Capitulo 14

Nahir:

Mis lagrimas recorrían por mis mejillas, negué con la cabeza sin entender como estas personas podían creer que tenían poder sobre nosotros, solo por la tontería de que soy de rusia. Los conflictos que ellos pudieran tener, yo no tenía nada que ver.

Me puse de pie, caminando hacia la mesa de decoración de mi casa… Me senté tomando uno de los fajos de dinero que esta mujer había dejado, los miraba sabiendo que esto sería una gran ayuda para pagar la casa de beneficencia donde mi padre se encontraba, los hojeé con mis dedos viendo que todos eran del mismo valor. Lo dejé tomando de nuevo la carpeta, la abrí leyendo lo que el tal Santino planeaba hacer.

Nahir: ¿Por qué ofrecerme esto a mí?

Solté un gran respiro, pasaba cada hoja leyendo todo el contenido.

Realmente no estaba acostumbrada a muchos términos aquí mencionados así como las terminaciones que le daban.

Era todo esto fuera de un mundo que conocía. Pero en mi mente solo estaba el hecho de saber que ella era la novia, prometida, la que se iba a casar pronto con ese hombre, por que quería entonces llevarle la contraria y que se quedara sin este material que se necesitaba para hacer unas micro memorias. Micro memorias ¿para que?...

Pasé la hoja leyendo la información donde se encontraría este material.

Pendrive… Material indetectable por el gobierno, establecido para micro memorias, capacidad de resguardo… lo que sea.

Sonreí como una boba, estaba claro que estas personas si querían las micro memorias podían ser para algún tipo de información que quisieran tener resguardada, hoy en día se escuchaba mucho de los tratos y de las grandes alianzas que tenían los mafiosos, aunque Santino Carlucci era uno de los Mafiosos más temidos de este lugar, habían otros, pero el dominio de Santino iba más por todo lo ilícito…

Me puse de pie caminando hacia la mesa, levanté la tapa de mi portátil, rodé los ojos al ver que se había terminado la clase.

Nahir: no terminé de tomarla, espero que no me salga contraproducente en nada.

(Escuchen- Ameno, rock, Era)

Me senté empezando a escribir en el buscador. Mis dedos iban tecleando Santino Carlucci. Reposé mis codos esperando que se fuera desplegando toda la información, cualquier que pudiera servirme podría ser de utilidad, más que nada para ir conociendo un poco de lo que pudiera hacer con ese material.

Miraba la pagina donde había entrado, pero no me arrojó nada. Negué con la cabeza acomodándome bien en la silla. Cerré esa pagina entrando a un buscador donde no todos tenían acceso. Ingresé mi contraseña entrando. De nuevo escribí Santino Carlucci.

Entreabrí mis labios al ver como se desplegaba toda la información de este hombre, me acerqué un poco a la orilla de la silla, había demasiada información, le di clic al primer apartado pero me pedía mi contraseña, así que la puse.

“Santino Carlucci, Jefe de la Mafia Italiana en tratado de conspiración, uno de los altos exponentes en armas químicas donde vende en grandes contenedores por pedido pagado anticipado. El señor Santino Carlucci, mantiene un estricto orden en cuando a sus cargamentos, trabajando en conjunto con otros Mafiosos que le han firmado el convenio para nuevos químicos. Uno de los Jefes de Mafia con alto valor en su cuenta bancaria, no cualquier persona puede tener acceso a las armas que maneja, su lema “SI NO TIENES PARA PAGAR, NO PIDAS”

Rodé los ojos además de eso super ambicioso, pasé a otro apartado, de nuevo me pedía mi contraseña, la volví a poner, de nuevo se desplegó más información.

“Santino Carlucci, contraerá matrimonio con la hija de uno de los mafiosos que ha pagado su gran deuda con su hija. Entre poco la unión de estas mafias hará acreedor al señor Carlucci a los territorios del señor Fabricio Mozzi, así como la boda de ensueño la señorita Loana Mozzi está tirando todo por la ventana”

Solté un gran respiro, miré un apartado demasiado iluminado, le di clic… Me pidió mi contraseña la puse. Viendo que mi portátil se apagó.

