de mi suegro. Aquel hombre que antes de conocerme, me catalogo como una ****.

—Cassie, te gustaría pasarme el aderezo?—La voz chillona de mi suegra rompió el silencio.

—Claro, suegra—Mi voz salió dulce y baja con respeto.

Podía ver el estrés que tenia mi suegra, la jovencita de Gabriel, nos veía fingiendo la mejor sonrisa plástica, y mi suegro comía en silencio sin mirar a nadie.

—Oh, suegro ese color le queda muy bien—Trate de cambiar el ambiente. El rostro de Armando era de desconcierto y solo por un instante, los ojos de mi suegro me enfocaron—Perdón, desea mas ensañada?—Le sonreí de forma cálida.

—Gracias, Cassie—La respuesta de mi suegro fue amable. Bebió su vino y sonrio—Puedes servirme un poco mas?—Mi suegra puso cara de pocos amigos.

La ama de llaves llego con el teléfono inalámbrico en la mano, Gabriel, y Daniel, miraban el reloj con temor; solo fue cuestión de minutos.

—Ambos se quedaran hoy—La voz de mi suegra era firme. Vimos que mi suegro se llevo el bol con la ensalada y se llevo el telefono a su despacho—Dejen de poner pretextos. Mi nueva nuera, quiero que disfrutes tu estadía con Gabriel—Observe la cara de incomodada, de Gabriel con su ahora esposa y Daniel tenia pánico.

—Mama, yo tengo que ir a…—Esa hermosa voz de Daniel se empequeñeció. Armando bebió su vino, y mira a nuestra hija para no estremecerse—Prefiero ver a Tania, que a su hermana menor!—Se levanto de la mesa y se fue sin dar tiempo a reaccionar a todos.

Parecía arte de magia, el pequeño de Tania era empujado por una hermosa rubia, que era la hermana de Tania, llámenle Emily, usaba un vestido de cuadros, tenis, trenzas, y una pañalera azul.

—Oh, Hola Señora!—Su voz parecía de campanilla. A mi suegra se le iluminaron los ojos como al cerdo que pensaba en dinero—Provecho! Perdón—Se agacho como si fuera oriental.

—Hola, mi niña!—Mi suegra se levanto y la abrazo. Observe que esto no era comun, Armando estaba incomodo—Pero mira quien esta aquí—Fingió interés con el pequeño.

Recogí los platos vacíos, me gano el ama de llaves, y los llevo lejos de mi; Armando recogio en brazos a nuestra beba y yo despacio me acerque al bebe.

—Hola, cariño—Le dije al tierno bebe. Parpadeo un momento, con sus manitas se despeino y me abrio los bracitos emocionado—Oh, quieres jugar?—Lo tome en brazos.

—Oh, ven come algo. Estas muy delgada Emi!—Mi suegra empezó a bombardear a Emily.

Gabriel con su esposa habian emprendido la escapada, mi esposo con la bebe se fueron y yo me llevaba al bebe, con su pañalera.

—Ah. No quiero verla, hermano—La voz de Daniel provenía del cuarto de juegos. Cerré la puerta porque Armando estaba sentado con nuestra hija jugando con pelotas—Oh, ese bombón!—Daniel me miro y se emociono al ver al pequeño bebe.

—Vaya, nunca crei que me halagaras tanto—Dije fingiendo que me lo decia a mi. Armando y Daniel se rieron—A pequeño, quieres ir con Tio Daniel?—Le dije bajito.

El pequeño hizo soniditos y se movio animado, Daniel lo tomo en brazos, para sentarse con Armando y viera como jugaban los bebes; revise por 2 minutos mi teléfono, con 2 llamadas de Eric, y otra de mi dulce secretaria que es su esposa.

—Pienso que debes darle oportunidad—La voz de Armando era firme. Daniel seguía viendo al bebe—Daniel, se que tu, Gabriel y muchos otros han tratado a los Villa. Les molesta que Emily sea media hermana de la mayor de los villa, pero tu y yo sabemos que ella no esta disponible—Daniel y yo lo miramos inexpresivos.

—¿Por qué descartas a una mujer?—La voz de Daniel era dura. Armando lo fulmino—Sasha si estaba disponible, y se comprometió con el príncipe de Arabia—Murmuro.

Ahora que le pienso, cuando conocí a Sasha, se le lanzo a Armando como si fuera la ultima coca del desierto; por una vez pensé que el caería con semejante mujer, que parecía la clon de Barbie o la enemiga de Barbie mejor pensado.

—Eso me hubiera gustado ver—Armando sonrio. Daniel se empezo a reir—Esa mujer, sacaba algo de nosotros tres y no se que era. Madre pensó que la podría convertir en la esposa modelo—Se ruborizo.

—Ejem—Aclare mi garganta. Armando y Daniel me miraron—Creen educado, mencionar a una pobre mujer delante de oídos castos?—Mire a los bebes que jugaban ignorándonos.

Termino nuestro tiempo con los pequeños, las nanas llegaron y dejándonos libres; en el cuarto de música Emily estaba bailando con otra chica.

—Sigue el ritmo!—Repetia la voz de la mujer.

—Ah. No!—Emily gruño.

Emily se sentó en el suelo, entonces lo note, Daniel y Gabriel estaban viendo por afuera de la ventana; quien se movía al ritmo de la música era Tania quien me dejo en shock.

—Arriba!—La voz de Tania era firme.

Cambio la música, Emily se levanto y se puso a su lado; ambas se movían muy bien. Tania cantaba en Ingles, impresionando a nuevas caras y creo al hermano mayor de los Wang que se congelo.

—Hermano, pasa algo?—La novia le pregunto.

—Quien puso mi musica favorita?—Oi a mi suegro.

El rostro de Tania brillaba de sudor, algo que en Emily no había rastro; los pasos eran delicados pero femeninos y la voz de Emily hacia coros.

—Ya me salio, le dire a papa—La voz de Emily hizo eco. El rostro de Tania era inexpresiva—Ay, gracias hermanita!—Emily la abrazo.

—La temática que elegiste, daría un mensaje fuerte—Note en la voz de Tania un deje de preocupación.—Espero no incomodar a los demas, usar el salon de baile de Gabriel y su familia fue demasiado lejos—Miro a su hermana con reproche.

Por un momento, Tania se veia pequeña al lado de Emily, que seguia sin reaccionar a ella; mi suegro se llevo a los hermanos Wang y Gabriel se desapareció con Daniel.

—Quien me dio autorización, fue la señora…—Dijo Emily tajante. Poso su mano en su impecable cabellera—Tania, pareces alfombra si no te das a respetar!—Tomo sus cosas y abrio la puerta espejo, que ocultaba un baño pequeño con ducha.

—Me doy a respetar!—La voz de Tania era fria. Algo que no escucharía bien la chica—Simplemente, no rebaso los limites de otros para ser… —Suspiro al ver que seria en vano.

Tomo su chaqueta con sus bolso, casi tropieza conmigo y solo hice de esconderme; la nana la abordo para llevarla con su bebe, que le hizo iluminarse sus ojos.

—Amor, que haces ahí?!—La voz de Armando me hizo brincar.

—Nada—Mi respuesta automática.

Oh genial! Eso no fue una respuesta buena, porque íbamos a la piscina ¡Diras! ¿Cómo asi? Me levanto como un costal de papas y estoy apunto de… pedir a Dios, que llegue primero al baño. ¡Algo tenia la ensalada o el pudin de ciruela!

“Feliz vacaciones en familia!”

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