CAPÍTULO IX EL IDILIO TERMINÓ

RICHARD

en mi viaje a los Ángeles, siempre tenía a Miranda en mi mente, recordaba sus palabras cuando nos despedimos después de hacer el amor “Te estaré esperando” y cada vez me sentía más confundido, porque al salir de casa, sentí un vacío que me conmocionó. Estando lejos de ella, y aunque ya había sucedido, me daba nostalgia, la extrañaba si, quería volver a abrazarla y ver su linda, tierna y reconfortante sonrisa…

En ese momento era difícil entenderme a mí mismo, sé que parte de eso era porque tenía miedo, miedo a volver a entregarme y perder como antes. No creía tener derecho a obligar a Miranda a quedarse a mi lado y menos si no había sido capaz de profesarle amor, no era que la trataba mal, no, jamás, yo la he cuidado y atendido bien, en lo que mis reprimidos sentimientos me permitían. Solo que en lo que se refiere al amor, en esa parte no me sentía comprometido con ella.

Estando en mi oficina y en ese mar de confusiones de mi mente y corazón y pidiéndole a Dios una pizca de iluminación para tomar la mejor decisión, recibí la visita de la persona que jamás pensé volver a ver y menos rogando porque retomáramos nuestros planes pasados.

Verla nuevamente me generó más confusión de la que tenía…

. – Hola mi toro… – Me saludó como siempre, como si el tiempo no hubiese pasado… y yo estaba allí sentado, pasmado por su presencia pensando que era un espejismo… - ¿Acaso no me vas a saludar?

. – Julia… ¿Qué haces aquí? – fue lo que pude gesticular ¿Cuánto ha pasado desde la última vez que la vi, dos años, dos años y medio? Pensaba, estaba tan hermosa como siempre, su belleza siempre me había deslumbrado… ¡su cuerpo, su cara, su sonrisa!

 . –¿No te alegra verme? – Preguntó suavemente acercándose a mí - He vuelto por ti amor… - Terminó diciéndome con la voz quebrada

. – Pero… - Yo no sabía que decir o cómo hacerlo, si allí frente a mí estaba la mujer que tanto esperé y que aparentemente aun amaba…

. – Te heextrañado mucho Richard, y te sigo amando – Me declaró - ¿Acaso tu ya me olvidaste?

¿Olvidarla? No sabía con certeza si la había olvidado, había estado más de dos años sin ella, y luego uno más con otra mujer… ¡Claro que no sabía qué carajos sentía!

. – Julia yo… no te esperaba y… - Quise ser sincero y hablarle de Miranda, pero ella se acercó más y colocó un dedo en mi boca

. – No, no digas nada… - Luego sin más unió nuestros labios en un beso que yo no pude rechazar, y al que me entregué completamente olvidándome de todo y de todos.

. – Si hay alguien más seré paciente y te esperaré – Me dijo cuando nos separamos – Seré paciente como tú lo fuiste conmigo, pero Rick quiero que retomemos nuestros planes, nos casemos y tengamos muchos hijos mi amor…

Con esas palabras me dejó allí alucinando, me parecía irreal que esto sucediera cuando justo me sentía tan confundido… y equivocadamente lo tomé como esa señal que pedí fervientemente.

. – ¿Julia estas segura? Ya me has dicho esto tantas veces… - le señalé, porque no soportaría volver a ilusionarme con ella y que nuevamente se tuviera que ir.

. – Esta vez es definitivo mi amor, he vuelto para recuperarte y no dejarte nunca más… - Se lanzó a mis brazos y lloró provocando también mis lágrimas, que por un momento no entendí, realmente no supe si eran de felicidad o remordimiento por alguien más. – Pero necesito que me digas que si deseas volver…

. – Julia hay alguien… una chica que… - iba a decirle que me esperaba y que me amaba, que solo no podía romperle el corazón, más ella no me permitió continuar.

. – ¿La amas? – Me preguntó con melancolía – Dímelo y me iré… porque entiendo que ante la duda si volverías buscaras compañía - Pensar que se fuera nuevamente me aterró y solo negué con mi cabeza – Entonces nada nos impide retomar nuestro amor ¿verdad? ¿Por qué aun me amas verdad Richard?

. – No, nada nos lo impide, y si, aun te amo Julia…

No sabía realmente lo que estaba diciendo, y me arrepentiría de ello, pero solo pensaba en la ilusión que me hacía volver con la mujer con la que siempre deseé establecerme… y desde ese día me quedé con ella, Julia se esmeró por hacerme sentir en un sueño, pero absolutamente distorsionado de la realidad, que yo no supe distinguir, estaba en una falsa burbuja de amor, embrujado por aquella que sabía muy bien como dominarme, ¡utilizando en contra mía, lo que yo más anhelaba, formar una familia!

De vez en cuando pensaba en Miranda, ¿Qué estaría haciendo en mi ausencia?... evité llamarla, al principio no me sentí capaz, luego me olvidé completamente de ella, aunque sabía que debía presentarme ante ella y terminar lo nuestro. Así que una semana después emprendí el viaje, prometiéndole también a Julia volver por ella, si bien la invité a irse conmigo, ella muy consideradamente prefirió darme ese espacio para que pudiera resolver esa situación que me ataba allá. Entonces quedamos encontrarnos luego en la ciudad.

