CAPÍTULO X DOLOR

RICHARD

. - ¿Por qué?

Escuchar su agonica  pregunta me partió el alma, no voy a negarlo, no me imaginé que esto iba a ser tan difícil, ver las lagrimas que ya se acumulaban en sus ojos me hacían sentir un miserable, pero Julia tenía razón, yo nunca le prometí estar con ella permanentemente, jamás la ilusioné, o eso me quería hacer creer…

. – No quiero inventar explicación, solo te diré y espero que lo aceptes… que lo nuestro no tiene futuro, no creo que tu y yo podamos llegar más lejos, tu eres muy joven Miranda, tienes una vida por delante, proyectos y sueños en los que yo no cuadro…

. – No, tu estás en todos mis sueños Richard, yo te a... – No la dejé continuar

. -  No digas nada, no digas esas palabras, lo nuestro no es amor sino costumbre Miranda – Ella bajó la cara y vi caer sus lágrimas, gruesas y continuas - No estes triste por favor, la vida tiene que seguir, eres joven y hermosa, tienes muchas cosas por lograr aun…

. – Las puedo lograr contigo a mi lado, Richard por favor…

. – No Miranda, tu y yo realmente no tenemos nada en común – Ella aun con lágrimas en sus ojos me miró con sorpresa - Hay demasiada diferencia de edad entre nosotros y estamos atravesando por diferentes etapas de la vida y la verdad prefiero en mi vida una mujer con más madurez física y emocional, además de estabilidad…

. - ¿Esa es tu excusa? ¿Cuál es tu problema con la edad?Richard yo puedo ser muy…

. – Te dije que no te daría ninguna excusa… ¿De que valdría? – Ante su resistencia en aceptar mi partida, debí ser más firme – ¡Miranda yo no siento nada por ti, me fue muy difícil establecer una conexión emocional significativa contigo y no quiero seguir con esto! – Eso último que le dije no era cierto, yo siempre la sentí y quise cuidarla, jamás quise verla sufrir como la vi en ese momento al escuchar mis duras y falsas palabras, pero que para ella fueron implacables… Más no encontré otra opción para convencerla y terminar con esa situación – Deseo que seas feliz en tu camino, que consigas a alguien que te valore y ame mucho…

Eso también me dolió, me dolió imaginarla en otros brazos, pero me reproche porque no tenia derecho a sentir eso… la estaba abandonando para irme a casar con otra que se supone que amaba, entonces no entendía porque sentirme así imaginándola con otro, casada, con hijos, me dolía tanto ¡si era lo mismo iba a hacer yo!

Después que le dije todo eso, ella solo asentía y negaba a la vez, estaba desorientada, no se resignaba, pero ya no sabia que más decir… tomé mi bolso.

. – Adiós Miranda – Ella tragó seco, pero no pudo decir nada, solo me mirada con aflicción, cuando iba a salir me devolví y tomé de la mesa de centro una bolsita donde había dos estuches y una tarjeta que le entregué – Para ti… - Era un detalle que le compré por su cumpleaños y graduación pude ver sus manos temblar mientras lo sostenía, sus lagrimas nunca dejaron de deslizarse por sus mejillas – Puedes quedarte con el apartamento, será un obsequio también, por favor cuídate Miranda…

Miranda nunca reaccionó, no volvió a expresar palabra alguna, se había desconcertado tanto que estaba como perdida en alguna parte de sus pensamientos, por eso después de salir y cerrar la puerta, el dolor y remordimiento me hizo regresar, cuando llegué a la puerta, la escuché llorar y llamarme…

MIRANDA

No puede ser, esto no est pasando, no puede esta pasando… por favor si es un mal sueño quiero despertar, por favor necesito despertar…

Cuando escuché el sonido de la puerta cerrarse, mirar en esa dirección y ver que él no estaba allí, comenzó mi agonía… eso si era real, el se había marchado, me dejó, pero ¿Por qué? Y yo no quería, no quiera que se fuera, me costaba mucho aceptarlo… ¡Quería que se quedara!

. – Richard – grité llorando – Por favor no te vayas, no me dejes… ¡Por favor, yo te amo, te amo mucho! No me dejes sola, no quiero estar sola otra vez, no es justo… ¡Por favor regresa amor... Richard!

No, definitivamente nadie está preparado emocionalmente para enfrentar un abandono, y menos cuando de ninguna manera lo ves venir… esto es un proceso muy doloroso y difícil de manejar, no sé si alguno de ustedes lo ha pasado, pero yo particularmente me sentí totalmente perdida, el sufrimiento era inmenso y la confusión e incertidumbre aún peor. La verdad hubiese deseado jamás volver a experimentar esa sensación.

Me quedé sentada en el piso tal vez esperando que él regresara, no quería perder la esperanza o aceptar que era real su abandono. Además, pensaba y pensaba en la mediocre explicación que él me dio para terminar con todo.

