Después de que Richard había terminado su relación con Miranda, se fue a refugiar a los brazos de la que él consideraba era la mujer destinada para él, dejando atrás a la chica que a diferencia de él no tenía a nadie que lo consolara.
Él se sentía mal, aunque lo quisiera negar, pero Miranda siempre rondaba en sus pensamientos a pesar de sentirse feliz en los brazos su amada Julia. Ambos se sentían en una luna de miel, la mujer era o aparentaba ser sumamente entregada, y él se sentía en la gloria porque eso fue lo que él siempre deseo en su vida.
Le daba pesar el dolor que le causó a Miranda, por momentos se cuestionó si estaba haciendo lo correcto, si había tomado la mejor decisión, más quería pensar y convencerse que era lo mejor para ella, así ella también tendría más posibilidades de cumplir con sus metas y objetivos sin sentirse atada a un hombre que lo único que deseaba era tener una mujer para establecerse familiarmente hablando. Él no creía que Miranda estaba preparada aún para eso, y él no estaba preparado para seguir esperando nuevamente. ¡Sentía que ya no podía seguir jugando con el tiempo!
Además, ya julia estaba de vuelta, nuevamente con él, para cumplir con el sueño que se supone ambos compartían, se amaban y en fin, ya no había impedimento para continuar con sus planes. Él sabía que Miranda iba a lograr sus metas y le deseaba la mayor felicidad, y con algo de pesar, rogaba que en su camino se encontrara un buen hombre que la amara como él no supo hacerlo.
El día de la graduación de Miranda, su subconsciente se lo recordó y sin decirle nada a Julia se fue a la universidad, porque quería cumplir la promesa que le hizo a Miranda de acompañarla, pero además de todo, y aunque no lo quería reconocer, también lo hizo porque deseaba volver a verla por última vez…
Pero, para su sorpresa Miranda no asistió a su acto de grado, cuando estaba tan entusiasmada por venir, luego que él le dijera que la iba a acompañar, recordaba lo contenta que estaba que hasta se compró un vestido hermoso que a la final no creía una buena inversión, por el hecho de que lo iba a usar solo una vez, lo que en aquella oportunidad lo hizo reír, pues ella no es que era tacaña, sino que era extremadamente ahorrativa, porque tenía bien destinado cada centavo que se ganaba.
Richard recordó la vez que la encontró haciendo cuent.s...
. - ¿Qué haces preciosa? - Al verla tan concentrada en los números...
. - Sumando las ganancias - le sonrió con diversión - Este mes fueron excelentes las propinas ¿Puedes creer que superó el sueldo?
. - Si, lo creo - Cómo él es economista, la ayudó a llevar un control de sus ganancias haciéndole un mejor plan de ahorro al que ella llevaba - Oye, pero tienes lo tuyo chiquilla... ¿Qué tanto has hecho?
. - No desperdiciar un centavo - le dijo sonriendo...
El hecho de que ella no hubiese asistido a tan memorable momento, luego de invertir en ese vestido, lo hizo tener una noción de cómo se debía estar sintiendo Miranda en ese momento, así que emprendió su viaje al apartamento, con la intención de apoyarla, esperaba encontrarla allí, pero tampoco lo hizo, dentro solo había de ella, el regalo que le había dado cuando se fue y su olor. El conserje le dijo que ella se había marchado unas semanas después que él se fuera, y supuso que todo ese tiempo lo estuvo esperándo. Aunque él hubiese preferido que no se fuera del apartamento, pues se lo había obsequiado, sentía que era lo mejor, porque probablemente eso le indicaba que ya ella se había resignado.
Miranda por su parte, continuaba con su voluntad de ser fuerte por su bebé, pero inevitablemente la tristeza a veces la dominaba, y eso era en parte, gracias a el proceso hormonal por el que estaba pasando.
Ella seguía con su vida, en las mañanas estaba en casa, trataba de entretenerse con cualquier cosa, cultivaba flores, hacia todo tipo de postres (los que formaron parte de sus antojos) limpiaba la casa, estudiaba (se compró un ibro de puericultura) pues en eso decidió especializarse, quería estar totalmente preparada para recibir y cuidar a su hijo. Se puso en control prenatal, y en la primera consulta le hicieron saber que tenía cuatro semana de embarazo y que todo marchaba muy bien…
Ella sacó cuenta y supuso el momento en que pudo haber quedado embarazada, ya que ella siempre se tomaba sus pastillas… consideraba que fue una de esas noches que se desvelaba escribiendo la tesis y que Richard la había reclamado, al terminar se quedó dormida del cansancio, olvidándose de tomarse la pastilla… allí perdió el control y ahora llevaba en su vientre el resultado de su descuido, más estaba contenta y no se arrepentía de nada que tuviera que ver con su bebé.
Miranda un mes después de su grado, fue a llevar su currículo a una clínica reconocida en la ciudad, estando en recepción esperando para hacer atendida, tomo una revista y comenzó a hojearla sin mucho interés, pero luego un artículo llamó su atención provocándole una fuerte impresión, tanto que sintió que hasta su hijo brincó en la barriga.
