Capitulo 6

Entraron y sus miradas quedaron fijas en ellos dos, dos gotas de agua, sus corazones sentían tanta alegría de verlos.

_Quítate, dame a mi sobrino._

Hablo Ismael, quitando a Donato para ver a su sobrino, sus ojos brillaban al ver ese niño.

_Tioo, tiaa, llegaron._

Hablo el niño abrazándolos, Ambos estaban feliz, de ver a ese guapo niño, con las mismas expresiones de los Lugo.

_¿Cómo te llamas, campeón?_

_Jean Lucas Lugo._

Con mucho orgullo hablo, Todos sonrieron feliz, admirando el trabajo que había hecho Trini en su crianza a pesar de ser solo una joven.

_Nos llevamos al niño, ustedes hablen tranquilos._

Gisela se llevó al niño abrazado, dejando a Trini con el corazón a punto de salirse, viendo a Donado que se despedía de su hijo con muchos besos, hasta cerrar la puerta.

Pego su frente en la puerta, buscando la mejor manera de preguntar, por qué de su silencio, un silencio que lo había hecho sufrir por mucho tiempo.

_¿Por qué?_

Acercándose a ella, poniéndola nerviosa.

_¿Por qué me lo ocultaste.?_

_Tú me pediste que lo perdiera, ¿por qué dañaba tus planes y preguntas eso?..._

_No es una justificación, pase estos cinco años sufriendo, arrepentido de decir eso, nunca fui feliz, no deje de pensarte, de amarte, de desear regresar el tiempo y renunciar a todo para formar una familia contigo, con mi hijo, a quien imaginé muerto, me hundí en el trabajo, solo por eso._

Donato gritaba cada palabra, haciendo que trinidad sintiera sus lágrimas bajar por sus mejillas.

_¿Acaso sabes lo que pase yo? Lo que sufrí, solo recordar tus palabras, tus crueles palabras, donde solo me usaste, no te importo lo enamorada que estaba, solo te casaste, aun sabiendo que estaba embarazada, pero tu mejor solución, fue decirme que lo perdiera, no me reclames, por qué tuve que pasar mi embarazo sola, con miles de dolores y luchar por mi hijo y aun así, tuve el valor de decirle a mi hijo que lo amabas mucho..._

Donato, pasaba sus manos por su cara, su cabello, amenazaba con dar un golpe a la pared, por lo idiota que era, sabiendo todo lo imbécil que fue con ella y se atrevía a reclamar.

_Me arrepentí, trinidad, te busqué, necesitaba verte y pedirte perdón, no pude dormir tranquilo un día, cada noche pasaba por mi mente, haberte pedido eso, rogaba regresar el tiempo y pedirte tener una familia... Tener a mi hijo vivo._

_El tiempo no se puede regresar, solo puedes agradecer que decidí tener a mi hijo y le hable de ti y tu familia siempre, de buena manera._

Donato se acercó y tomo su mano.

_Por favor, perdóname, perdóname por lo imbécil que fui, por no cuidarte y cuidar de mi hijo..._

Trini se soltó suavemente.

_Dedícate a tu hijo, yo dejé todo lo que me hizo sufrir en el olvido, solo deseo ver feliz a Jean Lucas, sonreír por todos esos regalos que él desea de ti..._

Trini dejó a Donato herido, estaba tan hermosa, con su cuerpo voluptuoso, pero no tanto, su cabello largo, sus labios igual de bellos y rosados, seguía siendo su bonita, la única mujer que amaba y perdió por imbécil.

Mientras ellos seguían hablando, los viejos disfrutando de ese encanto de niño, dos jóvenes más, destinados a estar juntos, aunque ellos no querían admitirlo, seguían en discusión.

_¿Puedes dejar de ver ese teléfono? Estamos trabajando._

Hablo Genoveva molesta.

_Que vea mi teléfono, no es de incumbencia, señorita Lugo, no he descuidado mi trabajo._

Thiago, hablo para luego salir y llamar a su madre, necesitaba saber qué pasaba con su hermana, dejando a Genoveva muy molesta y celosa, sentía ganas de llorar, no reconocía al chico que le prometió tantas cosas, estaba tan indiferente con ella, solo le quedó llamar a sus padres, que le dieron unos regaños por no decir nada sobre jean Lucas.

_Hablás de mí y ya tienes el teléfono en mano._

_No me moleste, Thiago._

Hablo molesta.

_Claro, solo quieres tener de compañía a tu novio, pero no te preocupes, en tres meses me voy y serás libre._

Thiago, metió sus cosas en su maletín y salió, dejando a Genoveva con la palabra en la boca, Tirando lápiz y papel a la puerta, odiaba todo de él, en ese momento, no lo reconocía.

_¿Crees que Donato se moleste?_

_Si lo hará, pero debe entender, que él tiene culpa de eso, mi reina._

_Si salgo embarazada, ¿no te molestas?_

_No, yo quiero tener seis hijos._

Sheila abrió los ojos muy grandes.

_Estás loco, quedaré muy fea, en tus sueños tendrás esos hijos._

Dylan besó sus labios, hasta que dejara de hacer berrinches.

_Serás siempre la mujer más hermosa que mis ojos vean._

Sus palabras, tan hermosas, llegaban a su corazón, ambos quedaron dormidos, planeando en su mente lo que harían al día siguiente, lo primordial, era conocer al sobrino más lindo y esperado.

_Quiero Que viva conmigo._

Hablo Donato serio.

_¿Estás loco? No pienso dormir un día, sin mi hijo._

Hablo trinidad en vos baja, ordenando las cosas de jean Lucas, Donato no se cansaba de ver sus fotos.

_Yo no he dormido una noche con él, no quiero separarme de mi hijo, quiero recuperar muchas cosas._

Trini suspiró.

_Donato, no te aproveches..._

_Puedes dormir con nosotros..._

Hablo sonriendo.

_¿Te volviste loco? No le faltaré el respeto a Casandra, no volveré a ser tu amante jamás._

Trini salió molesta de la habitación del niño, Donato sonrió, recordó que nadie sabía de su divorcio y ella nunca supo que su matrimonio había fracasado antes de empezar.

_Yo no vivo con Casandra, mañana te mudas a mi apartamento..._

Hablo siguiéndola a la cocina, sorprendiendo a la chica.

_No, cuando quieras dormir con él, vienes aquí, su habitación es grande, ambos duermen bien._

Hablo muy seria.

_¿Cómo digas, podemos ver lo que él necesita? Quiero ser responsable de todo._

_No necesita nada, solo tu amor._

_¿Y tú? Estás muy bonita, mi..._

No termino de hablar, cuando sonó el timbre, haciendo que Trini agradeciera eso, ya era de noche, el pequeño estaba feliz, conoció a sus tíos y papá, Trinidad no era capas de estar sola con él, seguía sintiendo como su corazón latía al tenerlo cerca.

_Papi, ¿ya te vas?_

_No campeón, me quedaré a vivir aquí contigo, no me quiero separar de ti._ Jean Lucas gritaba de emoción, ya más tarde, no solo ellos estaban, también habían llegado Thiago y Genoveva, matándose con las miradas, Donato, ya tendrían tiempo de preguntarle a su sobrina, por qué le oculto eso, aunque ya sabia, pero sentía esa espinita.

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