Emociones

Susej seguía al pendiente de su teléfono por si entraba alguna llamada de Daphne, no habia sabido nada de ella en los últimos dos días y su corazón no podía estar tranquilo, sabía que necesitaba un poco de espacio y de verdad que quería dárselo pero, no podía dejar de pensar ella, releyo el último mensaje que le había enviado Erick.

"Su, vamos a estar en noruega. Creo que Daph tiene su teléfono apagado pero está relativamente bien, este viaje será bueno para ella, así que dale tiempo y espera que sea ella quien te escriba"

Suspiro, esperaba que este viaje la ayudará, de corazón lo hacía, se sentía tan inútil y tan embarazada, no podía viajar a verla, el último trimestre del embarazo era delicado así que su obstetra no le permitía volar, se lo habia preguntado, de hecho no podía ni ir en auto durante mucho tiempo y claro, Andrew cuidaba muy bien cada uno de esos detalles limitandola hasta el extremo, lo amaba y disfrutaba sus cuidados pero existían días dónde quería que la dejarán en paz y la ausencia de su amiga quien siempre tenía las palabras justas la hacía sentir tan vacía, debía dejar de ser egoísta, hacer lo que se hace cuando amas a alguien de verdad, dejar que busquen su felicidad pero ¿y si esa felicidad la alejaba para siempre? rompió a llorar, no quería ser madre si ella no era la tía de su hijo, se lo había prometido, estarían juntas en el parto y sería ella no Andrew quien la ayudará en su recuperación, si, así debía ser.

Andrew que casualmente iba a llevarle el refrigerio vespertino a su esposa se percató de su inminente crisis, estaba sentada en la cama llorando con tanto sentimiento que podría conmover a un centenar de personas de solo mirarla, no sabía que le pasaba, aunque para ser sinceros sus hormonas habían Sido una montaña rusa últimamente, igual siempre procuraba no invalidar sus emociones, por el contrario quería que ella se sintiera lo más cómoda posible, había leído al menos 30 libros de paternidad pero había reservado un espacio también para aprender a ayudarla a ella, no debía ser nada fácil estar embarazada, no solo por los cambios físicos sino por sentir tanto todo el tiempo, se rascó la cabeza, entro a la habitación con cuidado dejo la bandeja y se sentó tras de ella, abrazándola.

"¿Ha pasado algo cariño?" le pregunto con voz suave

"Quiero" suspiro " a Daphne"

¿Todo esto era por Daphne? No pudo evitar soltar una risita, de no ser su amiga más íntima sentiría una oleada fuerte de celos y un poco de odio hacia ella.

"Cariño" comenzó a calmarla "Ella va a volver"

"¿Pero que pasa si no?" soltó un chillido

"¿Cómo?"

"¿Y si no vuelve jamás a esta ciudad?" lloro un poco más "¿Y si ya no quiere ser mi amiga ni la tía de mi bebé?"

el llanto se intensificó

"Su, amor" la abrazo con más fuerza " Debes tratar de calmarte, eso le hace daño al bebé"

"Ella no va a volver" sollozo

"Su, Daphne va a volver tranquilízate por favor" la abrazo con más fuerza "Para cuando Nazca nuestro bebé ella ya estará aquí y si no está te prometo que iremos a donde sea que este, si quieres vivir allí nos mudaremos, mi deseo más profundo es tu felicidad" beso su mejilla "Daphne te ama profundamente y se que su ausencia se debe a que necesitaba espacio no a qué no le intereses"

"¿De verdad? Le pregunto "¿No te importaría mudarte?"

Andrew se sonrío "No cariño, haría cualquier cosa para hacerte feliz" acaricio su mejilla "¿Por qué no comes un poco" fue por la bandeja "Aquí hay un poco de chocolate, tal vez te haga sentir mejor"

Susej sonrío con felicidad mientras asentía con la cabeza, este era sin duda su momento favorito, cuando ella le mostraba esa sonrisa, , de esas que no dependen de los dientes sino de los ojos porque la felicidad es tan genuina que no puede disimularse, Susej y Daphne eran como imanes no podían vivir la una sin la otra, eso lo entendía muy bien y jamás haría algo que pudiese afectar esa relación, no sabía bien la historia tras esa profunda lealtad pero seguro debía ser algo más allá de lo comprensible por su pequeña mente, solo sabía que su esposa era feliz y por consiguiente su hijo y el también lo eran. Dejo a Susej comiendo y volvió a su estudio para continuar su trabajo, no dejaba de recibir llamadas y mensajes de su abuelo, pero después de lo acontecido la última vez decidió que tal vez lo mejor sería ignorarlo, estaba cansado de batallar esa guerra silenciosa entre ambos, el nunca sería lo que el anciano esperaba pero más allá de eso nunca tomaría las decisiones que deseaba y justo por eso la distancia era lo mejor para ambos, aunque claro más para él

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