Capítulo 19

Habían encontrado al segundo As, el As de la Cabra; Corni. Quien resultó ser una persona de características bastante llamativas, teniendo esos enormes cuernos sobre su cabeza y esos ojos similares a los de una cabra.

Sin embargo su personalidad tan distante y que parecía estar en decadencia a cada momento, dejaba mucho para pensar.

Euridice logro ganarse su confianza con su brillante carácter, por ello se encontraron saliendo del bosque junto a él.

— Ahora deberíamos buscar un lugar para descansar. Esta por caer la noche.— Dijo Undo mirando el cielo, cuyas nubes oscuras comenzaban a soltar pequeños truenos.

— Vamos.— Le decía Euridice a Corni tomándole de la mano, dado que parecía temeroso por seguir caminando. Arjona se notaba irritado de ver esa situación, solamente frunciendo el ceño y manteniendo sus pasos.

Exar y Undo caminaban al frente buscando donde descansar, finalmente lograron encontrar una pequeña cueva que les serviría para cubrirse la lluvia.

Entrando allí, Exardescere encendió una llamada sobre el suelo como fogata y todos se sentaron alrededor de ella. Undo y Euridice comenzaron a desempacar las cosas; sacando la comida, mantas y trastes.

— Exar...— Le hablo Corni desde la entrada la cueva a Exardescere que se encontraba sentado casi detrás de el.

— ¿Qué pasa?.— Pregunto Exar mirandole de reojo.

— Que hiciste todos estos años...?— Preguntó Corni mientras miraba como la lluvia comenzaba a desatarse. Exar ya sabía por qué preguntaba por lo que se puso de pie y camino hasta el.

— Sinceramente nada interesante. Vivía en una aldea con personas que me querían. — Dijo Exar.

— Debió ser divertido...— Dijo Corni mientras se terminaba por sentsr en el suelo abrazando sus piernas y escondiendo su cabeza.

Había razones para que cada uno de ellos se comportaran de esa manera.

...Hace más de mil años, antes de que se les diera la bendición para apoyar al sol en la batalla, ellos eran personas muy diferentes. Anteriormente eran solo personas comunes que vivían de hacer algo muy distinto.

Exardescere era un herrero, siempre trabajaba con fuego fabricando las armas de los guerreros que peleaban contra el abismo. Viviendo como un hombre respetado en su pueblo, pueblo que quedo devastado con la llegada del abismo. Exar era un hombre adulto, de carácter maduro que pese a tener gran sentido del humor y un optimismo enorme, sabía distinguir la realidad con cautelacion. Además él era el más grande en cuanto a edad hablamos, motivo por el cual también lo consideraban un padre el resto de los Ases.

El segundo en edad era el As del tigre, quien también había sido el guardián del primer Crudele.

Quien seguía era el As de la Serpiente, después era el As de la mariposa y por último..

Corni, con tan solo 17 años. El más joven de toda la orden de guerreros, quien ni siquiera había querido ser lo que era; pues solo era un joven con sueños y aspiraciones...

Tras un rato de espera, finalmente el guiso estuvo listo. Undo comenzo a servir y Euridice fue hasta Corni con el plato de comida.

— Toma... Esta caliente así que ten cuidado— Le dijo Euridice con suma amabilidad. Corni tomó aquel tazon con cuidado, el aroma de inmediato invadió su interior haciéndole sentir bastante bien.

— Gracias...— Dijo él tomando la cuchara para dar el primer sorbo del guiso. ¿Hace cuanto no comía algo tan delicioso.

Todos comenzaron a comer, después de ello terminaron por ponerse a descansar. Euridice dormia sobre su manta, pero teniendo su cabeza acostada sobre la pierna de Arjona; quien se encontraba sentado sobre el suelo recargandose en la pared de la cueva.

Undo dormia casi a un lado de Euridice, Exar soltaba fuertes ronquidos desde el otro extremo de la cueva y solamente Corni y Arjona se mantenían despiertos.

Corni se mantenía cerca a la entrada, mirando hacia la lluvia y de repente mirando a Euridice; quien era cuidada por Arjona como si fuese su padre.

Todo parecía tranquilo, hasta que de repente un muy fuerte rayo iluminó el cielo seguido de un fuerte estruendo.

— ¡AAAHH!— Grito Euridice levantándose de golpe con el sonido del trueno retrocediendo hasta quedar entre los brazos de Arjona.

— ¿Umh?... que pasa?.— Preguntó Exar despertándose un poco.

— ¿Tuviste otra pesadilla Euridice?.— Preguntó Undo abriendo los ojos.

— Lo siento...— Dijo Euridice avergonzada. Arjona le mantuvo entre sus brazos, tomandola después hasta ponerla sobre su regazo y después cubrirla con la manta.

— Tranquila... nunca te gustaron los truenos, intenta descansar.— Le dijo Arjona. Todos volvieron a dormir con el paso de los segundos por lo que todo pareció tranquilo nuevamente.

Sin embargo, Corni quien estaba ya cerrando los ojos; los abrió de golpe al sentir algo. Sus oídos parecian captar algo por lo que miro hacia fuera de la cueva.

— Exar... Princesa...— Dijo Corni poniéndose de pie y mirando al suelo. Arjona le miro no logrando entender sus acciones, sin embargo pronto logró entender.

Exar despertó abriendo los ojos de golpe, se levanto y después miro hacia el exterior de la cueva.

— Alguien se acerca... son muchos.— Dijo Corni. Arjona fruncio el ceño, despertó a Euridice y le indicó guardar silencio. Euridice corrio hasta Undo a quien despertó y después cubrio su boca para evitar que hable. Exar apago el fuego y después todos se quedaron en total silencio.

— ¿De donde?.— Preguntó Exar en voz baja. Arjona tomó su lanza y a su vez Undo y Euridice comenzaron a empacar las cosas por si debían huir.

— 20 metros, 15... Vienen a caballo. Desde el este.— Dijo Corni.

— Salgamos de aquí. Si nos atrapan aquí será imposible pelear. — Dijo Arjona tomando la mano de Euridice para jalarla hacia el, ella terminó por cubrirse con una capucha ocultando su cabellera y su rostro.

Corni fue el primero en salir, mirando alrededor y después haciendo una señal para que pudieran salir. Arjona salió con Euridice de su mano y Exar con Undo.

Comenzaron a caminar por el area, siendo este un sendero bastante amplio y despejado. Siguieron caminando sin embargo antes de poder llegar a lo que era el bosque, una fuerte explosión los hizo detenerse. Arjona cubrio a Euridice, mientrad Exar y Corni se colocaban frente a ellos para evitar que algun residuo llegue hacia ella.

— ¡ALTO ALLI!. ¡LEVANTEN LAS MANOS!.— Dijo un caballero llegando en su corcel a lado de más cabelleros, todos estos comenzando a rodearlos... eran caballeros del reino de Haze...

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