capitulo: Enfrentamiento

Luego de volver al palacio, Claudius se encerró en su despacho, pues, tiene mucho trabajo que hacer. Lea por su parte, se dirige a su habitación, dónde encuentra a sus sirvientes, quienes le cuentan lo sucedido con la reina Dafne.

- Mi señora, le pido justicia, yo solo le dije que yo la servía a usted. - Miente descaradamente la mujer.

- Como se atreve, a tocar a mis sirvientes, no te preocupes hablaré con claudius él se encargará de ponerla en su lugar. - le dice lea a la mujer.

Cuando algo pasaba en el palacio, que involucra a la reina Dafne, fuera verdad o mentira, lea se encargaba de ir con claudius para que le impusiera un castigo y claro, como claudius quería ver feliz a su amada, iba y castigaba a Dafne sin siquiera investigar si era verdad.

Lea llega a la puerta del despacho de claudius, dónde los guardias al verla le dejan pasar, no quieren problemas con el rey, por hacer enojar a su concubina.

- Esa mujer necesita un límite, ¿cómo puede ir a golpear a mis sirvientes?.- Entra anunciando lea sin detenerse.

- ¿De qué hablas? - le pregunta claudius.

- De que, Dafne golpeó a mi ama de llaves. Le impuso un castigo solo por decirle que tú y yo estábamos fuera del palacio. ¿Puedes creerlo? - le dice lea.

- Dafne, se está saliendo de control, no te preocupes yo me encargo de este asunto. - Claudius la tranquiliza y le da un beso en su frente.

- Gracias, tú lo eres todo para mí, pon a esa mujer en su lugar. - lea se retira a su habitación feliz de que claudius le dará un castigo a esa mujer.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Dafne se encontraba en su habitación con Proteo, ya estaba con un camisón lista para dormir, mañana tendría un día bastante duro.

Claudius irrumpió en su habitación sin ni siquiera anunciarse.

- vaya, dos visitas en menos de 24 horas. Debería sentirme honrada - Se notaba el sarcasmo en la voz de Dafne.

- Deja de hacerte la graciosa. Estoy aquí porque golpeaste a el ama de llaves de lea. Sabes que debes recibir un castigo por eso. - le dice claudius sin ninguna emoción reflejarse en él.

- Perdón, acaso una simple empleada es más importante que la reina de este imperio. - le menciona Dafne empezando a enojarse - Además no es el ama de llaves de tu concubina, es el ama de llaves de este palacio, si tu concubina quiere servicio exclusivo, entonces que le pagué con su mesada, porque el salario de esa mujer lo paga el imperio.

- Ella no tiene por qué pagar nada, este imperio es mío y todo lo mío es de ella también - le dice Claudius.

- Ja, este imperio ya tiene una reina y soy yo, esa concubina no será más que una puta que solo sirve para complacerte. - Claudius levanta la mano dispuesto a golpear a Dafne, pero su mano es detenida por la misma. Claudius puede ver claramente una llama en los ojos de Dafne lo cual lo paraliza.

- Crees que puedes llegar a faltarme el respeto y levantarme la voz y yo voy a permitirlo. Pues estás muy equivocado.- hace una pausa - vas a escucharme bien, la tonta ya no está y cualquier cosa que hagas contra mí se te devolverá mil veces más.

Claudius puede sentir que el aire ya no fluye en la habitación, es como si el tiempo se hubiese paralizado. Ve en los ojos de Dafne tanto rencor y odio, pero sobre todo un gran poder que emana de ella. Claudius da un paso atrás y se zafa del agarre de Dafne y sale de la habitación, nunca había sentido tanto poder emanar de una persona. Por primera vez siente miedo de alguien.

* ¿Qué clase de poder era ese? Debo investigar nunca había sentido algo tan poderoso, y si no soy el único con un guía mágico para encontrar el portal Indrus. Debo mantenerla vigilada, no puedo dejar que nada dañe mis planes.*

* Quizás solo estoy siendo paranoico, pero es mejor prevenir. No quiero sorpresas más adelante.*

Una vez Dafne se ha quedado sola en la habitación sonríe triunfal, pues pudo ver el terror en los ojos de claudius y eso la llena de satisfacción. No puede esperar a que el fin de ese ser llegué a su fin.

- Wou, aún tienes tus poderes intactos - menciona Proteo de lo más tranquilo en la cama.

- Que esperabas que además de perder mi divinidad, también perdería mis poderes, - niega con la cabeza - no querido, mis poderes siguen aquí, listos para ser utilizados.

- Nadie en el Olimpo igualaba tu poder, acá en la tierra eres imparable, ahora veo porque estás tan confiada - Proteo ahora entiende la tranquilidad de Dafne.

- Ese idiota seguro ahora me tendrá vigilada, quiero que te encargues de averiguar a quien le encomendará dicha labor - le dice al conejo.

- por supuesto mañana mismo te traeré nombre, ahora déjame descansar. Acabo de llegar al plano terrenal y he visto más acción que en el mismo Olimpo.

- baja de la cama tu lugar es el sofá - le dice Dafne bajándolo de la cama.

- Pretendes que yo, Proteo el gran dios marino duerma en ese sofá?. - le dice Proteo indignado.

- sí.

- Moriré, estoy seguro de de que mañana recogerás el cadáver de un pobre conejo búa, búa, búa.

- Que dramático, mañana amaneceres muy bien, es más hasta con energía estarás.

- Esto me pasa por aceptar una misión con la diosa más egocéntrica y malvada de todo el Olimpo - dice el conejo con cara de cachorro - sabías que eres cruel?.

- ay, ya duérmete, mañana tenemos mucho trabajo.

Dafne, sé arropa, pero siente como si algo faltara en su corazón, y por alguna extraña razón el rostro de aquel hombre misterioso del bar llega a su mente, invadiendo por completo sus pensamientos. Esa noche que pasaron juntos fue inolvidable. Finalmente,, queda dormida soñando con su futuro glorioso.

En el reino de Naboo, el rey Ethan se encuentra en el balcón de su habitación y en sus pensamientos solo está esa mujer, su olor aún lo recuerda claramente, una sonrisa dibuja su rostro, y desea que al volver a Atos pueda encontrarse con ella de nuevo.

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