Capitulo 3

Gadiel:

Me sentía demasiado cómodo, desde lejos podía escuchar que mi móvil estaba sonando, negué con la cabeza, me removí intentando abrazar a la chica, abrí mis ojos viendo que ya no estaba… desesperado me levanté tomando mi pantalón, buscaba mi móvil hasta que di con el. Miré la pantalla pasando mi mano por mi rostro, me di la media vuelta viendo que el estuche de los relojes no estaban en la mesa donde los había dejado.

Gadiel: MALDITA SEA… MALDITA HIJA DE PUTA… MIL VECES MALDITA.

Miraba la llamada entrante, negué con la cabeza, no podía creer esto, estaba a punto de darme un infarto, tomé la llamada.

Llamada:

- Gadiel, me acaba de avisar Danelik que no has llegado con los relojes, ¿Dónde DEMONIOS ESTAS?

- Señor, en seguida voy… es.. que..

- ¿Qué sucede?

- No sé en que momento me quedé dormido.

- ¿DE QUE ME ESTAS HABLANDO?

- Señor…

Me terminó la llamada, si me estaba hablando de seguro él ya sabía que no me había movido con los malditos relojes. Empecé a vestirme, negaba con la cabeza… tenía que saber que ha sucedido, tenía que dar con esa mujer antes que salga del lugar.

POOM!!!

Me giré viendo a Santino con tremenda cara de demonio… se acercó hacia mí tomándome del cuello de la camisa, empujando mi cuerpo hacia el sillón sin poder hacer nada en su contra.

Santino: ¿DOOONDE ESTAAN LOS RELOJEESS?

Gadiel: Santino déjame explicarte.

Santino: ¿Qué me vas a explicar? ¿sabes el contenido?

Gadiel: Señor los voy a encontrar.

Levantó mi cuerpo con tanta fuerza, que podía saber lo furioso que estaba, conocía su lado que nadie quería que tenga y menos tratándose de algo como la información que él maneja al igual que muchas personas que le cuidaba la espalda.

Sacó su arma poniéndola en mi pecho, la sostuve, negando con la cabeza.

Santino: Te advertí que tenían que llegar esos relojes a la villa y ser resguardados.

Gadiel: Lo iba hacer. Solo que esa mujer.

Santino: ¿QUE MUJER?

Gadiel: La mujer que había visto que le agradó.

Santino: TE ACOSTASTE CON UNA MUJER QUE HABÍA PUESTO LOS OJOS.

Gadiel: Ella llegó hacia mi, claro… señor, estoy seguro que era una espía.

Santino: RUEGALE A TU DIOS QUE NO LO SEA. VE POR ESOS MALDITOS RELOJES EN ESTE MALDITO MOMENTO. PERO YAAAAA…

Pegué tremendo brinco al escuchar a Santino de esta manera, muy pocas veces podía verlo así, solo era cuando las cosas no se hacían como él daba las ordenes. Me apuntó con su arma, hasta estaba sudando demasiado frío.

Santino: Mas te vale dar con esa maldita mujer y traerla cuanto antes, eso si con cada uno de los relojes, por que te juro Gadiel, que serás hombre muerto antes de 24 hrs.

Asentí con la cabeza, tomé mi móvil, necesitaba a Danelik para entrar al sistema de las cámaras. Santino tomó su móvil, creo que había pensando lo mismo que yo.

Llamada:

- DANELIK.

- AYYY… ¿AHORA QUE MOSCA TE PICÓ?

- VEN A LA ULTIMA HABITACIÓN DE LA RECEPCIÓN.

No apartaba la mirada de Santino, menos que no apartaba el arma de frente de mi. Terminó la llamada caminando hacia mi. Negué con la cabeza.

Gadiel: Santino, años, muchos años llevo trabajando para ti.

Santino: AÑOOOS, AÑOOS, LLEVO CUIDANDO LA ESPALDA DE TODOS USTEDES, PERMITIENDO SUS INEPTITUDES Y TUS BAJEZAS. TOMASTE A ESA MUJER… ALMENOS DIME QUE NO FUE A LA FUERZA.

Gadiel: De seguro que sabía sobre los relojes.

