Capítulo 8

Mientras mi padre se alejaba, dejando un silencio cargado de tensiones, mi hermano se acercó a mi lado. En sus ojos, noté la curiosidad y la inquietud, era evidente que quería saber más sobre lo sucedido entre el duque y yo. Suspiré profundamente antes de hablar.

"Hermano, lo que ocurrió con el duque... fue solo una conversación. Nada más."

Él me miró con escepticismo, como si pudiera leer entre líneas mis palabras.

Mi hermano se sentó a mi lado, soltando un suspiro de preocupación. Con una expresión seria, me pidió la verdad.

"No me mientas con eso de que fue solo una conversación. ¿Qué clase de charla es esa?." Preguntó con un dejo de desconfianza.

"Fue inesperado, hermano. El duque y yo nos encontramos debido a la colisión de los carruajes. No planeábamos hablar, pero las circunstancias nos llevaron a ello."

Mi hermano frunció el ceño, evidentemente molesto por mi falta de precaución. Su siguiente advertencia resonó en mis oídos.

"Ten cuidado. Esto podría afectar tu futuro matrimonio. Sea lo que sea que pasó, déjalo en el pasado y evita problemas innecesarios."

Asentí ante las palabras de mi hermano, reconociendo la validez de su consejo. Mientras lo hacía, mi mente divagó hacia otros pensamientos. Observé a mi hermano por un segundo, el segundo hijo de nuestra familia. Pensé en las expectativas y responsabilidades que llevábamos sobre nuestros hombros, cada uno con un papel definido en el futuro de la familia.

"Lo sé, hermano. Aprecio tu preocupación." Respondí con sinceridad, buscando transmitirle que entendía la gravedad de la situación.

Mientras estaba sentada junto a mi hermano bajo la sombra del árbol, mis pensamientos se dirigieron hacia los lazos que compartíamos como hermanos. La complicidad, el apoyo y la comprensión que se forjaron a lo largo de los años eran tesoros invaluables en nuestra familia.

Éramos siete hermanos en total, cada uno con su propia personalidad y peculiaridades. Isabelle, la primogénita, encarnaba la sabiduría y la responsabilidad. Theo, el hermano mayor, poseía un aire de protección sobre los demás. Yo, Vivianne, era la tercera hija, buscando mi propio camino entre los laberintos de la vida. Serene, mi hermana, destacaba por su serenidad y gracia.

Nicholas, el hermano pequeño, mostraba una curiosidad inagotable por el mundo que lo rodeaba. Raphael, con su espíritu libre, encontraba la aventura en cada rincón. Y finalmente, Maxim, el benjamín, irradiaba una alegría inocente que iluminaba nuestro hogar.

Los recuerdos de travesuras compartidas, risas compartidas y desafíos superados nos unían de manera especial. En sus ojos, encontraba el reflejo de la infancia que compartimos y la promesa de un futuro que construiríamos juntos.

La importancia de tener a mis hermanos cerca resonaba en mi corazón, recordándome que, en esta nueva oportunidad, mi familia era un faro que iluminaba incluso las noches más oscuras.

Con las reparaciones concluidas, el momento de retomar nuestro camino llegó más rápido de lo esperado. Los carruajes estaban listos para proseguir hacia nuestro destino original, y la breve pausa que nos brindó este incidente se desvaneció como el humo en el aire. Observé cómo los sirvientes se apresuraban a prepararlo todo para la partida.

Con paso decidido, mi hermano y yo nos aproximamos al lugar donde mi padre conversaba con Allen. La atmósfera parecía haberse relajado, y pude notar que la tensión inicial se había disipado, al menos en apariencia. Mi padre, con su expresión serena, daba la impresión de que la charla había sido fructífera.

Allen, por su parte, también mostraba un rostro más abierto, como si las palabras intercambiadas con mi padre hubieran logrado suavizar sus rasgos gélidos. Al acercarnos, mi padre nos dirigió una mirada, y Allen asintió en señal de saludo.

"Parece que las reparaciones han concluido sin mayores inconvenientes ." Comentó mi padre con un dejo de alivio en su voz—. "Agradezco tu disposición para solucionar este percance, Duque."

Allen respondió con un gesto de cortesía y luego miró hacia mí. Su mirada, aunque menos fría, mantenía una reserva que no pasó desapercibida para mí.

"Espero que no haya mucho inconveniente por este incidente, y que llegue seguro Duque." Dijo mi padre

"No será nada grave, Marqués." Dijo Allen con sinceridad.

Una reverencia marcó el final de nuestro encuentro, pero el rostro frío de Allen permanecía grabado en mi memoria. Detrás de esa fachada aparentemente indiferente, se escondían secretos y emociones que me resultaban inescrutables. Su belleza, tan llamativa como un cuadro medieval, contrastaba con la frialdad que parecía emanar de su ser.

Caminé alejándome de él, pero su imagen persistía en mi mente, como una incógnita que necesitaba ser resuelta.

Al abordar el carruaje, mi hermano se sentó a mi lado, y ambos compartimos una mirada que denotaba la curiosidad que nos embargaba. Era evidente que las palabras que se cruzarían en este trayecto serían de gran importancia.

Mientras el carruaje se ponía en movimiento, mi mirada se perdió en el paisaje que se extendía ante nosotros. El verde de los campos y la luz del sol filtrándose entre las ramas de los árboles creaban un escenario que contrastaba con las intrigas y tensiones que habíamos experimentado.

