Capitulo XIII Solos en una noche de tormenta

Emanuel

Le dije que la amaba y es verdad yo amo a Annia Katherine Gil De La Garza, ella es el amor de mi vida, pero mis padres están empeñados en una estúpida venganza que nada tiene que ver con nosotros, también sé que no soy un niño tengo casi treinta y dos años y no puede ser que ellos aún me manipulen, como quisiera olvidar todo lo que sufrí agarrar a Annia y a mi hijo e irnos lejos de todo esto, esto es una gran mierda, y no quiero hacerles daño. Estaba dividido entre mi amor por Annia y mi hijo, y por el amor a mis padres que tanto han sufrido.

Natalia: hola hijo, como van las cosas?

Emanuel: bien mamá, aquí trabajando.

Natalia: dime si ya estás dentro de las empresas Gil?

Emanuel: si mamá estoy dentro, y trabajando para que nos quedemos con esas empresas.

Natalia: muy bien hijo, eres el mejor, ahora te dejo me voy de compras.

En eso se la pasa mi madre, malgastando el dinero que tanto me cuesta obtener, y si es mi supuesta prometida es igual a ella, que harán cuando se enteren de que nunca me he divorciado de Annia y que ella es la dueña de mi corazón, pero si le hago daño a su familia le perderé a ella y a mi hijo para siempre.

Han pasado tres meses desde que empecé a trabajar con Annia, ya peleamos menos y de vez en cuando me deja ver a Chris, su familia no está de acuerdo con eso, pero tengo derecho él es mi hijo.

Emanuel: está semana tenemos que ir a un viaje a ver a unos clientes.

Annia: lo sé, pero la verdad no quiero ir, está lloviendo mucho y me da miedo quedar atrapada.

Emanuel: la empresa lo necesita, yo no puedo ir solo porque tu familia no confía en mí.

Annia: yo tampoco confío en ti, y no digas nada, tú solo te lo has buscado.

Emanuel: lo sé y verás que me ganaré de nuevo tu confianza.

Annia: eso no es posible, tú eres hijo de los enemigos de mis padres y no puedo confiar en ti.

Emanuel: pero también soy hijo del padre de Antonella y ella no es como según dices tú que es él.

Annia: si, pero nuestra madre es una mujer ejemplar y nosotros tenemos sus genes.

Emanuel: entonces dices que mi madre no merece un voto de confianza.

Annia: lo has dicho tú no yo, ahora sigamos trabajando porque vamos a terminar discutiendo.

Emanuel: está bien solo recuerda que mi amor por ti es mayor que cualquier odio o rencor que pueda existir.

Sigo diciéndole lo mucho que la amo y ella solo hace silencio, esto me está matando y no puedo decir nada ya que bien merecido me lo tengo, bastante la hice sufrir.

Annia

No quiero ir a ese viaje con Emanuel, mi cuerpo lo está llamando a gritos y me está costando mucho controlarme, el no es de fiar y no quiero volver a caer en sus redes.

El día del dichoso viaje llegó, mi madre no quería que fuera y menos con Emanuel ella no confiaba ni un poquito en él.

Annia: mamá se que estás preocupada, pero nada me pasará, Emanuel no me hará nada si lo hubiera querido hace rato lo hubiera hecho.

Katherine: algo me dice que no deberías ir a ese viaje, hija por favor déjalo ir a él solo.

Annia: no mamá estás empresas son nuestro patrimonio y no lo dejaré en manos del hijo de nuestros enemigos.

Sebastián: estoy de acuerdo contigo hija no podemos confiar en ellos.

Me despedí de mi hijo, este niño era mi mayor tesoro, me despedí de mis padres y hermanos y salí y afuera me estaba esperando Emanuel, este salió del carro y se que lo hizo para que mi familia lo viera, me abrió abrió la puerta y subió mi maleta al maletero del carro, se portó como todo un caballero.

Annia: lo hiciste a propósito verdad?

Emanuel: que cosa?

Annia: nada olvidado, mejor vamonos antes que mi papá busque un arma y te dispare.

Emanuel: este carro es blindado, igual no podría hacerme nada.

Annia: así tendrás enemigos, que tienes que blindar tu auto.

Emanuel no dijo nada más solo puso en marcha el carro y salimos a la fulana reunión, fue un viaje de dos horas por carretera, íbamos callados, realmente no tenía nada que hablar con él, llegamos a nuestro destino hicimos el trato, un trato bastante importante por no decir más, nos quedamos ese día en un hotel, cada quien en su cuarto, no hablamos en toda la noche, al día siguiente teníamos otra reunión, está también fue muy productiva y así cerramos varios tratos, no es por nada, pero Emanuel es muy bueno en lo que hace.

Pasaron tres días entre reuniones, redactando contratos, analizado situaciones y demás, llegó la hora de volver, lo único que era tarde, pero como Emanuel cumpliría años mañana tenía que llegar para pasar el día con sus queridos padres.

Agarramos carretera y empezó a llover muy fuerte, no se veía la carretera, Emanuel empezó a maldecir y yo estaba muy asustada, no se veía un alma en la carretera, a lo lejos vimos una cabaña, así que decidimos quedarnos ahí mientras paraba la lluvia, nos tocó bajarnos del carro así que nuestras ropas se mojaron, no teníamos señal telefónica, esto no podía estar pasándome, estamos atrapados en este lugar y afuera se está cayendo el cielo.

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