Capítulo 5

Estando en medio del bosque, Euridice miraba el cielo mientras reposaba sentada sobre el pasto a lado de la lanza de Arjona. Su mirada parecía perdida, perdida en la inmensidad del cirlo.

Sus ojos se fijaron con la luz directa del sol, sin embargo sorpresivamente no se cegó ni mucho menos sintió sus ojos arder. Parecía tolerar esa potente luz. El pasto a su alrededor formaba ondas que se movian sobre el viento, mariposas blancas comenzaban a sobrevolar a su alrededor; algunas parándose sobre ella.

De repente a su mente vinieron varios escenarios, como visiones del futuro y lo que se venía. Primero el imperio sumiendose en la oscuridad cuando la luna es cubierta por una oscuridad inmensa, la tierra temblaba, del suelo de abrian grietas y de estas brotaban criaturas monstruosas, después... su hermano Jacob en un trono rodeado de penumbra; mientras bajo sus pies cientos de cadaveres se mostraban.

— ¿Euridice?.— Escucho la voz de Arjona por lo que de inmediato volvió a si misma. Miro a su lado y noto a Arjona, quien miraba extrañado lo que pasaba; teniendo en brazos lo que había conseguido.

Las ondas en el césped desaparecieron, las mariposas comenzaban a irse y Euridice se notaba aturdida.

— Bueno... Ahm... — Sin saber que decir, Arjona se acerco a ella y primero tomó su rostro con sus manos para revisar que este bien. Notando que sus ojos que eran de un azul intenso, ahora tenían desde la parte de abajo una tonalidad amarillenta.— Que extraño, Euridice... ¿Te duelen los ojos?.— Preguntó él.

— No... — Dijo ella saltándose del agarre para después levantarse. Arjona suspiro y después tomo su lanza del suelo y las cosas para asi comenzar a caminar hacia el interior del bosque.

— Por aquí debe haber algo de agua... — Dijo Arjona mientras caminaba con Euridice detrás suyo.

Finalmente llegaron a una charca de agua natural, misma que tenía unos cuantos peces nadando alli. Arjona camino hasta sentarse sobre el césped cerca a la charca, dándole la espalda a la misma. Puso su lanza a lado suyo y después la bolsa para asi comenzar a sacar unas cosas.

— Bueno... Date un baño. Traje ropa y jabones.— Dijo Arjona dándole una pequeña bolsa y un conjunto de ropa acompañado de unas botas.

— Gracias...— Dijo ella tomando la bolsa y la ropa.

— Bien, ve a bañarte. — Dijo Arjona mientras comenzaba a sacar el resto de cosas para comenzar a ordenarlas.

Mientras tanto, Euridice fue hasta el otro lado de la charca y comenzo a quitarse la ropa. Una vez lo hizo entro al agua y alli comenzo a lavarse, el agua estaba fría pero aun asi fue tolerable para relajarse.

No sabía nadar asi que se quedó cerca de la orilla. Llegando un momento se quedo hundida solamente con su cabeza afuera, jugaba con el agua cristalina hasta que un par de peces se acercaron. Los peces eran de un color anaranjado suave, eran de al menos treinta centímetros. Con calma ella acaricio sus escamas, estos no parecian temerle y seguian a lado suyo dando vueltas.

Pasando unos minutos salió del agua y comenzo a cambiarse, todo esto con la mirada apagada y deprimida. Apenas se puso la ropa encima, comenzo a tener dificultades; pues siempre la ayudaban a vestirse y jamás lo hizo sola.

— Arjona... — Le hablo ella en voz baja mientras intentaba arreglarse la ropa. Arjona acudio a su llamado y fue hasta ella notando el mal acomodo de su ropa.

— ¿Que pasa?.— Preguntó él.

— No puedo ponérmelo... — Dijo ella. Arjona no dijo nada y con sumo cuidado comenzo el mismo a ayudarla con su ropa. Ajusto la blusa y la acomodo para después acomodar la falda corta y después ayudarla a ponerse las botas.

— Ya esta... Ahora, ve a comer algo, yo me dare un baño tambie..— Dijo Arjona caminando hacia las cosas, tomando de allí un conjunto de ropa para asi caminar hacia la charca.

Euridice se sento junto a las cosas y mirando algunos bocadillos comenzo a comer. Mientras Arjona comenzaba a darse un baño en aquella charca, Euridice le daba la espalda para no verlo; disfrutando esos dulces con suma tranquilidad.

...

Mientras tanto en el palacio imperial. Los reyes de los cinco reinos se encontraban reunidos alrededor de una mesa redonda, todos en silencio mientras esperaban la presencia de alguien más.

Aquella sala, tenía un total de seis puestas, detrás de casa asiento estaba la puerta con el símbolo de cada reino. Se supone por cada puerta entra el rey o reina que corresponde y solo por la gran puerta principal entra el Emperador.