El articulo hablaba de la inminente boda de la super modela Julia Foster con el reconocido empresario Richard Clark, la pareja del año… Miranda no salía de su
asombro cuando en la medida que seguía leyendo se enteraba de la relación que la pareja ha mantenido desde sus años de universidad, que estuvieron separados durante más de un año y que hace menos de dos meses se habían reconciliado, celebrando su compromiso, y ya habían anunciado fecha para la boda…
Miranda hizo cuantas nuevamente en su mente, y entendió la razón de su abandono, observó la foto que allí había impresa de ambos y notó lo sonriente que él estaba al lado de esa mujer y sintió una nueva punzada de dolor, en otra foto iban tomados de la mano, y en otra una foto familiar, en lo que parecía la fiesta de compromiso. Ella se dedicó a detallar las fotos, deletreando la leyenda de cada una…
Allí fue la primera vez que vio a los padres de Richard, pues él en todo un año no se los había presentado, y entendió porque… ¡ella para él nunca fue importante y menos algo serio!
. – Seguramente si hubieses sido sincero dolería menos… - manifestó Miranda en voz baja… y ya no tuvo chance de seguir pensando porque la llamaron para la entrevista.
Días después en los que ella no podía sacarse la imagen de Richard y esa mujer de la mente, se puso a curiosear en la web, allí pudo ver más fotos de ellos juntos, y supo el día en que se casarían y donde seria.
Ese día llegó y miranda se atrevió a ir a la iglesia, no pensaba hacer nada en contra de ellos, solo se quería convencer de que él no fue y nunca seria para ella… se sentó en uno de los bancos de atrás, pero Richard al entrar con su hermano quien fungía de su padrino, la vio y se puso nervioso pensando que ella iba con la intensión se sabotear la boda… entonces le pidió a su hermano evitar que eso sucediera.
. – No la podemos sacar… puede hacer un escándalo y eso sería peor.
. - ¿Entonces que hacemos? ¿Voy a hablar con ella?
. – No, espera, le diré a Steven que se siente al lado de ella y si intenta algo la detenga…
. – Se discreto por favor hermano…
. – Tranquilo… - Richard asintió, aunque no creía a Miranda capaz de hacer algo así, no podía correr el riesgo.
Desde su lugar la observaba, notaba lo afligida que se veía, también que estaba más delgada y algo demacrada y sintió pena por ella… y era así, todo eso a causa de su situación emocional y los síntomas del embarazo que le habían dado fuerte, aunque ella comía bien, así como lo hacía vomitaba.
Miranda observó al hombre que se sentó de pronto al lado de ella y al detallarlo bien supo que era familiar de Richard, entonces notó que el miraba hacia el altar
como para que le confirmaran algo, ella siguió su mirada y pudo ver cuando Patrick le hizo señas de afirmación…
. – ¿Piensas que vine a sabotear la boda? – Le preguntó Miranda directamente…
. – No sé quién eres tú, pero…
. – No te preocupes, no vine por eso…
. - ¿Entonces?
. – Es un asunto mío… - Se miró las manos y luego hacia el altar y justo Richard miraba en su dirección, fue la primera vez en 4 meses que se volvían a ver, ella sentía un poco de vergüenza de estar allí, combinada con dolor, pero tenía su razón para pensar que eso la podía ayudar a seguir adelante, ser testigo de lo
que su mente quería negar… él no le sonrió ni le regalo una mirada cálida, tampoco de reproche, no había nada en su expresión para ella.
Cuando la boda comenzó, una parte de ella, la que lo amaba y quería que volviera, rogó en su interior que él se arrepintiera, y cuando el padre pregunto si aceptaba a la novia… “POR FAVOR DI QUE NO AMOR, NO TE CASES RICHARD, DI QUE NO... AQUÍ ESTOY” y él sin titubear dijo que si, acabando con su agonizante corazón y su mundo nuevamente volvió a venirse abajo…
Ella soltó un suave gemido de dolor que su acompañante obligado escuchó y volteó a mirarla, al ser consciente de su mirada, ella tapó su boca y colocó una mano entre su pecho y su vientre, mientras las lágrimas brotaban de sus ojos incontrolablemente, y negaba con su cabeza rechazando tanto lo que había pasado como el consuelo que le ofrecía aquel hombre. Ya no había nada que hacer allí, se levantó justo cuando los aplausos por los novios iniciaban, y salió de allí despidiéndose para siempre del que creyó en vano era su gran amor.
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Updated 61 Episodes
Comments
Maria Laura Daquilema Guaman
Hay ocasiones que la soledad es tan dolorosa que no queremos creer lo que vemos y sentimos y nos aferramos a lo que sea aunque nos haga más daño
2024-08-24
3
Alma Lopez
escritora que tal vez lo perdone pero que nunca avuelva con el
2024-08-24
1
TERESA
Q estupida yo ni hubiera ido no le hubiera dado ese gusto a ese infeliz espero q nunca lo perdone q si se entera d la existencia d su hijo solo le permita verlo si el niño asi lo quiere por q si no quiere no dejo q ni se le hacerque en cuanto a el q ni lo voltee a ver q lo ignore y lobdesprecie como el lo hizo con ella
2024-08-20
3