Nahir: ahora que…

La tomé entre mis manos dando pequeños golpecitos en la mesa. La pantalla quedó en color roja, levanté una ceja un poco asustada esperando que no haya sido un virus.

Nahir: No solo me despides sin justificación, hechas a perder mi portátil.

La pantalla en color rojo, empezó a ir y venir, tragué saliva negando con la cabeza, sostuve mi cabeza con fuerza.

- ¿QUIEN ANDA ALLI?

Levanté mi mirada a la pantalla del portátil, sentía que mi corazón empezaba a latir tan fuerte. La pantalla se quedó en negro nuevamente, marcaba unos puntitos blancos como si estuviera pensando. No apartaba la mirada de la pantalla.

“CODIGO DE ACCESO”

Acerqué mis dedos en las teclas puse mi contraseña, pero..

IIIIIIIIIIIIUUUUUUUUUUUIIIIIIIIIIIII…..

Me llevé mis manos hacia mis oídos del terrible sonido que estaba emitiendo mi portátil, desesperadamente bajé la tapa del portátil poniéndome de pie. Me llevé mis dedos a mis labios de lo asustada que estaba…

** En otro lugar **

Danelik:

Revisaba todos los cargamentos que estaban llegando a las bodegas, los iba ingresando a la red de Santino, él los necesitaba de ya, quería tener el control del almacén antes que se empezara a preparar los cargamentos con las pedidos solicitados.

Mi pantalla se apagó. Me di la media vuelta viendo el servidor había sido detectado. Me puse de pie apresurando el paso hacia donde estaba dando la alerta.

Santino: ¿Qué sucede?

Tragué saliva al escuchar la voz de Santino, negué con la cabeza, esto no podía estar pasando, empecé a teclear con rápides, no podían haber entrado solo por que así a nuestro servidor.

Santino: PREGUNTÉ QUE SUCEDE.

Danelik: Creo que alguien entró al servidor.

Miré hacia Santino pero él levantó una ceja caminando hacia donde me encontraba, se podía ver el desplego de información pero no se mostraba que tipo de información estaban queriendo saber. Me sostuvo de los brazos con fuerza quedando frente a la pantalla del servidor

Santino: ¡¡¡QUIEN ANDA ALLÍ!!!

Rodó los ojos jalando con fuerza los cables de todo el sistema de redes, negué con la cabeza, me miró negando con la cabeza.

Santino: Reacciona rápidamente. Quiero que te pongas a investigar lo que realmente sucedió.

Danelik: Si.

Santino: Da con la persona que se atrevió a entrar al sistema de redes, se supone que lo tienes cifrado ¿No?

Danelik: Te recuerdo que la ultima vez, fuiste quien quitó los cifrados.

Santino: PUES PONTE A TRABAJAR EN CUBRIRLOS, PERO QUIERO EL NOMBRE DE LA PERSONA Y TODO LO RELAVITO A ESTA ENTRADA.

(*+*)

TOC!! TOC!!

Me quedé parada sin poder moverme hasta que escuché que golpeaban a la puerta. Tragué saliva, será que me hayan rastreado. No quería ni volver a tocar el portátil, no sabía en que me estaba metiendo y todo por hacerle caso a la loca de Loana.

TOC!! TOC!!

Ciccio: Nahir ¿Estas allí?

Cerré mis ojos con un gran suspiro de alivio al escuchar a Ciccio, me llevé la mano al pecho tratando de tranquilizarme.

Me acerque. Quitando todos los seguros que le había puesto, quizá ya me estoy volviendo paranoica solo en tener la presencia de Loana aquí.

