capitulo: Llegó el momento

Claudius se encontraba en su despacho revisando, y aprobando mandatos para el reino, cuando su mejor amigo irrumpió en la habitación.

- Estoy trabajando Magnus, di lo que quieres y retírate. No tengo todo el día - le dice claudius con claro cansancio en su voz.

- sabías que tú reina ha estado, moviendo los negocios de sus padres?- pregunta Magnus a un sorprendido claudius.

- No, de que carajos hablas?, ella dejó los negocios de su padre, además no sería capaz ni de dar un paso cuando ya quedé en quiebra- le responde con tranquilidad claudius.

- A veces subestimas mucho a tus rivales- le dice Magnus.

- Ella no es rival para mí - muestra un claro desdén

-No asesine a sus padres para que ella tome control del marquesado, encárgate de que vuelva a la sumisión. Esas tierras serán mías.- le advierte Magnus.

- Magnus haces una tormenta en un vaso de agua, ¿qué puede hacer esa mujer?

- No sé, tal vez hacer negocios con los altos mandos de la nobleza?, porque si, en sus salidas ha estado creando lazos, sus negocios han estado en apogeo. Encárgate claudius, o si no, todos tus pecados podrían salir a la luz - advierte Magnus

Una vez Magnus se retira, deja a un claudius más que furioso, debe encargarse de cierta cucaracha que quiere dejar su destino.

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Dafne se encontraba en su habitación, está más que feliz, sus negocios van bien y las nuevas amistades son más que prometedoras. Ahora solo debe dejar, que el destino se encargue de una pequeña piedra que le está estorbando.

También necesita a alguien de confianza dentro del palacio para que le informe de todos los movimientos de su querido esposo. Llama a una de sus sirvientas para que le prepare el baño, está noche va a salir, desde que llegó a ese mundo solo se enfocó en prepararse para su venganza. Pero ya necesita, divertirse. Escucho de los empleados que hay un bar nuevo, que al parecer es una gran revelación, y ella piensa visitarlo.

Cuando estaba en el Olimpo, tenía a muchos hombres a sus pies y acá no será la excepción. Este cuerpo aunque frágil es muy hermoso y con cierta gracia.

Mientras se alistaba, Claudius irrumpió en la estancia de Dafne con expresión altiva, como siempre. Los ojos de Dafne, ahora habitados por la esencia de la poderosa Aurora, lo recibieron con una mirada que destilaba un nuevo poder.

-¿Cómo te atreves a salir del palacio sin mi permiso, Dafne? Deberías recordar tu lugar.

Dafne, con la dignidad de una diosa, respondió -Tu autoridad sobre mí ha llegado a su fin. Ya no soy la mujer sumisa que solías conocer.

Claudius (riendo con desdén) - ¿Crees que puedes desafiarme, incluso si mueres a nadie le importas, no tienes nada.

- No subestimes el poder que yace dentro de mí ahora, Claudius. Mi renacimiento trasciende las cadenas que me ataban a ti.

- Eres solo un reflejo de lo que fuiste. Nunca serás más que una obligación política.

Dafne le habla con calma - Mis padres pudieron haber forjado un matrimonio por conveniencia, pero mi esencia va más allá de tus caprichos terrenales. Ahora, ¿qué es lo que deseas?

condescendiente - Exijo que te sometas y vuelvas a ser la mujer que solía obedecer mis órdenes.

Dafne sonrie con superioridad - Mi sumisión ha llegado a su fin. No permitiré que me humilles ni que me subestimes. Mis días de ser tu marioneta han concluido.

Claudius enojado - ¿Quién te crees para desafiarme?

- Soy la reina de este imperio, una diosa renacida. Mi poder supera cualquier sombra que puedas proyectar. Ya no me gobernarás.- muestra determinación y superioridad, y sus palabras no son banas.

Claudius, furioso, intenta desestimarla con palabras hirientes.

-Eres solo un capricho para los hombres, te crees digna solo por tu belleza. No eres digna de gobernar.- hay clara soberbia en su voz.

- Mis decisiones se basan en la sabiduría divina, no en tus prejuicios. Este imperio cambiará, y tú cambiarás con él.-Dafne no dejará que el pueda intimidarla, ella es una diosa y el, un simple gusano que hará lo que ella quiera.

-No te atrevas a desafiarme, Dafne. Puedo destruirte.- claudius trata de intimidarla pero su voz deja ver su inseguridad, no está acostumbrado a que Dafne lo desafíe.

-Intenta lo que quieras, pero mi esencia divina es inquebrantable. Tu tiempo de controlar mi destino ha terminado.- Dafne demuestra una gran fuerza de voluntad, lo cual desestabiliza la confianza con la que había llegado claudius.

Claudius se sorprende pues Dafne jamás le contestaría, ella siempre bajaba la cabeza y mostraba sumisión a lo que el ordenará. ¿Que estaba pasando? Desde cuándo era tan respondona, pero eso no era lo único que le llamaba la atención a claudius pues en los ojos de Dafne no se veía más que frialdad, dónde estaba todo el amor que sentía por el. El aura que emanaba del cuerpo de Dafne denotaba peligro y claudius empezó a sentir un escalofrío recorrer su espalda y más cuando la escucho dirigirse a el nuevamente.

-Ahora ve, Claudius. Este imperio ya no te pertenece, ni yo tampoco. Mi reinado será guiado por la justicia y la sabiduría divina.

¿- De que carajos hablas? No eres más que una estúpida, que vino aquí enamorada, impidiendo me hacer de mi amada, una reina. Así que no vengas haciéndote la digna, este imperio y todo lo que hay aquí me pertenece.

-ja, ja, ja Crees de verdad que este imperio te pertenece de?, solo los dioses deciden quién reina y quién muere, tu reinado está llegando a su fin.- Dafne deja ver un brillo en sus ojos.

Claudius retrocede, no reconoce a la Dafne que está frente a él, pero no va a dejar ver qué sus palabras lo han afectado.

- No saldrás de tu habitación, hasta que reflexiones y empieces a obedecer, es una orden- claudius se retira a su habitación, está furioso

¿quién se cree ahora? Piensa que puede llegar a ser más que él, una simple mujer. Ja ya verá como se destruye sola. Claudius, vencido por la presencia divina que ahora dominaba a Dafne, se retiró en silencio, dejando atrás a la nueva reina que había renacido con un propósito más grande que cualquier juego político terrenal.

- De verdad cree que me quedaré encerrada en esta habitación? A mí nadie puede darme órdenes.- Dafne, decide escapar. No va a perder su noche de diversión. Por un estúpido reprimido.

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