No hagas más escandalo

A la madrugada siguiente, nuevamente se levantó y salió de la casa antes que su abuelo se levantara. Había llorado casi toda la tarde y en realidad no sabía bien por que lloraba, pero había decidido ir nuevamente al rio para poder hablar a solas con Karai, se quedó esperando en el camino fuera del pueblo para darle tiempo a que Karai llegara y se pusiera a nadar, ella lo interceptaría cuando saliera del agua.

Luriel vio a la joven de cabellos muy rubios pasar caminando cabizbaja como si estuviera preocupada por algo…

-          Princesa… - llamó a Anahí – ¿esa es la joven que acosa a nuestro hijo?  - señalaba por la ventana

-          Si – dijo con una gran sonrisa – es hermosa y eso es lo que le molesta a tu hijo…

-          Voy a tener que hacer lo que me pidió mi hijo y darle un buen susto… - también reía – voy a simular que lo voy a atacar a él…

-          No me parece bien esa idea… - se puso seria – es una chica de la ciudad, no está acostumbrada al monte y puede entrar en shock

-          Tu hijo es médico sabrá lo que tiene que hacer… - dijo en complicidad y salió rumbo al monte.

Karai estaba nadando como el primer día que lo había visto, era como si fuera uno solo con el monte, con ese rio… se sentó con las piernas dobladas y esperó pacientemente a que dejara de nadar y saliera. No podía evitar sentirse triste porque sabía que él se enojaría otra vez cuando la viera, pero realmente quería hablar y explicarle sin que estuviera su abuelo.

Karai la vio en cuanto comenzó a salir del agua, era imposible no verla porque estaba con un pantalón corto y una remera amarilla fluorescente… era un farol en el medio del monte. No había manera de hacerla entender, por lo que podía ver. Se puso de espaldas a ella para vestirse cuando escuchó un rugido que venía del monte. Sonrió imaginando la cara de terror de la niña caprichosa… cuando comenzó a escuchar una serie de gritos estridentes y se giró para verla correr gritando y gesticulando con un palo en cada mano… pero en lugar de correr para salir de ese lugar… corría hacia el yaguareté…

Padre e hijo quedaron en shock. Karai que no se pudo ni mover y Copiango que ante el escándalo se había detenido y resoplaba como si estuviera enojado…

-          FUERA… - le gritó como si se tratara de un gato doméstico -  FUERA TE DIJE… - repetía moviendo los brazos  y agitando los palos mientras avanzaba hacia el animal y poniéndose entre él y Karai

Copiango volvió a gruñirle y ella volvió a azotar los aires con los palos… cuanto más fuerte le gruñía… más le gritaba ella y más lo enfrentaba… Cuando había amenazado de tirarle uno de los palos, el animal pareció entenderla porque dejo de gruñir… Hasta que de pronto sintió que la abrazaban desde atrás y le sujetaban los brazos contra el cuerpo.

-          Suelta esos palos… - dijo una voz ronca sobre su oído – no te va a hacer daño… - y mirando al animal le dijo – vete por favor…

El animal se giró y se perdió en la espesura, pero de todas maneras Karai no la soltaba…

-          Suelta esos palos… - volvió a decir mientras la giraba y la ponía frente a él – por favor… - y tomó el mismo los palos y se los sacó

Camila respiraba agitada completamente… había sido lo más terrorífico que había vivido en su vida…

-          Cuando vi que avanzaba para atacarte… - comenzó a temblar por el estrés – se me ocurrió gritar porque seguro que no están acostumbrados a ser espantados…  - no podía dejar de hablar típico de un estado de shock - sé qué es esto precisamente lo que te preocupaba… que me atacara un animal así… pero no podía dejar que te atacara… sé que no te gusta que venga… y te prometo que no lo voy a hacer más… - respiró profundamente para serenarse pero no lo conseguía de todas maneras - pero tenía que hablar contigo para explicarte que no quería causarte tantos problemas… solo quería conocerte… - agacho la cabeza por unos segundos y luego volvió a mirarlo a los ojos – de verdad que lo lamento mucho… yo solo…

No pudo seguir… Karai le tomó el rostro y la besó para que dejara de hablar de una vez por todas… Su boca era suave y le costó más de lo que imaginaba poder separarse de ella… la sintió ponerse rígida al principio, pero no trató de soltarse y luego sintió como se aflojaba completamente antes que la soltara. Fue un beso más tierno que pasional.

-          Lo siento… - dijo al verla bajar la cabeza avergonzada – es que no parabas de hablar…

-          Es uno de mis muchos defectos… - dijo casi sin voz  - mañana me marcho, pero no quería que te quedaras con una imagen mía tan fea… ladrona y mentirosa –  se puso en puntas de pie y le dio un beso en la mejilla y luego juntó los dos palos que estaban en el suelo – adiós…

Se giró y comenzó a dirigirse hacia el camino con los dos palos a modo de protección por si se volvía a encontrar con ese animal. Karai la vio alejarse y no pudo evitar sentir cierta aprehensión… ella solo quería conocerlo y él había sido muy antipático si era sincero consigo mismo.

Luriel entró corriendo a grandes zancadas por el jardín hasta donde estaba Anahí escribiendo. Ella lo miró con reprobación, porque seguro había espantado a esa pobre muchacha…

-          Seguro la traumaste por el resto de su vida…

-          Te aseguro que ella fue la que me traumó a mi… - dijo riéndose – me atacó con dos palos y a los gritos…

-          ¿Cómo que te atacó? – no entendía nada

-          Como me pidió Karai, gruñí un poco y me encamine como si lo estuviera por atacar y de pronto por el costado… esta niña corría hacia mí con los palos y a los gritos espantándome como si fuera un gato… FUERA… - la remedaba sin dejar de reír

-          ¿Se interpuso para que no atacaras a Karai…? – cuando lo vio asentir agregó – me gusta esa chica…

-          Pues no eres a la única que le gusta, porque cuando estaba a punto de tirarme uno de los palos Karai la abrazó y me pidió que me fuera… - comenzó a besarla en el cuello suavemente – es salvaje… me hace acordar a alguien…

-          Copiango nunca me asustó… - agregó riendo – siempre fue mi mascota…

-          Que no te escuchen amor… - reía en el hueco de su cuello – tengo una reputación que mantener...

Seguían abrazados cuando vieron nuevamente pasar a esa joven rumbo al pueblo. Aun llevaba los palos en las manos y caminaba atenta a su alrededor pero no vio el par de curiosos que la observaban atentamente.

No pasó mucho tiempo cuando Karai llegó.

-          Enseguida estoy listo papá… - dijo para evitar que le preguntaran algo – me cambio y vamos…

-          No es necesario que vayas a la aldea si tienes otros compromisos – le dijo Luriel con una sonrisa sarcástica – esa chica es muy valiente… es una rareza en si… - y como si le estuviera contando por primera vez a Anahí repetía todo y gesticulaba – no supe cómo comportarme…

-          No hagas más escandalo papá… - contestó Karai mientras volvía a aparecer

Cada mañana, acompañaba a su padre a resolver los conflictos que hubiera en la aldea, todos lo tomaban como el sucesor natural de Luriel, sin embargo eso no era lo que él quería para su vida. Amaba a su padre, amaba a su familia y a su gente, pero le faltaba algo, tal vez el desafío de querer algo que lo desafiara en todo. Toda su vida había sido “el correcto”, “el honorable”, pero por momentos no podía evitar sentir que no estaba siendo honorable consigo mismo… “algo” en su interior le decía que quería otra cosa…

-          Bien hijo… - besó a Anahí – vamos…

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