Capitulo II Segundo encuentro

Annia

Hoy me recibo de médico tengo veintidós años, mis padres están superfelices por mí, ellos al principio no querían que fuera médico, pero era mi decisión y tenían que respetarla, estaba preparándome para ir a la universidad, ya que el acto de grado sería ahí, además sería la oradora principal, porque fui la mejor de mi clase y hasta de mi promoción, me vi al espejo y realmente había cambiado bastante, mi cuerpo tenía más curvas ya no era una niña, pero aún tenía miedo de ser vista por las personas. Salí con mis padres de la casa, llegamos a la universidad y ahí estaban mis amigos Alexa y Diego esperándome empezamos a hablar y a echar chistes cuando alguien tropezó conmigo.

Emanuel: disculpe señorita venía distraído.

Annia: no se preocupe señor, solo fue un accidente.

Alexa: hola guapo, si quieres te puedes tropezar conmigo.

Annia: Alexa ya basta, disculpe señor puede seguir su camino.

Diego no paraba de reír al ver la actitud de Alexa y yo como siempre apenada, pero había algo en ese desconocido que me hacía pensar que ya lo había visto.

El momento de la graduación empezó, subí al podío para dar mi discurso el cual iba así:" buenos días queridos graduandos, compañeros y demás presentes, hoy es un día muy especial, ya que dejamos una etapa, una etapa en la que aprendimos muchas cosas, nos alegramos por otras y sufrimos por otras en especial cuando teníamos exámenes, (se escuchó risas), pero todo eso valió la pena y por qué? ¿Por que valió la pena? Bueno eso es fácil de saber pues miren a su alrededor, miren a sus compañeros, y mírense a ustedes mismos, somos médicos, seremos aquellos que salvemos vidas eso es algo que nos debería de enorgullecer y es un honor para mí decir que somos de la misma promoción, gracias, gracias a nuestros padres, a nuestros maestros que son sus regaños y consejos no estaríamos hoy aquí, felicitaciones graduandos y éxito en su carrera".

Solo se escucharon los aplausos y los gritos, de mis compañeros de universidad algo que me conmovió mucho, llegó la hora de la entrega de diplomas y fue cuando el rector presentó a aquel hombre que chocó contra mi, su nombre es Emanuel Jones un importante Médico Cirujano, uno de los más importantes del país.

Empezaron a llamarnos uno por uno y cuando llegó mi turno, este Doctor fue el encargado de entregar mi diploma, el rector lo decidió así, ya que ambos éramos los mejores en nuestro campo.

Emanuel: felicitaciones señorita Gil, espero tener el placer de trabajar junto a usted.

Annia: gracias señor Jones, veamos lo que prepara el destino.

Tome mi diploma y baje lo más rápido que pude, el toque de sus manos con las mías lanzo un millón de chispas a mi alrededor cosa que solo había sentido una vez en mi vida y fue en mis quince años.

Emanuel

Sabía que hoy era la graduación de la hija menor de los Gil, hoy es mi oportunidad de acercarme a ella, así que le pedí al rector invitarme a la celebración y entregar el diploma a la mejor estudiante de la promoción y es que ya sabía que era Annia Gil, este encantado acepto, así que me dirigí a la universidad cuando iba entrando me tropecé con una hermosa mujer, al verla mi corazón latía mucho más rápido, solo que al darme cuenta quién era sentí algo muy raro en mi ser, me disculpé con ella y una chica que estaba acompañandola me tiró muy descaradamente la onda, seguramente Annia era igual a su amiga una coqueta sin remedio, la hora de entregarle el diploma había llegado y cuando la tuve cerca pude oler su aroma a Jazmín este aroma inundó mis fosas nasales y al tocar su suave piel, una electricidad que jamás había sentido recorrió mi cuerpo.

Ella me dio las gracias y bajo corriendo del escenario, yo me recompuse muy rápido y regresé a mi puesto no podía quedar en evidencia, ahora tenía que hacerla llegar a trabajar a mi hospital, le propuse al decano un puesto para tres de sus mejores graduados en esta promoción y este encantado acepto, me dijo que la señorita Gil era la mejor, pero que en realidad ella no necesitaba ejercer, ya que su familia era la más poderosa del país.

Como lo había imaginado esta mujer solo desperdiciaba su tiempo, igual le insistí al rector, este quedó en hacerle la propuesta.

Esta ceremonia había llegado a su fin, así que decidí irme al estacionamiento y salir de aquel lugar, cuando veo a Annia llorando en un rincón.

Emanuel: disculpe señorita, que le pasa?

Annia: no es nada, por favor siga su camino.

Emanuel: no puedo dejarla aquí sola llorando, si me permite la llevo a su casa.

Annia: jajaja mi casa, no señor será mi prisión, mejor me voy aquí está mi auto y ya mis amigos vienen.

A lo lejos pude ver a los amigos de Annia acercarse, así que me di la vuelta y me retiré.

Realmente esta chica es hermosa, no tendré ningún problema en hacerla mía las veces que quiera, no será ningún sacrificio.

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