Santino: SOLO LOS DE LOS ALTOS MANDOS LO SABÍAN, ASÍ QUE ELLOS NO IBAN A PONER EN RIESGO NADA DE ESA INFORMACIÓN. ¿Cómo ERA? QUIERO UNA DESCRIPICÓN DE ESA MUJER.

Gadiel: No lo sé señor. Tenía el antifaz, pero, se lo quité.

La puerta se abrió mirando a Danelik entrar, levantó una ceja mirando hacia Santino. Agradecía que estuviera aquí. Santino la respetaba más que a nadie y nunca haría nada malo frente a ella.

Danielik: ¿Qué sucede?

Santino: Entra a las redes del circuito de las cámaras.

Danelik: ¿ahora?

Santino: AHORAAAA…

Ella pegó tremendo brinco del susto que le había causado Santino, caminó hacia la mesa, era muy raro que le levantara la voz a ella, sin embargo todo era mi culpa. Santino empezó a bajar el arma dándose cuenta lo que había causado en hablarle de esa manera.

Levantó un poco su vestido, sacando una micho portátil que daba perfectamente en su mano, empezó a teclear varios códigos, códigos que solo ella conocía en todo lo relativo al sistema que pudiera darle Santino. Le mostró algo en la pantalla, dejó su arma en la mesa, tomó la micho portátil, amplió la imagen… entreabrió sus labios como si estuviera sorprendido al ver a la mujer.

Santino: ¿Es esta la mujer?

Me acerqué un poco temeroso, Danelik pasó su mirada hacia mi esperando mi respuesta, asentí con la cabeza al ver que era la misma que había tenido relaciones.

No apartó la mirada de mi ni un solo segundo, negó con la cabeza…

Santino: Danelik, quiero toda la información de esa chica, donde vive, a que se dedica, su nombre, hasta de sus mismos ancestros si es posible.

Tomó del brazo a Danelik, apartándola de en medio. Dio varios pasos hacia adelante, no podía demostrar que su presencia como estaba me daba un poco de miedo.

Santino: Vas a dar con esa mujer, una vez que des con ella, seré yo quien la haga hablar. SI LA VUELVES A TOCAR, TE JURO…

Gadiel: Fue un error.

Santino: Un error que te va a costar mucho si no tengo todo lo que necesito. Tienes 48 horas para dar con ella. NO HAGAS QUE TENGA QUE HACER TU TRABAJO, PARA ESO TE PAGO.

Asentí con la cabeza, Pasó su mirada hacia Danelik caminando hacia la salida… cerró la puerta de un fuerte portazo.

PAM!!!

Negué con la cabeza. Danelik no decía nada. Levanté mi mirada hacia ella, guardaba la portátil en la pierna debajo de su vestido.

Danelik: Yo que Santino, te hubiera metido una bala entre ceja y ceja.

Gadiel: ¿Crees que me lo merezco? Le sirvo.

Danelik: No le sirves a nadie, siempre vas de estúpides en estúpides, nunca puedes hacer nada bien, ni sé como para que te sigue teniendo a su lado, en cambio Enzo.

Reí escuchando las palabras de amor…

Gadiel: Enzo está a tus pies por que te lo llevas a la cama.

Se acercó levantando su mano soltando tremenda cachetada. Di varios pasos hacia atrás.. Me acerqué sosteniéndola de los brazos, no iba a permitir que una mujer me pusiera la mano encima.

Danelik: Vamos, vamos… hazlo, sé a la perfección de tus tratos y tus malos modales con las mujeres, pero Santino se va a cansar muy pronto de ti. De eso me encargo.

La solté de la manera, ella me desafiaba con la mirada, solo por que tenía la protección de Santino, sino desde cuando ya hubiera hecho que esta miserable se tragara sus palabras.

Danelik: (chasqueando los dedos) Ahora mueve ese maldito trasero y ponte a encontrar a esa maldita mujer, por que si dan las 48 horas y no la traes, tu placer se te irá por las manos y ya sabes como es Santino cuando se trata de mujeres que se ponen en camino.

