Capítulo XIX

Ella era una reencarnada, eso explica un poco su intento de huir, pero de forma de traslado a otro mundo por decir algo es algo loco, pero aquí es medio normal, dado que es un lugar repleto de magia, pero aun si — Marien! — Ah dejo la aguja de coser encima de la mesa de dormir y me sobo la frente, estoy un poco estresada.

— Dime.

— Presiento que no estás bien

— ¿Eso crees?

— Ese tono solo tú puedes o te atreves usar conmigo — Lo miro enojada por sus tonterías y se ríe de mí — Es una broma cariño, no te estreses más de lo que te ves — Ja es tan fácil decirlo con todo lo que está pasando, lo que sea que la emperatriz esté tramando, el hecho que Katherine no lo hizo por azar y mucho menos por amor unilateral y con todo eso las responsabilidades de ser emperatriz es normal que esté estresada.

— Qué tal salir a una cita como antes — Lo miro y está poniéndose la ropa de dormir, mirar esa espalda es buena medicina, podía ser todo amante a mi trabajo antes de venir, pero tener una buena noche casual no me lo prohibía.  Pero ahora tengo un esposo con un cuerpo como el de un atleta sin exageraciones y unos músculos, no es tan malo todo si lo pienso así.

— Antes de sugerir algo que puedas, tal vez no cumplir por tus deberes como emperador, porque no mimas a tu maravillosa esposa — Digo y después de abrazarlo por la espalda haciéndolos detener de abotonar su camiseta.

— En realidad pronto tendremos un festival por la cosecha que se hace cada año y en la capital habrá muchos festivales en la que podremos disfrutar — En este momento me doy cuenta otra vez que este mundo es como la mayoría de los libros que he leído de reencarnada aunque aquí no hay un santo o ejemplo que adoren a muerte quitando a los emperadores que es por deber, miedo y lealtad por tener seguridad.

—¿Seguro que podrás asistir?— Pregunto mientras le acaricio el pelo, es una manía que cogí con su pelo que no le desagrada.

— Haré el intento cariño — Puede que no pueda asistir, pero aun así que lo intente me alegra, aprieto su mano izquierda para después jalarlo a la cama sentada nos uno en frente del otro — Te contaré un poco sobre donde vengo.

— En momentos así me preocupa tu amabilidad, ¿qué va a querer mi dulce esposa de mí? — Es tan difícil ser medio mezquina con él, es demasiado astuto.

— No intervengas en mi elección de damas de compañía y amistades por muy cuestionable decisión parezca ¿Si cariño?— Intento usar mi lado cariñoso si es que lo tengo porque normalmente soy agria.

— ¿Estás pensando poner a ella verdad?— Se levanta y coge un libro del librero.

— Christopher no me quieres decir para qué la tenías cerca, si no la querías, aunque por lo que he oído si parecías quererla — Cuestiono porque aunque parezca que no le he puesto atención a esa chica si lo he hecho después de la coronación, me dio intriga y comencé a preguntar en mis reuniones sociales de la semana.

— No entiendo por qué te interesa, lo importante es que no me gusta y ya, no tienes que ponerle más atención de la necesaria — Sigue sin levantar su mirada del libro y eso me preocupa más por no darle importancia.

—Chris, únicamente tenéis que decirme las cosas claras, no soy tan tonta para no comprenderlo bien como crees — Me levanto — Ten un poco de confianza en mí.

— No es que no haya confianza, es solamente que no me gusta que estés cerca de ella, sé perfectamente que no me ama como dice, pero aun así su determinación para ser libre es extrema mientras menos sepas mejor — No entiendo, entonces ellos sabían perfectamente que no se querían como demostraban a los demás, pero aun así siguieron fingiendo por convenio entre ellos.

Es más preocupante que sea porque se amen porque entendería su comportamiento, pero esto y ¿libertad? ¿De qué? O¿de quién?.

 — Entonces conmigo es igual — Sé que no tiene que ver con lo nuestro, pero como quiera siento un poco de molestia, aun así termino haciendo que se moleste.

— Si mis acciones no han demostrado lo que siento por tí, sería ya un problema unilateral y no mío — Cierra el libro y se acerca a mí con seriedad para después darme un beso en la frente y posteriormente en la mejilla. Lo abrazó fuerte mientras acaricia mi espalda de arriba hacia abajo — Me quedaré en la oficina, está aquí queda el tema de ella — Me suelta para después irse de la habitación, dejándome parada en medio de la gran habitación. Ya sé que no se trata de amor pero porque le es difícil decírmelo, debe ser lo mismo con lo de Katherine con la emperatriz viuda.

Aún así a veces me gustaría no ser tan boca floja con mis pensamientos y más cuando se trata de relaciones personales, soy una inexperta en relaciónes larga, por tal sé que él se ha comportado bien conmigo.

—Su majestad le traje un té con unos aperitivos — Dejo atrás lo demás para acercarme a la mesa donde Sarah pone lo que trajo — El emperador dijo que estaba intranquila, así que le traje esto — Menciona después de servir el té y la miro por unos minutos.

— Sarah, tú has trabajado un buen tiempo, aquí deberías conocer mejor que yo al emperador —Después de todo nos conocimos desde hace meses.

—Emperatriz, no creo conocerlo más de lo que usted podría, después de todo es la única que ha podido entrar en el corazón del emperador de forma sincera, ni siquiera esa chica podía estar con el emperador de forma libre como usted — Ah, bueno, si lo dice así es verdad que siempre fui libre con él, pero es más porque mi personalidad es así y yo no soy de este lugar, pero que lo diga es algo motivador en cierto modo.

— Gracias — Susurro.

— Entonces mañana irán a visitar las nuevas instalaciones para la nueva academia de magia de modo oficial mañana.

— Ah sí, Rosa me pidió que la acompañara, aunque técnicamente fue el emperador quien manejó todo yo solo di la idea arquitectónica y ya — Aunque no se puede negar que me ilusiona el resultado.

— Pediré que tenga preparado todo a primera hora.

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