El silencio dentro del carruaje se volvía cada vez más palpable, y Theo decidió romperlo con una pregunta directa hacia mi Padre.

"Padre, ¿qué piensas sobre el duque Allen? ¿Cómo manejaremos esta situación?", preguntó mi hermano con una voz serena, buscando orientación en medio de las complicaciones que habíamos experimentado.

Mi padre, con semblante serio, respondió, "Theo, este asunto con el duque Allen debe manejarse con cuidado. No podemos ignorar las reparaciones que ha ofrecido. Además, es un hombre influyente, y no podemos arriesgarnos a enemistarnos con él".

La gravedad en su tono reflejaba la complejidad de la situación, y mientras íbamos rumbo a la casa de Luke, el peso de las decisiones pendientes resonaba en el aire, como un eco de un futuro incierto.

No se podía esperar más que un silencio de parte de mi hermano, ante la respuesta de mi padre, y no dudó en expresar lo que pensaba.

Theo, con un tono de aburrimiento, le dijo a mi padre: "No me refiero a eso, me refiero a que parecían muy amigos cuando nos acercamos". Sus palabras dejaron entrever la preocupación que se cernía sobre el comportamiento del duque Allen en el momento de la colisión.

Mi padre suspiró y miró al horizonte antes de responder: "Theo, las apariencias a veces son necesarias para mantener una relación armoniosa con otras familias. No olvides que estamos en medio de importantes arreglos, y es esencial llevarnos bien con los involucrados. Aunque, entiendo tu preocupación, trataremos de aclarar las cosas si es necesario".

Theo solo pudo asentir y suspirar con desconfianza. Él y mi padre se conocían demasiado bien como para ignorar que algo no estaba bien. Observé la interacción entre ambos con cierta preocupación.

A medida que el carruaje avanzaba en el tranquilo paisaje, el silencio se volvía más denso. Mis pensamientos se enfocaban en el encuentro inminente con Luke. Sentía un profundo remordimiento al pronunciar su nombre, un hombre que se atrevió a utilizarme y humillarme.

El carruaje se detuvo, y el repiqueteo de las ruedas sobre el empedrado cesó. Mi corazón latía con fuerza, con un suspiro escapó de mis labios, anticipando lo que vendría a continuación. Con un toque de ansiedad, me preparé para descender del carruaje.

Con la ayuda de mi hermano, descendí del carruaje, aferrándome a su mano con fuerza. En su mirada encontré un refugio, un apoyo silencioso que me daba la fuerza necesaria para enfrentar lo que viniera.

Avanzamos con paso decidido, mi hermano a mi lado, y nos dirigimos hacia donde unos sirvientes aguardaban nuestra llegada. La tensión en el aire se palpaba mientras nos adentrábamos.

Ante las miradas de superioridad de los siervos, recordé que, aunque nuestra familia no ostentara un poder inmenso, gozábamos de una buena fortuna que despertaba cierta envidia. Ignorando las miradas, continué caminando con la frente en alto, decidida a no permitir que la altanería de aquellos sirvientes afectara mi ánimo.

Con determinación, decidí que no permitiría que nadie pisoteara a mi familia. Juré que sería yo quien pisoteara a aquellos que nos utilizaron y quisieron acabar con nosotros. Cada paso que daba hacia la entrada de la mansión estaba impregnado de una resolución férrea.

Era evidente que intentaban hacernos sentir inferiores. Aunque fueran condes y tuvieran cierto poder, carecían de la riqueza que poseíamos. Nuestra fortuna nos proporcionaba una posición de la cual no estábamos dispuestos a ser desplazados.

Ignoramos las miradas altivas de todos los siervos y continuamos nuestro camino hacia la entrada de la imponente mansión. Mis pensamientos se dividían entre el pasado y el futuro incierto que se avecinaba. Luke, el hombre al que se suponía que debía llamar esposo, ocupaba mis pensamientos con un amargo sabor.

Adentrándonos en el majestuoso salón, la atmósfera se llenó de conversaciones susurradas y risas fingidas. Mi hermano y yo éramos conscientes de que estábamos rodeados de personas con intereses ocultos y lealtades cambiantes.

Los condes, Henry y Amelia Thorton, eran distinguidos por su apariencia noble. Henry, con cabello canoso y ojos grises, poseía una presencia imponente y una barba bien cuidada. Amelia, de cabello rubio y ojos avellana, destacaba por su gracia y elegancia.

Los hermanos de Luke, todos con rasgos notables.

Lucius Thorton: De complexión fuerte, cabello oscuro y ojos intensos, expresaba una determinación inquebrantable. Genevieve Thorton: La mayor, con cabello rubio como el oro y ojos verdes que reflejaban su belleza clásica.

Reginald Thorton: El menor, con cabello rizado y ojos curiosos, portaba la frescura de la juventud. Rosalind Thorton: De cabello castaño y ojos expresivos, irradiaba dulzura y encanto.

Julian Thorton: Con rasgos elegantes, su cabello oscuro y ojos profundos completaban su presencia refinada. Arabella Thorton: Compartía la elegancia característica de la familia, con cabello oscuro y una expresión serena.

Luke Thorton, el protagonista de la historia, sobresalía con su cabello cenizo y ojos azules, enigmáticos como el océano. Su figura imponente y vestimenta elegante acentuaban su autoridad y atractivo distante.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play