¿Te casas conmigo?

Camille se convirtió en mi compañera, creo que disfrutaba más de ella en batallas que en la cama, lo hacíamos cada cierto tiempo pero sentía que era obligación.

Cinco años estuvimos juntos al final de este tiempo casi no la veía, yo buscaba excusas para siempre estar ausente.

Camille: Lenox ¿por qué no me haz marcado? Llevamos cinco años juntos y aún no me reclamas.

Lenox: Lo hemos hablado muchas veces, yo no siento que seas mi luna.

Camille: Te he dado todo de mí, te he acompañado todo este tiempo ¿qué más quieres?

Lenox: Desde el principio fui claro contigo, me gusta tu compañía, aprecio todo lo que haz hecho por mí pero no te amo.

Camille: Ni siquiera lo intentas.

Lenox: Camille uno no se despierta un día diciendo hoy voy amar a una mujer, simplemente se siente y perdóname como te digo las cosas pero no me inspiras nada.

Vi como soltó el llanto, la verdad fui muy cruel pero debía ser honesto, este tiempo a su lado había sido una perderá de tiempo para ella.

Lenox: Sal de mi casa, pediré una para ti.

Camille: ¿Me estás terminado?

Lenox: Nunca fuimos algo Camille.

Salí de casa, debía encontrar a Ramona sé que ha esta hora está atendiendo el bar.

Ingrese al lugar vi que estaba a reventar.

Ramona: ¿Hijo mío otra noche que huyes de ella?

Lenox: Por cinco años he hecho lo que me pediste pero no he logrado amarla.

Ramona: Lo sé, hice mal en forzarte, cuando uno se conecta al ser amado es inmediatamente cuando lo ve.

Lenox: Búscale un lugar para vivir y nuevas funciones, no quiero que siga creyéndose ser mi luna.

Ramona me sirvió un trago doble, creo que pasaría toda la noche aquí.

Un nuevo día llegó, Camille se había ido de mi casa, ella dejó algunas prendas de vestir, yo las tomé todas y las envié a su nuevo hogar, no quería tener nada suyo aquí.

Los siguientes días ella intentó buscarme pero fue imposible, cada día había problemas que necesitaban mi atención.

Una carta llegó, Camille se despidió, ella decidió buscar su propio camino algo que me pareció correcto, creo que era lo mejor para todos.

La vida en la manada era tranquila, mi única piedra en el zapato era Tyron, pero poco a poco se había calmado, algo que debo agradecerle a su mate, una mujer que llegó para domarlo.

Los años pasaban, todos se impresionaban como mi reinado se expandía, pero mi corazón se hacía más pequeño, al punto que en ocasiones no había piedad en mis decisiones.

Jamás volví a tocar una mujer después de Camille, descubrí que no podía darles el valor que merecen así que simplemente dejo eso a un lado.

Asistía a tantas bodas que ya me fastidiaban, todos eran alegres, las parejas se veían con amor mientras que yo estaba en un rincón bebiendo.

Un día mientras revisábamos los linderos una caravana se acercaba, todos estábamos atentos a los visitantes, no podía creer quién venía.

Camille llegó a mi lado, se veía mucho más hermosa y con un aire de seguridad.

Camille: Querido Lenox.

Lenox: Camille.

Camille: Vaya no haz cambiado nada.

Yo solo la observaba ella mencionaba que estaba solo de paso.

Esos días se pasó se convirtieron en meses, ahora estaba a cargo de una manada, ella cumplió su palabra y hizo su propio camino.

Una noche mientras participábamos en una boda Camille llegó a mi lado, me ofreció un la cerveza.

Lenox: ¿Qué haz hecho todo este tiempo?

Camille: Viaje por muchos reinos, ayude a liberar algunos y comencé con mi propio clan.

Lenox: ¿Por qué has venido?

Camille: Estoy buscando un nuevo hogar, estoy esperando que mi gente se recupere para seguir.

Lenox: Pueden quedarsen el tiempo que deseen.

Camille: Agradezco tu amabilidad.

Lenox: No es nada.

Era hora de irme a casa, Camille me siguió.

Camille: ¿Podemos hablar?

Lenox: ¿Qué pasa?

Camille: Necesito pedirte perdón, hace años te dejé solo una simple nota cuando abandoné este lugar.

Lenox: No tienes por qué pedir perdón, no hiciste nada malo.

Se acercó a mí, puso una mano en mi pecho.

Camille: ¿No me haz extrañado? Por qué yo si.

Lenox: Ya pasó mucho tiempo.

Camille: ¿Podríamos intentarlo de nuevo?

Lenox: Sabes que no siento nada por ti, por favor no insistas.