MIRANDA

Aunque había estado bastante ajetreada con mi tesis, me extrañaba mucho que Richard no me hubiese llamado, lo hizo las dos primeras noches, pero de allí en adelante no supe nada de él, no respondió ni mis llamadas, ni mis mensajes…

Yo quise suponer que estaba muy ocupado y preferí no agobiarlo y menos ponerme intensa, así que me conformé con esperar su regreso. Continue enfocada en la tesis que ya solo le estaba mejorando detalles de forma, porque gracias a Dios de fondo todo estaba bien.

Un día estando en el hospital me sentí muy mal, pensé que era por las noches de insomnio trabajando en la tesis, pero luego de la nada me mareé tanto que pensé me iba a desmayar… así que en el hospital la Doctora guía me obligó a realizarme unos estudios porque suponía podía ser anemia, cosa que le refuté diciéndole que tal vez era el estrés, aun así literalmente me arrastró al laboratorio.

Dos horas después tenia los resultados en mis manos, y ni estrés ni anemia… ¡Estaba embarazada! Me asusté tanto que casi me desmayo, y esta vez literal, se me fueron las luces completamente. Mi mayor temor era que iba pensar Richard, si se molestaría o si iba a sentir algo diferente al enojo… yo no estaba segura ni de que sentía yo misma, indiscutiblemente estaba angustiada, pero a la vez me sentía eufórica y decidí que aceptaría a mi bebé con el ultimo animo mencionado, y asumí que Richard podía hacer lo mismo.

Más otra cosa me tenía preparada el cruel destino… no sabía cuándo iba a volver Richard así que decidí llamarlo al salir del hospital, y como las veces anteriores no obtuve respuesta, por lo que le envié un mensaje…

. – Hola, me gustaría saber de ti ¿Sabes? 😉¿Cómo estás? ¿Cuándo vuelves?

Después de unas horas, ya estando en casa, fue que recibí respuesta de él, en un mensaje completamente impersonal que me sorprendió, pero que quise suponer fue porque estaba ocupado.

. – Mañana estaré por allá…

Eso y nada más decía textualmente su mensaje, no tomé eso tampoco como una señal, y ya iban varias, pero yo, o estaba ciega o era anormal… en fin, contenta con su regreso me dispuse a preparar algo especial en nuestro lugar favorito, para decirle que iba a ser papá.

Como sabía que no lo vería al llegar decidí dejarle todo listo para cuando llegara, es decir, su ropa como hacia siempre desde que comencé a vivir con él, yo le seleccionaba las prendas que se pondría. Allí en el bolsillo de su chaqueta le dejé una tarjeta donde lo invitaba a una cena especial para dos.

“Hola, te espero en nuestro lugar favorito a las 8:00 p.m. Tengo una bella sorpresa para ti. Besos”

El día siguiente llegó y con él así mismo la noche, no recibí ningún mensaje de Richard en todo el día, así que no sabía si había vuelto o no… sin embargo, y por las dudas me fui directo de la cafetería al restaurante, allí sabría si volvió o no…

Lo estuve esperando por hora y media y nada que apareció, por lo que supuse no había regresado de su viaje, o en su defecto, no había logrado leer la invitación. Así que ni modo, volví al auto para retornar a casa, allí lo esperaría.

Al entrar, lo vi que salía de la habitación con un bolso en la mano, me pregunté si venia llegando o se iba a volver a ir, pero verlo vestido con la ropa que le dejé me indico que ya tenía rato de estar aquí, entonces ¿Por qué la maleta, acaso se volvería a ir?… con todas mis dudas a cuesta, me alegré mucho de verlo, así que literalmente corrí a sus brazos, los que me recibieron, pero sin ninguna emoción, lo pude sentir…

. – Hola, te extrañé… - le dije abrazándolo, mientras más lo abrazaba él más trataba de alejarme, yo no quería soltarlo, quería que me abrazara como antes de irse,  no entendía porque su actitud esquiva y sentí temor…

. – ¡Miranda! – La firmeza e indiferencia en su voz fue como un puñal en mi corazón, me separé de él y lo miré directamente a los ojos…

. - ¿Qué ocurre Richard? – Le pregunté tratando de tomar su mano, pero él se alejó de mí, lo que más aprensión me creo - ¿Por qué estas así?

Después de unos segundos que se hicieron eternos él volteó…

. – Necesitamos hablar… - Me miró a los ojos y en los de él no pude leer absolutamente nada, más si estoy segura que él pudo descifrar el temor en los míos… - Hay algo que debo decirte…

. – También yo debo decirte cariño algo importante, debes saber que yo… – al escucharme él levantó la mano para que no continuara…

. – ¡Miranda no podemos continuar! – Soltó así sin más, yo solo me quedé mirándolo con el alma en los pies sin entender aun que pasaba – Desde esta noche no volveremos a estar juntos… a partir de ahora tú y yo seremos pasado… ¡Debo marchame!

. - ¿Por qué…?

Fue lo único que pude gesticular porque todo mi mundo de fantasía se vino abajo al escuchar sus medias palabras, claro que, aunque me decía que había llegado el momento de partir, yo seguía sin entender la verdaderarazón de su despedida…

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