No puedo afirmar que él me amaba cuando claramente me había dicho que no, aunque yo siempre creí o quise sentir que sí, pero ¿No me amo porque no me creía suficiente para él, me creía manos por ser joven y sin estabilidad? ¿Por qué? ¿Cuándo le hice sentir eso? Yo jamás le pedí nada, nunca en todo el año que estuvimos juntos dependí de él económicamente, además siempre se lo dije; la madurez no está relacionada con la edad, puedo tener 22 pero siempre me mostré ante él como soy, como una mujer con autodominio, responsabilidad, y habilidad para tomar decisiones de manera efectiva… y si no me amaba ¿Por qué permitió que estuviéramos juntos por tanto tiempo? ¿Por qué ser tan egoísta?

Eran muchas las preguntas sobre él que daban vueltas en mi cabeza, y luego venían

las siguientes, las más aterradoras; ¿Y ahora qué? ¿Él volverá? ¿Recapacitará? ¿Y mi bebé? Era sobre él del único que tenia una respuesta certera, pues ya antes lo había decidido, con Richard o sin él yo iba a tener a mi hijo, tristemente

bajo una circunstancia que jamás imaginé, pero que podía hacer… ¡Yo iba a ser

su madre y su padre! No supe cuánto tiempo después que él se fue pasé allí sentada en el suelo, añorándolo y sintiéndome en un sueño inverosímil, mi cuerpo aun temblaba y al querer juntar mis manos para controlarlas observé la bolsa que él me había dejado.

La levanté y saqué lo que allí había, dos estuches, tomé uno primero y lo abrí, era una gargantilla hermosa, no sabría decir si esas piedras que tenían eran reales, pero lo parecía, era muy hermos y elegante, lo cerré y devolví nuevamente a la bolsa, tomé el otro y este era una pulsera parecida a la gargantilla, solo que tenia grabada la frase en latín, CARPE DIEM, que en teoría, anima a aprovechar el momento sin esperar el futuro... \ ¿Qué se supone que debo aprovechar? Lo devolví también a su estuché y metí en la bolsa, allí además había una tarjeta; “Muchas felicidades por tu grado y feliz cumpleaños preciosa. Besos”

Las lágrimas volvieron a bajar como rio por mi mejillas, dejé la tarjeta en la

bolsa, me levanté y la dejé en la misma mesita de donde él la había tomado. Era irónico recibir un regalo de alguien que nada siente por ti, solo por compromiso y justo cuando decide dejarte, no lo quiero… miré la hora en mi reloj y eran las 12:05 am

FELIZ CUMPLEAÑOS MIRANDA… me dije con sarcasmo ¡otro día que jamás olvidaría!

Los días pasaron y Richard no volvió… y le di gracias a Dios porque yo seguía aun ocupada con mis responsabilidades académicas, y eso entretenía mi mente. El día que me tocó defender mi tesis me sentí fatal, tanto por los síntomas del embarazo como por la ausencia del hombre que amaba y que me era difícil apartar de mis pensamientos.

No pude evitarlo y un día le escribí, más él nunca me respondió, pensé decirle que estaba embarazada, pero luego pensé que podía pensar que lo estaba presionando y desistí. Me sentía tan triste que no tuve ni ánimos de celebrar la excelente calificación que me dieron por la defensa de mi trabajo… aunque aun no tenia el titulo ya me habia convertido en una médico cirujano, y se lo fui a agradecer a mis padres, así

como también le agradecí a Dios por darme la voluntad de continuar.

. – Mamá, papá lo que soy se lo debo a ustedes, gracias porque sin estar conmigo siguen influenciando en mi vida para ser una buena persona y ponerla al servicio de los demás, mi profesión se las debo a ustedes y hoy se las dedico, los amo y los extraño mucho mamá… van a ser abuelos, por favor ayúdenme, síganme ayudando desde allá. Papá, no me sueltes de la mano… ¡los necesito, los necesito mucho mamá!

Era probable que mi llanto se escuchará por aquel lugar, pero no me importó, necesitaba desahogarme y que mejor que con ellos, las únicas personas que, aunque no estaban físicamente conmigo, me amaban sincera e incondicionalmente…

Seguí por unos días más en el apartamento con la esperanza de que Richard regresara, pero en vista de que no fue así, recogí mis cosas y me fui de allí a mi casa. Se sentía diferente y extraño, pero este era realmente mi hogar, aunque mis papas no estuvieran, y si no fuera por el bebe en mi vientre hubiese deseado nunca haber salido de aquí, más no podía renegar de ese momento, porque inevitablemente también lo estaría haciendo con mi hijo…

El día del grado decidí no ir, no tenia ánimos, además él había prometido ir conmigo… preferí entonces retirar mi titulo que era lo que importaba por administración, ya lo otro era un formalismo que no me hacía mejor médico.  Ese día me quedé en casa y en la tarde fui a trabajar como siempre.

Aunque trataba de aparentar fortaleza, la verdad es que por dentro sentía un dolor que se volvía pesado, y por momentos se me hacía difícil manejarlo emocionalmente.

Sin embrago, por mi hijo me prometí tratar de mantener la calma, no quería que él

sintiera mis penas y eso fuese a afectar su desarrollo. Como medico, sé que la salud emocional de la madre influye poderosamente en el desarrollo del bebé y en su salud, además pueden dejar secuelas para el resto de su vida… ¡Me negaba a hacerle eso a mi bebé, y por el intenté ser fuerte!

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