Fiesta de Compromiso

Eh leído, apreciado la suave poesía proveniente de las hojas repletas de caligrafía pulcra y limpia.

Leí cada uno de los libros de la biblioteca en el reino Lyria, he leído, he visto, descubierto cada maravilla, los mundos siendo escritos desde la perspectiva de otros; el descubrimiento del hombre. Aprecié hasta el más confuso género de cada lectura.

Y lo deseaba, deseaba apreciar un mundo donde los paisajes eran majestuosos, tocaba aquellas imagenes pintadas con acuarelas para impregnar la esencia del paisaje, leia tanto aquellas palabras tan poeticas que me robaban las palabras para expresarme. Quería vivir la alegría que las mismas personas te mostraban al leer cada pagina, vivir la alegría, la paz que tanto añoraba de cuyos relatos que tenían un final feliz.

Soy una lectora, mis expectativas están basadas en cada uno de estos relatos que me emocionan, que me hacen sentir lo que yo no logro sentir en esta vida tan cruel.

Como todos los días desde mi llegada, me refugiaba en las paredes de esta enorme biblioteca que me era como un paraíso. Tomé un nuevo libro con la expectativa de que este me emocionara y me cautivará en su lectura.

Era el momento en que quizás pudiera decir, que me hace realmente feliz, una ligera sonrisa se escapó de mis labios al ver nuevas imágenes, nuevos descubrimientos para mí, ver como dicha mujer se expresaba del amor de su vida con una simple palabra "Amor" lleve uno de mis dedos acariciando esa sutil palabra de afecto esperando hacer la mía.

¿Cuándo sentí amor? No lo recuerdo, no supe si mi propia madre me sostuvo en sus brazos, no recuerdo haber recibido afecto de mi padre, de mi propia familia, simplemente no recuerdo nada. Todo es, un simple vacío que me lleva aún inmenso y gélido abismo de desesperación en donde me encuentro cautiva.

Siempre está ahí el deseo que más añoro, en deseo de que todo se detenga, que deje de fluir por un momento para poder estar en paz, para desear morir.

—Oh, aquí estas querida

Suspire con el alivio de que haya sido esa voz cálida y dulce de la reina quien interrumpiera mis sueños, puesto que no deseaba nada más en el mundo que aquel hombre se mantuviera lo más lejos de mí alma.

—Majestad

—Vamos, vamos hija mía, debemos prepararte para el evento de esta tarde

Me dijo, colocándose detrás de mi, empujandome con delicadeza hasta las afueras de mi lugar seguro.

—¿Qué? Espere, majestad, no estoy comprendiendo

—Pero querida, llegaste aquí tan solo unos días después de la noticia, este atardecer se llevará una fiesta en tu honor, y por supuesto del príncipe también, ahora al fin, aran publicó su compromiso

Iba a hablarle, decirla lo que me ocurría a escondidas por la noche a manos de su hijo, ¿Pero como podría? Como podría arrebatarle esa mirada brillante que portaba cada vez que mencionaba al príncipe. Era una cobarde, no era egoísta, el amor, el brillo en sus ojos nunca lo llegué a ver de mis padres y yo no imaginaba arrebatarle a alguien quien sí lo tenía.

Asentí con delicadeza y me llevó consigo con una emoción abrumadora que bien pudiera contagiarme, me llevo hasta el jardín, donde los sirvientes se encontraban ya haciendo las exigencias de su Majestad, la reina.

—No te parece bello todo...

—Por supuesto que si su alteza

La seguí de cerca, observando cada minucioso detalle, las flores eran lo mejor que pude haber visto, blancas y azules, me acerco aún florero y aspire el suave olor que me satisfacía, tan cálido, dulce, tan mío. Los cubiertos eran de oro puro, los platos del más fino material de porcelana que los hacía brillar de lo limpio que estaban, cada copa era pulida y colocada sobre las mesas cubiertas por una tela blanca.