Di un paso hacia ella, acomodé mi arma mirándola. Le sonreí de la misma manera que me trataba.

Gadiel: Te van hacer tragarte esas palabras, por que aunque haya pasado esa mujer por mi, Santino puso sus ojos en ella.

Pasé golpeando su hombro, me siguió con la mirada, hasta salir de la habitación. Jalé la puerta cerrándola… Miré por ambos lados, no sabía cuanto tiempo de diferencia tenía, salí donde estaba la recepción viendo a Santino demasiado serio con el padre de Loana, negué con la cabeza, ahora más que nada, estaría atado Santino a Loana si no daba con esos relojes, no sabía ni por donde empezar. Activé mi cronómetro el tiempo de aquí en adelante era lo que no me sobraba. Aunque conociendo a la maldita de Danelik ella se movería para ser lame huevos del jefe y tener todo lo que ella necesita para dar con esa chica.

Aun habían muchas bailarinas, trataba de ver algún parecido con la mujer pero no hallaba a ninguna, varios ya estaban viendo a quien se llevarían para terminar esta noche como se debía.

Me acerqué al hombre que las había traído, el dueño del centro nocturno de Santino.

Hombre: Gadiel…

Gadiel: Bueno a una mujer. Es una de tus bailarinas.

Hombre: ¿Cuál quieres? Sabes que son mujeres que están para disposición del señor.

Levanté mi mirada hacia Santino que no apartaba su atención de donde me encontrara, sostuve del brazo del hombre.

Gadiel: Es una mujer de tez blanca, ojos verdes, cejas pobladas, tenía característica rusa.

Hombre: Hay Gadiel, sabes que mis mujeres jamás en la vida serían rusas, no compartimos la misma equidad de las bellezas italianas con las rusas, esas rusas son las peores. Sabes del gran problema que tenemos con los rusos.

Lo sostuve del cuello apretando, golpeó su cuerpo en la pared… Las chicas se dieron cuenta.

Gadiel: Trajiste a una rusa.

Hombre: Ga… Ga.. Ga…

Él negaba con la cabeza, trataba de apartar mis manos de su cuello, pero no se lo iba a permitir, apretaba cada vez, hasta empezaba a quedar rojo de no poder respirar, lo solté..

Hombre: Cof.. cof.. cof..

Las mujeres me veían como si les debiera algo, negué con la cabeza.

Gadiel: Necesito una lista de los nombres con fotos de cada una.

Terminó por asentir, no podía hacer mucho en este momento, todo estaba en mi contra y la advertencia de Santino solo eran para 48 hrs, después no sabría lo que fuera a decidir y mas por el calor de Enzo que es manipulable con la misma Danelik.

Me aparté saliendo de la recepción, solté un gran respiro mientras bajaba los escalones, miraba por todas partes, no se pudo desvanecer esta mujer así de la nada.

Me jalaron del brazo con tanta fuerza, arrebaté mi brazo viendo a Santino.

Santino: Ve a que te tomen la muestra de ella, te acostaste con ella. ¿usaste protección?

Gadiel: no jefe.

Santino: tienes aun sus fluidos en tu miserable miembro, así que Danelik te tome una muestra y partes de allí imbécil.

Asentí con la cabeza, levanté mi mirada viendo a Danelik que bajaba las escaleras, Santino esperó a que llegara donde me encontraba.

Santino: Se acostó con ella, sus fluidos te pueden servir para dar con esa mujer.

Ella sonrió haciendo burla de lo que significaban las palabras de Santino.

Danelik: Andando, no tengo tiempo que perder y quiero dormir.

Rodé los ojos, ella caminaba hacia el lado del copiloto de la camioneta, la abrió, me acerqué a ella sosteniendo la puerta, tenía puesto su mirada hacia el frente. Me miró fijamente.

Danelik: ni creas que es algo que quiero ver.

Gadiel: tu momento ya pasó, no siento nada por ti.

Rodó los ojos subiéndose en la camioneta, esperé a que se acomodara, cerré la puerta negando con la cabeza, lo que tenía que hacer y todo por culpa de una maldita que cuando sepa quien es, la haré ponerse de rodillas por haber tomado lo que no debía.

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