Abrí viendo esa hermosa sonrisa, tenía una caja de un gran pastel, di varios saltos acercándome hacia él, ambos nos dimos un beso de recibimiento, me aparté de él entreabriendo mis labios, tuve una extraña sensación, donde a mi mente se vino el rose de los labios de Santino mientras tocaba mi cuerpo… Di varios pasos hacia atrás, Ciccio entró sin darse cuenta, caminó hacia la cocina, cerré la puerta dándome cuenta que tenía los fajos de dinero en la mesa, corrí hacia el sillón tomando los fajos metiendo detrás de las almohadas así como la carpeta donde estaba la información de ese hombre.

Levanté mi mirada, él estaba cortando el pastel en dos partes, me puse de pie mirando que no se viera nada de lo que había ocultado.

Ciccio: Te he conseguido un empleo en el restaurante de la alta.

Nahir: amm, he… amm…

Se dio la media vuelta con el cuchillo en mano mirándome, le sonreí acercándome a él.

Ciccio: ¿Qué te sucede?

Nahir: Nada, esta bien, me parece perfecto.

Ciccio: Mañana puedes presentarte, allí estará Cleo, es muy buena y le agradó saber que estarías allí.

Nahir: Pero ese no es de los restaurantes de ese hombre.

Ciccio: ¿De Santino? Si, pero estarás en el área administrativa, es más ni sabrá que estas allí, es una oficina independiente y solo Cleo y el gerente entrar para la facturación.

Asentí con la cabeza, no podía darme el lujo de saber que ese restaurante era de ese hombre, allí podía conocer un poco más de la situación que conlleva en hacer cosas.

Mi móvil empezó a sonar, Ciccio caminó hacia la mesa dejando los platos con el pastel, me acerqué mi móvil viendo un número desconocido.

Ciccio: ¿No piensas contestar?

Asentí con la cabeza, tomando la llamada, mis manos hasta estaban temblando, no fuera a ser alguno de las personas de ese hombre que descubrió lo que había hecho.

Llamada:

- ¿Diga?

- Hola Cariño, ¿ya reviste la documentación?

- Si.. sii.

- ¿Entonces?

- Quedamos en que te daría respuesta mañana.

- LA QUIERO AHORA MISMO.

Aparté el móvil de mi oído por el grito de Loana, Ciccio estaba muy atento a la llamada.

- No sé.

- Mira niña tonta, es tu oportunidad, sino lo haces, llegó a la casa de beneficencia donde está tu padre y le meto un tiro.

- ¿Qué cosa?

- Nahir, Nahir, con ¿quien crees que tratas?

- Pensándolo bien creo que no…

- NO TIENES OPCIÓN, SI TU MIEDO ES IR SOLA, VARIOS DE MIS HOMBRES IRÁN, TÚ SOLO TENDRÁS QUE IR PARA SUSTRAER LOS CODIGOS Y EL MATERIAL. ¿ENTIENDES? Es más también iré.

Solté un suspiro, no quería hacerlo, pero me estaba amenazando con la vida de mi padre y ya era otra cosa.

- De acuerdo. Lo haré.

- Mañana te mando una ubicación. Te veré donde te marque.

- Pero mañana tengo un empleo en la alta.

Soltó una tremenda carcajada, me molestaba esa insolencia por parte de ella, no se podía guardar su gran despotismo en mi contra..

- ¿Pero que dices? ES EL RESTAURANTE DE SANTINO. TE ECHARA A PATADAS.

- Si quieres que lo hago, tendrás que cuidar que no vaya donde estaré.

El silencio se estableció en los móviles, ni ella decía nada, mucho menos yo.

- Es lo que hay.

- De acuerdo, me parece bien. De todas maneras te veo y luego hablo con Cleo y el gerente para que llegues sin problema alguna.

Asentí con la cabeza terminando la llamada. Me acerqué a Ciccio sentándome a su lado.

Ciccio: Me dirás de quien se trataba en la llamada.

Tomé el tenedor, partí un pedazo metiéndolo a la boca, lo miré dejando en claro que sus preguntas vendrían, pero Ciccio mucho tiempo ha trabajado para estas personas y no sé que tanto pudiera confiar en decirle lo que estaba pasando entre Loana y yo.

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Nahir

Ciccio

Santino

Danelik

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