Se veía tan encantador cada detalle que lograría hacer suspirar a quien mirara tan elegantes y refinados materiales. Pero no meentusiasmaba, siempre eh sido excluida, y la mera idea de encontrarme envuelta entre tantos ojos curiosos, me provocaba un pánico demasiado grande. Sentía como cada temor me decía que verían mis imperfecciones, que no encontrarían prudente que alguien tan perfecto como el príncipe se desposada con una simple mujer en los huesos...

—Vamos, la modista trajo un vestido bello el que utilizarás en la fiesta, vamos

Me saco de mi ensimismamiento y el escuchar que me probaría un vestido, delante de su alteza real, me provocó pánico. No podía permitirme ser observada por la modista y mucho menos de su alteza. Que dirían al ver las cicatrices en mi espalda, les provocaría asco, pudor.

No, necesitaba que alguien me salvará de tan vergonzoso descubrimiento, no podía permitir que vieran mi cuerpo.

Al llegar a los aposentos tos de la reina la modista quien vestía un sencillo vestido, pero elegante, se encontraba afinando los últimos detalles al pomposo vestido azul rey, contaba con un escote de corazón que seguía en un agarre de los brazos adornado con unos volantes que asimilaban ondas.

—Rápido querida, pruebas este vestido

—Quisiera un poco de privacidad, si se pudiera Majestad

—Que, hay, pero no seas tímida, anda, vamos...

Lleve una mano a mi pecho y retrocedí al ver sus intensiones de ayudarme a desprenderme de mi vestimenta. Ante mi presente descaro mis ojos presenciaban como pronto el dulce trato, se convertiría en un reclamo.

—Majestad

¡Leticia! Oh gracias a las estrellas, era Leticia quien entró mucho antes de que la reina dijera una sola palabra desdeñosa por mi comportamiento evasivo.

—Leticia, ¿Pero, que estás haciendo aquí?

—Con su permiso alteza, usted fue quien me asigno como una dama de compañía para la joven princesa, he venido, con el fin de ayudar a la señorita

—Por supuesto, haz que se desprenda de sus ropas, debemos prepararla...

—Majestad, si me diera el permiso de ser yo quien la ayude a cambiarse en privacidad, se lo agradecería

—No tenemos tiempo, que lo haga aquí, ¡ahora!

—Temo que la señorita se sienta mal, su Majestad, no le gusta ser vista de tal manera...

Todo iba tan rápido, no podía seguir el ritmo de su imperativo comportamiento entusiasmado. Hice una mueca al sentir el apretado corset, mi pecho se hizo más prominente, mi cintura se marcó más de lo que normalmente acostumbro y la falda, era tan esponjosa digna de una princesa.

—De verdad, te agradezco por todo, de no ser por ti, su alteza hubiera visto mis marcas

—No debe agradecer nada princesa, es mi deber, además, le prometí que estaría para usted en todo momento...

Me giré hacia ella y la abrace con fuerza, ella, a sido la única que me ha visto de esa manera, por una vez en toda mi existencia, me sentía valiosa ante alguien.

Al salir del cuarto, la reina se cubrió los labios y sus ojos se abrieron tanto al verme salir.

—Oh, querida, el azul te queda perfecto

Elogio la reina Lidia mientras veía el vestido ya puesto, agradezco que Leticia haya dejado suelto mi cabellera lo suficiente para cubrir mi espalda descubierta.

—Te ves más hermosa Evangeline

Siguió diciendo mientras la modista arreglaba algunos detalles en el vestido. Esta tarde, todo sería concreto, no hay vuelta atrás, me casaré con el Príncipe Erick I de Hermea y nadie se interpondrá.

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Comments

Luz Maria Rodriguez

Luz Maria Rodriguez

Pobre muchacha no ha disfrutado su vida, ni de niña ni de joven es terrible vivir una vida de sólo sufrimiento y dolor, hasta cuando acabará éste suplicio

2025-01-12

0

Yeli Martinez

Yeli Martinez

esta chica tiene el autoestima por el suelo tanta violencia que vive en tantos año no tener nada solo violencia. la tiene mal 😭

2024-08-22

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