Capitulo IV Primer día de trabajo

Annia

Decidí aceptar la propuesta del rector he irme a trabajar al hospital de su amigo u como siempre ando en otro mundo nunca le pregunté el nombre del fulano, bueno eso no me impediría ir a mi primer día de trabajo, llegue muy temprano al hospital para presentarme con el jefe, al llegar una enfermera me llevo a la oficina del director general del hospital, cuando entré me encuentro con Emanuel Jones.

Emanuel: buenos días, señorita Gil, espero hoy venga en sus cinco sentidos.

Annia: usted es el director general de este hospital?

Emanuel: así es director general y dueño de este lugar.

Annia: imagino que al saber que soy yo la que le recomendó el señor rector, no me querrá en su equipo.

Emanuel: por qué lo dice?

Annia: por lo de la otra noche.

Emanuel: no suelo intervenir en la vida privada de mi personal, así que no recuerdo nada de lo que pasó. Bueno, señorita Gil espero que le guste la estadía aquí y bienvenida a mi hospital, ahora venga y le muestro las instalaciones.

Annia: muchas gracias por esta oportunidad y espero no defraudarlo.

Emanuel: espero lo mismo, ahora venga por aquí.

Salimos a ver las instalaciones del hospital, primero me presento al personal, luego me llevo a las habitaciones de los pacientes y así fuimos haciendo el recorrido hasta que llegamos a un pasillo muy solitario, me dijo que era el ala b y que solo se podía estar ahí con un pase especial, ya que del otro lado estaban las personas que traían de la cárcel, eso me asustó pues yo nunca había tratado con ese tipo de personas. Tropecé por mis nervios, estaba preparada para sentir el golpe el cual nunca llegó, al abrir mis ojos me encontré con la mirada penetrante de Emanuel y otra vez volví a caer en la profundidad de sus ojos, me quedé inmóvil y este se acercó demasiado a mí cerré los ojos y sentí su aliento muy cerca de mi boca, mi cuerpo empezó a estremecerse, cuando sentí el roce de sus labios con los míos, este hombre se adueñó de mi boca, mis brazos rodearon su cuello, fue un beso con tanta pasión yo no sabía cómo seguirle el paso, hasta que se detuvo.

Emanuel: no sabes besar, eso será un problema para mí, ahora me tocará enseñarte.

Annia: lo siento, no tengo mucha experiencia en este tema.

Emanuel: yo diría que no tienes ninguna experiencia, y si no sabes besar entonces tampoco sabes hacer otras cosas.

Annia: disculpa de que estás hablando.

Emanuel: jajajaja eres realmente tan ingenua, bueno sigamos con el recorrido otro día, ahora vamos para que empieces tu día y al terminar me gustaría invitarte a cenar.

No me dio tiempo de responder, él solo me llevo de vuelta al pasillo principal y así empezó mi primer día de trabajo.

Emanuel

¿Qué me está pasando con esta niña? ¿Por qué mi cuerpo me pide tenerla cerca, quitarle la ropa y hacer la mía? No me puedo permitir estos sentimientos, la idea es acabar con ella y que sus padres sufran así como los míos han sufrido, pero la veo tan ingenua, tan inocente, tan pura es una lástima que sea hija de nuestros enemigos, hoy empecé mi plan de conquista y poco a poco la voy a enamorar para luego desecharla cuál basura, quería que mi padre la viera, por eso la llevaba al pabellón de los reclusos, solo que me dio miedo que mi padre le hiciera algo, mejor no, mejor no se la presento.

Mi secretaria Amanda entró a mi oficina, era hora de mi terapia diaria, está se subió encima de mí y empezamos nuestra rutina de ejercicios, al terminar alguien tocó a la puerta, está estaba con seguro así que mi secretaria la abrió.

Amanda: que se le ofrece Doctora?

Annia: solo vine a decirle al señor Jones que he terminado mi turno y que nos veríamos mañana, ahora con su permiso me retiro.

Esta conejita no es tan tonta como pensaba, se dio cuenta lo que estábamos haciendo aquí Amanda y yo, ahora me tocará convencerla que no estaba pasando nada.

Agarre mi celular y le marqué, ella me contestó muy amablemente.

Annia: Hola buenas noches.

Emanuel: buenas noches conejita, donde estás?

Annia: disculpe quien habla?

Emanuel: acostumbras contestar llamadas de desconocidos?

Annia: no estoy para juegos, así que no vuelva a llamar.

Emanuel: Annia espera soy yo Emanuel, solo quería pedirte que me digas dónde estás para ir por ti, recuerda que quedamos en cenar.

Annia: lo siento estoy muy cansada y ya voy en camino a mi apartamento, gracias por la invitación.

Emanuel: entonces dime dónde vives y yo te llevo la cena.

Annia: no hace falta, yo me preparo mi cena y ahora debo colgar, ya que estoy conduciendo y no quiero chocar.

La conejita me colgó, no podía creerlo hasta el momento nadie me había rechazado, vamos a ver cuánto le dura la obstinación.

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