CAPÍTULO VIII UN AÑO MARAVILLOSO

MIRANDA

Lo que viví con Richard durante todo este año fue maravilloso, aunque algo siempre nublaba mi felicidad y fue el hecho de que, en todo ese tiempo, nunca me presentó a su familia. Yo sabía que la tenía, pues después supe que su hermano Patrick era el encargado de la sucursal de la empresa donde yo trabajé y a la que no quise volver aun cuando él me insistió tanto.

También lo había visto en varias oportunidades con su hermana en la cafetería… yo nunca le exigí o insinué nada al respecto. Sencillamente esperaría hasta que él considerara era el momento de hacerlo. Del resto todo era genial, en el apartamento convivíamos armoniosamente. Disfrutábamos de estar en casa, cocinábamos juntos, o el cocinaba mientras yo hacia el aseo, juntos ordenábamos nuestra habitación que por lo general terminaba en más desastre que ordenando.

En algunas ocasiones salíamos a entretenernos a algún bar, no era una cosa imprescindible en nuestra relación, porque, de hecho, ninguno de los dos era de estar en fiesta, preferíamos estar y compartir en casa, solo lo hacíamos realmente para romper con la rutina. O íbamos a nuestro restaurante favorito y luego caminábamos por la playa o nos sentábamos a ver el atardecer a veces en un silencio agradable o conversando de todo un poco.

Cuando yo llegaba de las largas y extenuantes prácticas en el hospital, Richard siempre me atendía como una reina, y hasta masaje me daba… para que voy a negarlo, me sentía super amada y consentida, él era muy tierno, atento y apasionado, juro que lo era, no era imaginación mía.

Por lo general cuando me veía así, y que luego debía ir a cumplir con mi obligación en la cafetería, hubo momentos que también me pidió que dejara de trabajar allí, que con él no me iba a faltar nada, pero siempre me negué a aceptar su propuesta, primero; porque yo desde antes, tenía un proyecto de vida que amerita de todo mi esfuerzo, y segundo; porque eso de ser una mantenida no iba para nada conmigo, y eso siguiendo el consejo que siempre me dieron mis padres; jamás dependas de nadie… y no iba a empezar con él, además eso me hacia sentir una interesada y no lo era.

. – En serio nena, deberías dejar de trabajar y dedicarte a tu carrera… - me dijo besando mi espalda donde hacia un minuto me había dado un rico masaje - ¡Y a mí!

. – No podría, tengo compromisos…

. - ¿Qué te falta aquí? Te puedo dar todo lo que necesites…

. – Ya te dije que no estoy de acuerdo con eso – Me volteo a mirarlo – En serio amor, me gusta ser útil y… - iba a decirle que independiente

. – Aquí eres más que útil… – soltó pícaro interrumpiéndome y colocándose encima de mí…

. – Mmm tal vez, pero el sueño que tengo requiere de toda mi concentración y dedicación en ese trabajo por ahora… ¡pero aun así me puedo dedicar a ti! – le dije atrayéndolo para besarlo y dejar atrás nuevamente ese tema

Todo este año de sacrificios y dedicación dieron sus frutos en cuanto a mi carrera. Ya estaba cerca mi grado, antes le había dicho a Richard, que no iba a asistir porque no tenía a nadie en la ciudad que me acompañara y me iba a dar nostalgia estar sola, seguramente iba a recordar a mis padres, así que mejor no iba, pero él prometió hacerlo, prometió acompañarme y estar conmigo en ese logro especial, así que me animé a inscribirme en todo el paquete que implica el grado. Hice cuentas y destiné algo de dinero para comprarme un bonito vestido para ese día en especial.

Cerca de mis últimos compromisos con la universidad, Richard debió viajar para Los Ángeles y yo en cierto modo lo agradecí porque debía aún debía investigar mucho para culminar mi trabajo de grado, estaba full con eso, y él era un gran distractor estando en casa.

