Capítulo VI

Antes que nada no sé defensa persona, ahora me arrepiento de no coger esa clase particular, ok a correr se ha dicho y así comencé a correr por primera vez desde que llegue a este imperio.

Corro como puedo le tiro jarrones y tiro cosa, pero dale no pensé que mi puntería sea tan mala en serio, este tipo me tira puñaladas a poco no me da en un órgano importante y solo me hace rasguños, creí que morería otra vez, pero Gareth sale de algún lado y le da unos buenos puños al tipo.

— Dale duro con todo — Grito alejándome un poco para no salir mal parada, pero los dos en serio me mira unos segundos como. Y esta tipa está bien del coco, en realidad los entiendo, otras estaría estérica gritado y llorando, pero bueno, si has visto peleas callejeras, casi nada te sorprende realmente.

Hasta que vuelven a la pelea. Doy par de monedas a que gana, Gareth se le ve medio flaco, pero pelea espectacular y mira que no usa magia — Gareth terminarlo de una vez, que tengo mucha hambre — Grito entre su forcejeo. Hasta que siento unas manos en mi cintura estaba dispuesta a gritar como debe ser, pero por alguna razón me gire y lo primero que vi fue su cabellera rubia.

— ¿Estás bien? No te hizo una herida de gravedad — Pregunta, pero no me deja responder porque me comienza a llevar cargada — Vamos, él se encargara, debemos curar esa herida — Hace una hora estábamos discutiendo mejor dicho nuestra primera discusión "matrimonial" si es que esto se puede llamar así.  Después de todo esto no comenzó por amor, romance y flores, lo típico, pero aun así no sé qué nos pasó.

Esto es extraño, él está curado mis heridas, ni siquiera dejo que Sarah o unas de las sirvientas lo hicieran y mira que estaban muy preocupadas — Listo todo está bien, ya pueden salir — Ordena y el cuarto se queda entre nosotros dos otra vez.

Me levanto como puedo y me acuesto en la cama — No te preocupes, ya se encargaron de él, duerme bien — Se acuesta al lado mío, bueno, no es la primera vez, pero claro, jamás hemos llegado tan lejos como para hacer lo que ustedes ya saben.

— Sí, bueno, buenas noches — Esto es superincomodo.

— Marien talvez tengas razón y es lo mejor — Estoy segura de que habla de lo dije antes, aunque ahora no estoy muy segura sobre mis palabras.

— Si lo creo — Digo

— Bueno, seamos buenos compañeros entonces buenas noches — Le doy una mirada y ya está durmiendo y entonces miro el techo, el gran y absoluto techo.

Entonces brota lágrimas y no sé cómo pararlas, me duele y mucho y lo peor es que no sé por qué o simplemente no quiero verificar la razón, solo sé que duele, pero es lo mejor.

Es lo mejor para ambos, después de todo no soy esa chica y no estoy para como pelear o intrigar como haría cualquiera mujer, en este momento necesito tranquilidad.

Cabalgó por el campo sin fin, esto es lo que necesita — Adelante — Esto es lo máximo, no sé por qué no lo intente en esa vida, me encanta.

Ha pasado dos semanas desde que intentaron asesinarme y pues el emperador no investigo por el simple hecho que sabe quién me quiere muerta.

Aunque al principio fue complicado sacarlo el nombre, eso no cambio el miedo que siento cada vez que oigo su título, digo en todos los libros que he leído de realeza a la que tiene ese puesto hay que tenerle respeto, por tal razón después de todo es la emperatriz viuda la madrastra de su majestad.

Otra víbora que no le tiene miedo a nada.  Al parecer porque mandar a matarme es lo que ha estado haciendo más, el emperador conmigo es algo loco — Tuvo una buena corrida su majestad— Pregunta José, es mi entrenador y buen amigo, lo malo que solo lo podré ver cuando venga aquí porque él es uno de los encargados de aquí.

— Espectacular como siempre la próxima ven conmigo — Le sugiero mientras me quito los guantes.

— Así serán Marien — Sonrió es un muy bien amigo.

— Emperatriz —Volteo, para ver al emperador, ay esperándome, me despido de José y me   encamino a la mansión con el emperador.

— Que necesita de mí su majestad — pregunto al llegar — Prepárense la tina — Ordeno mientras me acompaña a la habitación el emperador porque no sé cómo saco tiempo en su apretada agenda.

— No deberías dejar que nadie sepa sobre Marien lo prometiste — Me reclama y giro los ojos, es en serio últimamente a esta un poco quisquilloso.

Me quito la ropa quedándome en ropa interior, calzones como lo digo yo y voy y me entro en la tina que rico siempre me encantara.

—Quiero que vengas conmigo al pueblo, necesito ver algunas cosas y pensé que desearías salir de aquí — Mm que rico el tener sirvientes que te ayudan en la tina, antes no me gustaba, pero me fue gustado poco a poco.

— Está bien — Le digo por qué en realidad si es muy buena idea salir un poco .

— Está bien, puedes traer a una sola sirvienta — Asiento en acuerdo — Y deberías algunas prendas para tu parte de arriba está un poco más pequeña — Dice y sale de una vez riendo ,lo mato mientras las demás se ríen también traición.

— Mm no está tan pequeña verdad.

Camino muy feliz viendo algunas prendas que quedaría muy bien con las nuevas prendas que pedí unas llegara aquí, pero la mayoría Irán directamente al palacio porque en solo dos semanas volveremos o mejor dicho iré a la capital.

Aunque estoy un poco nerviosa, aprendí todo lo que me enseñaron y más otras cosas me dieron mucha curiosa como la magia aquí y específicamente la magia heredada por la realeza.

Mm creo que le quedaría lindo — Ven aquí — Lo jalo del brazo y le pongo una bufanda café lisa — Te ve, guapísimo — Le digo ajustándosela un poco.

— Sabes si quieres estar tan cerca de mí solo debes pedirlo — Uh lo miro y literal está a solo mover un poco la cabeza y me puede besar, digo estoy en puntas porque el tipo es superalto o yo un duende.

Pero no puedo dejar de mirarlo como él a mí y es que no he olvidado lo bien que besa o sus manos en mi cuerpo... ok estoy llenado muy lejos. Quito mis manos de sus hombros y me volteo — Ya sabes la decisión que tomamos — Digo y asiente supongo con un poco de tristeza, nada deben ser ideas mías. 

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