Capitulo XV Malos Entendidos

Annia

Había pasado una semana desde que Emanuel y yo regresamos estábamos a escondidas ya que si nuestras familias se enteraban nos iría muy mal, estábamos estabilizando la empresa para luego irnos bien lejos de todo esto. Hoy tenía una reunión a medio día en un restaurante, así que sali a ese encuentro, llegue temprano así que me senté a esperar a la persona con la que cerraría el trato, estaba perdida en mis pensamientos cuando vi entrar a Emanuel muy abrazado a una chica, eso me saco de mis pensamientos, vi como esta mujer le daba un beso en la boca y el ni se inmutó, simplemente le siguió el juego, me sentí la más estúpida de todas, como pude caer otra vez en su trampa, pero esto no se quedaría así, está vez no saldría huyendo como una cobarde, me levanté de mi silla y me acerque a ellos.

Annia: buenas tardes, hola esposo mío veo que la estás pasando me muy bien.

Emanuel: Annia que haces aquí? Desde cuándo llegaste?

Annia: lo suficiente para ver lo mxxxxxx que eres, bueno tengo negocios que atender no paren por mi sigan disfrutando de su almuerzo.

Me retiré de esa mesa con la frente en alto y cuando llegue a mi mesa había un hombre esperando.

Annia: buenas tardes, señor disculpe hacerlo esperar es que tenía un asunto que resolver.

Camilo: no se preocupe señorita Gil por favor siéntese, estamos aquí para hablar de negocios, pero antes me gustaría pedir algo de comer.

Annia: como usted guste, igual no tengo prisa.

Pedimos nuestro almuerzo y de reojo vi que Emanuel no me quitaba la vista de encima, tenía rabia conmigo misma como pude ser tan tonta, obviamente él estaba con otras, eso siempre era así, como pude olvidar las veces que me desfilaba por la cara a sus amantes.

Camilo: está bien?

Annia: si señor, es solo que me perdí un momento en mis pensamientos, bueno que le parece nuestra propuesta?

Camilo: es muy tentadora, solo necesito leer bien el contrato, le daré respuesta mañana.

Annia: muy bien señor Camilo, ahora sí me disculpa voy al baño.

Me levanté necesitaba refrescar mis ideas estaba sola en el baño cuando sentí que alguien entro no le preste atención hasta que sentí qué me abrazaron por detrás.

Emanuel: no es lo que piensas.

Annia: estás loco, que haces aquí?

Emanuel: no te puedo dejar ir, sin antes aclarar las cosas.

Annia: sueltame y sal de aquí, no quiero escuchar tus mentiras, y si no sales de aquí voy a empezar a gritar.

Emanuel: inténtalo.

Quise gritar y este troglodita me tapo la boca con un beso, eso me enfureció más así que le di un golpe en su entrepierna y salí corriendo de aquel lugar, me despedí de mi cliente y salí a toda prisa de aquel lugar.

Emanuel

Tenía que hablar con Samantha está era la mujer que mi madre me impuso, me agarró de sorpresa y me planto un beso no pude rechazarla ya que estábamos en un lugar público y lo menos que quería era un show, no paso mucho tiempo cuando Annia se acerca a mi mesa y deja las cosas claras, después de decir lo que tenía que decir me dejó ahí con Samantha y está empezó a hacer preguntas como loco.

Samantha: quien es ella? Por que te llamo esposo? Que demonios está pasando?

Emanuel: de eso quería hablarte, ella es mi esposa por tanto no podemos casarnos.

Samantha: estás bromeando verdad, tu madre nunca me dijo que tú estuvieras casado.

Emanuel: ella tampoco lo sabe, es mi secreto, pero ya no puedo guardarlo más.

Samantha: eres un imbecil y sabes que esto no se quedará así, mi padre acabará contigo.

Emanuel: se bien quién es tu padre y. O les tengo miedo ahora sí me disculpas tengo cosas que hacer.

Me levanté de la mesa y fui por Annia al baño, tenía que aclarar las cosas, pero mi conejita salió bastante fiera, me dio un fuerte golpe y salió corriendo, la vi despidiéndose del tipo con el que estaba almorzando, así que me dio tiempo de llegar al estacionamiento primero que ella, le di un fuerte susto cuando la agarre por atrás.

Emanuel: está vez las cosas no quedarán en un mal entendido, ahora vamos a hablar, súbete a mi auto que nos vamos.

Annia: primero muerta que irme contigo.

Emanuel: muerta no me sirves, sabes mi conejita te amo y nunca he estado con otras mujeres desde que probé tu cuerpo, ahora súbete al mxxxxxx auto.

Se que la asusté con mi tono y es que es el mismo tono que uso con mis empleados, los del bajo mundo, pero sirvió ella se subió al auto y yo conduje hasta un lugar apartado, un lugar donde ella no pudiera escapar.

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