Quite su mano de mi pecho, le di un beso en la frente deseándole una buena noche.

Llegue a mi cama y me recosté, había pasado tanto tiempo desde que intimé con Camille que por poco olvido que se siente.

Aún no puedo creer que no encontrara una persona para mí, he viajado a diferentes reinos, he visto tantas mujeres de múltiples especies pero ninguna ha logrado cautivarme.

¿Es posible que mi destinada sea Camille? Si ella volvió fue por qué el destino me está mostrando el camino, quizás si pongo de mi parte pueda llegar amarla.

Con ese pensamiento me fui a la cama, los siguientes días permití que ella se acercara, podía ver como ayudaba en el reino, entonces fue cuando decidí dar el siguiente paso.

Había luna llena, todos estaban en su mundo, Camille recogía frutos en el bosque cuando me acerqué a ella.

Camille: ¿Qué haces aquí?

Lenox: Es mi reino.

Camille: Perdón hablo de aquí conmigo, llevas días evitándome, pensé que estabas enojado.

Lenox: Camille ¿quieres casarte conmigo?

Vi como soltó la cesta de frutas, yo me agaché a recogerlas.

Camille: ¿Me estás jugando una broma verdad?

Lenox: Es enserio, sabes que no te amo, pero trataré de ser un buen esposo por ti.

Camille: ¡Si! Acepto, sé que me amarás.

Lenox: Bien, le diré a Ramona que prepare todo.

Me di la vuelta y salí, Camille llegó corriendo y me abrazó por la espalda.

Camille: Me haces muy feliz, contaré los días para ser tu luna.

Yo simplemente suspire, sé muy bien que no dejaría mi mordida en ella, no hay conexión así que no funcionaría.

Como sabrán Ramona no estuvo de acuerdo, ella pedía más tiempo, mencionaba que estaba segura que pronto llegaría la ideal.

El día antes de la boda un suceso extraño ocurrió, yo me encontraba en mi habitación, hace solo un par de minutos me fui a la cama, mi mente estaba inquieta, mañana sería la boda, un gran paso.

Comencé a cerrar los ojos, pero un olor me despertó.

Al abrir los ojos pude ver que alguien me apuntaba al cuello, su rostro no era claro pero sabía que era mujer por su aroma, ella tenía el cabello por su rostro impidiéndome verla.

Lenox: ¿Me matarás?

Ella respiraba con fuerza, el filo de la navaja estaba perforando mi piel, en ese momento reaccioné, le di la vuelta, ahora ella estaba debajo de mi.

Lenox: ¿Quién eres?

Ella comenzó a lanzar golpes, quería salir de mi agarre, antes de que volviera a preguntar algunos lobos invadieron mi habitación.

Bernie: Alfa sentimos el olor de un intruso.

Me levanté dejando ver a la mujer.

Bernie: ¿Quién es ella?

Lenox: Una descortés que no se ha querido presentar.

Vi como la tomaron, los mechones de su rostro seguía cubriéndola, adicional a eso estaba llena de lodo.

“Soy la que acabará con tu vida falso Alfa Lenox”

Mencionó con rabia.

Me acerqué a ella y la tomé del cuello, sentí que trataba de tranasformrse, por lo que siento es una loba poderosa.

Lenox: Enciérrenla, mañana veré que hacemos con ella.

Los lobos se la llevaron, yo debía encargarme de mi cuello, de nuevo había sangrado y no entiendo por qué.

Camille llegó y curo mi herida, ella mencionó que quería quedarse esta noche a mi lado pero pedí estar solo.

El olor de esa loba había quedado impregnado en toda la habitación, mi almohada destilaba su aroma, puedo jurar que nunca en mi vida había dormido tan placenteramente.

Al día siguiente mientras me vestía llegó Bernie, ya habían averiguado quién era la intrusa, al parecer una descendiente del clan Ugui estaba aquí para cobrar venganza.

Lenox: ¿Qué hicieron con la mujer?

Bernie: Ramona está con ella, al parecer le permitió que se duchara, creo que la llevara con las Virgenes, como sabrás esta noche es de apareamento, es posible que alguien la reclame.

Lenox: No acepto una violacion.

Bernie: No lo será, ella tendrá elección.

Yo seguí con lo mío, en el suelo estaba la daga que trajo la mujer, toque la punta y vi como mi dedo sangró, en definitiva era un arma poderosa.

Salí de casa, como si mi nariz no pudiera percibir otro olor diferente que el de la loba, hoy todo el lugar olía a ella.

Sé que debo hablar con esa mujer, de seguro lo haré mañana, este día estaré ocupado con la boda.

Mis pulsaciones hoy están aceleradas, supongo que es por la boda… ¿o por la loba?.

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