El primero sentado en la mesa, era Chey; rey del reino Aurum. Un hombre de canas en sus cabellos, vestimenta dorada y un semblante frío y rudo.

El segundo era Vlakyr, Rey del reino Brown. Un hombre de cabello largo y oscuro atado en una coleta, un semblante frío y relajado.

La tercera; Rachel, reina del reino Bloom. Una mujer de cabello castaño claro, de mirada relajada y pacifista que usaba un abanico para refrescar su rostro.

La cuarta era Sendai, reina del reino Haze. Una mujer de mirada fria y cautelosa, cabellos oscuros y vestido violeta.

Por último, estaba Degel rey de Outro. Un hombre que se veía muy tranquilo y permanecía leyendo un libro con el uso de sus lentes.

Finalmente la puerta de la sala se abrió y a la habitación entró Jacob con el semblante frío y tranquilo.

— Agradezco plenamente que hayan venido. Como saben, lo que sucedió durante la noche fue algo que nos concierne a todos.— Dijo Jacob llegando hasta tomar asiento a la cabeza de la mesa.

— Príncipe Jacob, su carta únicamente nos decía que ocurrió un incidente en el palacio imperial. ¿Podría darnos más detalles?.— Preguntó Degel cerrando el libro que tenía en mano.

— Por supuesto Rey Degel. — Dijo Jacob tomando aire para después suspirar. — Durante la noche, Arjona el guerrero de Viento conjunto a Yusy la criada personal de Euridice. Orquestaron un plan para manchar de sangre el palacio imperial. — Dijo Jacob mostrando un poco de dolor. — El Emperador Sauce fue asesinado en su habitación a manos de Arjona; mientras que Yusy bajo el plan con Arjona, envenenó las bebidas de los que celebraban el banquete de bienvenida a mi hermani Leonard... Por desgracia... — Jacob miro a otro lado y todos se notaban más que impresionados con lo que estaban escuchando. — Los tres murieron.— Dijo Jacob.

Todos miraron a otro lado manteniéndose en silencio, no podian creer que algo así hubiese pasado. Sin embargo habían dos personas sobre la mesa que no parecían del todo convencidos con sus palabras.

— Príncipe Jacob, se puede saber... ¿Cómo los atacaron a usted y la princesa Euridice?.— Preguntó Sendai.

— ¿Como te atreves a preguntar eso mujer!?. No vez que el príncipe no puede ni hablar.?.— Dijo Vlakyr notándose furioso.

— Estoy intentando juntar los echos. Si esto fue un ataque a la familia imperial. ¿Que paso con ambos?.— Preguntó Sendai nuevamente.

Jacob trago saliva y nuevamente levanto la cabeza para verlos.

— Yo me encontraba en mis aposentos cuando se celebraba el banquete... No soy fanático de las celebraciones asi que me aleje después de dar la bienvenida a mi hermano. Euridice se encontraba en su habitación abriendo los obsequios que Leonard le trajo de su viaje... Cuando menos lo pensé... en el jardín empece a escuchar gritos por la ventana, me asome y vi a Euridice gritando sobre el hombro de Arjona, quien corría con varios soldados detrás de el. — Dijo Jacob poniéndose de pie. — Fui a buscar a mis hermanos para pedirles su ayuda.. Pero ya habian perecido ante el veneno, después fui a buscar a mi padre y el estaba agonizando. Sus últimas palabras fueron Arjona, asi que supe que el fue quien lo mato.— Dijo Jacob.

— Es una tragedia lo que acaba de pasar...— Dijo Rachel mientras cubria la mitad de su rostro con el abanico.

— Antes que cualquier cosa... Quiero pedirles su ayuda, para que movilicen a sus soldados a buscarla. Euridice esta por allí afuera... Quiero a mi hermana de vuelta sana y salva.— Dijo Jacob.

— No se preocupe por eso, movilizaremos a nuestras fuerzas para traerla.— Dijo Chey.

— Por el momento... ¿Que pasara con el imperio?. Príncipe Jacob, usted debería de tomar el cargo por ahora.— Dijo Vlakyr.

— La siguiente en la línea de sucesión es mi hermana. Así que no puedo tomar ese cargo.— Dijo Jacob.

— Con todo respeto. Aún si traemos a su hermana de vuelta, ella solo es una chica mimada que no sabe nada de política ni control... Ella solo traería desconfianza. Yo digo, que hagamos la votación de Quintillas — Dijo Rachel.

— Bien. De ser asi, yo estoy dentro. — Dijo Vlakyr levantando su mano.

— Yo igual. — Dijo Chey levantando su mano.

— Yo igual...— Dijo Rachel levantando su mano. Todos miraron a Degel y Sendai, quienes se mantenían completamente serios y en silencio.

¿Se unirían a la votación?...

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