Entonces no me incómodo para nada que se fuera y menos que durara más del tiempo destinado para estar allá. No lo vi mal, ni me imaginé lo que vendría luego de ese viaje… como estaba tan concentrada en terminar mi tesis de grado y cumplir con los requisitos administrativos, como la presentación de solicitudes de graduación y el pago de las tasas correspondientes… ¡De verdad no vi venir la decisión que cambiaría mi vida para siempre!.

RICHARD

Es complicado expresar lo que he sentido todo este año que he compartido con Miranda, y digo complicado porque ciertamente no esperé que durara tanto. Pero la chiquilla es condenadamente encantadora y me atrapó con su dulce e inocente forma de ser, y a la vez lo apasionada que es…

Me he sentido bien con ella, realmente nos hemos complementado muy bien, solo que ella es muy entregada a lo que desea, y por momentos me hace rememorar lo que viví con Julia, en el sentido de que ella actúa con pasión en función de lo que anhela a futuro y pareciera que solo ese propósito tuviera en la vida, y realmente me incomoda, porque me parecía estar viviendo un deja vu.

Sé que Miranda estaba enamorada de mí, lo sabía no solo por su forma de tratarme sino porque se lo había escuchado decir en algunas ocasiones cuando la intensidad de la pasión nos dominaba, parecía ser algo inconsciente de su parte, la cuestión es que lo había expresado. Más yo nunca le he manifesté amor, si la quería, como no hacerlo, pero no creía estar enamorado de ella, por lo menos no aún. Tampoco sabia si era posible intentar algo más serio con ella, y menos conociendo sus planes.

A mi me encantaba verla estar en casa siempre procurando mantener todo organizado y en armonía, moviéndose de aquí para allá, cantando y bailando o simplemente tirada en el suelo estudiando, se veía tan linda, tan infantil a veces…

. – 12 años es una tontería, además la madurez nada tiene que ver con la edad… ¿No estás de acuerdo?

. – Probablemente, pero en cierto modo siempre influye la edad…

. - Hay circunstancias que te obligan a madurar antes de tiempo, pero, así como hay adultos inmaduros, también hay jóvenes muy maduros y consecuentes con lo que desean en la vida.

. - ¿Te consideras uno de ellos?

. – Tal suene prepotente, pero ciertamente sí, a mis casi 23 me considero una mujer madura, lo más difícil de alcanzar es la madurez emocional, pero estoy recorriendo ese camino… - Me respondió emocionada, sabia que estaba haciendo referencia a la relación que llevábamos y a lo que sentía por mi - ¿Por qué te preocupa tanto la edad?

. – La vida es efímera Miranda, no la tenemos comprada, hay un tiempo para todo, que, si se pasa, ya lamentablemente no puedes volver atrás, ni recuperarlo…

. – ¿Te refieres a los proyectos de vida?

. – En cierto modo… - En ese momento recordé todos los planes que hice con Julia - ¿Cuáles son tus planes a futuro?

. – Ummh… pues ya te he dicho, graduarme y trabajar duro hasta concretar mi sueño… - Se quedó de pronto pensativa, sé que es un sueño grande el que ella tiene.

. – ¿Y casarte? ¿La familia? – Indagué, aunque sabía que esta parte para ella por ahora no era prioridad.

. – Pues… sí, más adelante me gustaría formar una familia, como no, y para ello por supuesto, tendría que casarme... ¡claro, me encantaría casarme con el hombre que se robé por completo mi corazón! – Dijo sonriente en ese momento, y yo me sentí inquietó, porque no me creía capaz de ofrecerle ese amor que sus ojos me pedían.

. – Bueno, aun tienes camino por delante…

Ella me miró con algo de tristeza en su semblante y con ganas de preguntarme algo que me negué a escuchar y di por concluida la conversación.

Unos días después debí viajar a los Ángeles a concretar unos negocios, como Miranda estaba bastante atareada con su tesis de grado, me pareció buen momento para alejarme un poco, pues sabía que nos favorecería a ambos. Ella estaría concentrada en lo suyo, y yo me tomaría ese tiempo para pensar que era lo que debía hacer con mi vida, y por supuesto nuestra relación...

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