Capítulo XVIII

Yo Ráela Wister he vivido mucho para no decir años, dejémoslo así. Pero aquí con una cara de tonta veo a dos tontos o estúpidos enamorados y no es que sea la primera vez viendo este tipo de demostración de cariño solo no lo esperaba de dos personas imponentes, temibles y tan meticulosos que no esperaba, esto. 

El cariño si da duro eh. Debí de comunicar la principal razón de Katherine con traer alguien para que la reemplace, pero que al final terminara siendo ella misma, después de todo su cuerpo se moldeó a su Alma y volvió a ser como era antes de venir aquí, aunque no se nota con la máscara que le puso el emperador, se nota que es de la familia imperial — Raelia — Oh Gareth.

— Que raro que me dejaste acercarme a ella como si nada — Le insinuó el hecho que fingió no verme acercarme a la emperatriz, pero aun así veo como ella y el emperador habla desde una gran distancia.

—Sabía que no harías nada y mucho menos conmigo cerca — Uh parecer conocerme demasiado bien lastimosamente.

— Me conoces bien —Susurro.

— Lo suficiente — Asiente y después se va detrás de los emperadores donde está también esa chica, debe ser por quien suspira, no todos tenemos tanta suerte en el amor.

— Señorita, ven a verme mañana temprano —Grita la emperatriz antes de que se vaya del jardín con una sonrisa con el emperador, en serio que no le importa la ética imperial a esa chica, me agrada.

Tal vez no es tan mala idea que me asocie a ella.

Mientras pueda verla podré comunicarle lo enredado que es ese hechizo bueno, mientras esté con el emperador estará bien a menos que tenga magia propia, uh lo dudo, ya que no es de este mundo. Aun así, ¿por qué Katherine la eligió a ella entre tantas? Me da curiosidad.

Aun después de horas en las calles de capital no encuentro ese medicamento, debe ser bueno para George. Porque se me olvidan las cosas tan fáciles, debo de robarlo de las reservas imperiales — Buscas esto — Alguien pone un medicamento enfrente mío y me volteo para ver a uno de los guardias que estaba antes con el emperador.

— Si fue Gareth dile que es innecesaria su dichosa amabilidad — Niego pasándole por el lado, aún disfrazado como pueblerino, se nota que es de clase alta.

— Fue la emperatriz por sugerencia de Gareth aunque no lo creas, es muy buena persona esa chica — Me lo vuelve a poner en la cara y le doy un manotazo.

— Claro, dile a Gareth que no necesito limosna y mucho de él — Lo intento quitar del el medio, pero es como si moviera una gran roca y no puedo usar magia delante de este mercado lleno de pueblerinos.

— Y pensar que Gareth dejaría ir a tan belleza y sola — ¿Qué? Este tipo...— No eres un simple guardia por lo que veo — Y únicamente me sonríe girando el medicamento en su mano.

— Mira no eres tan tonta para no cogerle sin importar que Gareth esté involucrado después de todo, quieres sanar a tu hermano, ¿no? — Es solo un medicamento para la gripe, pero no se puede negar que los medicamentos del palacio son los mejores.

— Solamente dámelo y vete— Extiendo mi mano, pero evito su mirada, él sabe lo de mí y Gareth no creí que alguien más lo sabría además del emperador.

— Mejor te acompaño — ¿Eh? Caminamos por un camino un poco más desolado, pero que sé con certeza que da más cerca para mi casa... bueno mi antigua casa, pero él lo sabe sin darle ninguna dirección — ¿Qué ganas con acompañarme? No pienso que te lo hayan ordenado — Pregunto un poco nerviosa por la respuesta.

— ¿Quieres la verdad o una mentira dulce? —Sugiere.

 Y con solo eso sé, ya que no fue él quien le pidió que me acompañara, no sé qué es lo que esperaba realmente. 

"Lo sabes, ¿no?, fue solamente un negocio y fue mutuo, no ha habido nada unilateralmente hablado en lo nuestro — Quita mi mano de su cuello y se aparta dos pasos atrás.

— Entonces es peor, creí que era mutuo, de verdad que eres un profesional en tu trabajo — Cosa que yo no pude hacer... ".

Eso es algo que preferiría olvidar pero tendré que manejarlo ahora que estaré cerca de él por la emperatriz.

Él sigue sin inmutarse caminado frente a mí, si lo creo bien es muy alto, no tanto como Gareth o su majestad, pero lo es y yo no soy pequeña, pero delante de él sí lo parezco y su cara es muy atractivo. Siempre lo he visto cerca de su majestad y Gareth cada vez que iba al palacio por petición de Katherine, pero juzgo que es la primera vez que mantenemos una conversación larga — ¿Estás casado? — Me mira unos segundos antes de decirme que no y después darme la espalda otra vez, pensé que era de los bromistas irritantes.

— Quieres aventurarte — Oh que me sonría de esa manera retadora no me es conveniente — Aunque no es mi culpa si después quieres repetir — Presiento que será un gran problema, pero como no puedo negar que es apetecible ese problema...

— Majestad, ¿qué debemos hacer ahora?

— Sínguela y dime todo sin importar que tan tonto sea — No puede ser una coincidencia que después de nuestra conversación meses antes de la boda pasara esto y mucho más que él la apoye tal como poner a uno de su más confiable soldado en protegerla en tan solo un mes.

Debe haber algo que no sé y más que en la coronación estuvo calmada y no me critico nada, esta chica se siente de diferente de antes — Debe haber algo que no captamos.

—Seguiré con lo planeado con la chica y tendremos al emperador — Sugiere él Márquez Flecher, no es mala idea, pero con lo que ha sucedido él ni siquiera pide audiencia con ella.

— Creo mejor intentar otra vez, asesinarla no es lo que más apremia, ya que ahora que el emperador le favorece puede quedar embarazada y tener un heredero, no podemos permitir descendencia o nuestro plan no funcionará — Sugiere otro noble y también tiene razón si quiero llegar al emperador con esa chica y después disminuir su poder para cuando ellos lleguen, pero...

— No quiero que muera tan fácil, debe sufrir, por lo que causó, no puede irse tan fácil — Detengo su conversación y ordeno que lo intente otra vez, pero que esta vez no se vaya sola.

— Esa chica ya no es necesaria Márquez, si este plan no falla como la otra vez elimínala eso lo hará desvanecer al perder a las dos a la vez — Ordeno.

— A su orden Majestad — Me reverencia. Todo no es tan simple, debe sufrir y después iré por el niño rubio...

*Raelia

— ¿Por qué no entraste?.

— No es necesario — Miro por encima del techo de la casa de al lado de la propiedad de mi familia, están reunidos en la cocina comiendo se ven felices. No es necesario mi presencia, ahí lo sé muy bien, lo bueno es que tiene el medicamento, eso es todo — Te invito unas bebidas, vamos — Le doy un golpecito en el hombro para después bajar del techo. Creo que en esta hora está abierta la caverna donde van los guardias.

 — Tengo vino muy bueno en mi despacho porque no vamos mejor ahí — Lo miro sorprendida por su sugerencia, pero parece estar hablado de verdad — Pero si no quieres podemos ir a una caverna cercana — Mira al lado y puedo ver aún que está sonrojado, tan coqueto y es tímido.

— Me gustaría ver esos vinos que tienes —Sonrió por su cara sorprendida.

— Eres más atrevida de lo que aparentas.—Niega con la cabeza mientras sonríe también, será un buen juego mientras intento protegerme, si solo un juego.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***