Capitulo 13

Era aun de madrugada cuando Kendra se despertó, había tenido de nuevo ese sueño donde moría y en donde Ibrahim daba su vida por ella, se sentía agitada e intentó entrar a la habitación donde él dormía y notó que seguía cerrada por dentro.

La casa estaba totalmente en silencio y tuvo una idea al volver a su habitación, había un pequeño balcón en su habitación y en la de al lado, así que pensó en entrar por allí, se quitó las pantuflas y después de respirar profundo saltó hacia el otro lado cayendo suavemente.

Se acercó al ventanal y lo abrió con mucho cuidado para después entrar a la habitación de Ibrahim, se acostó en la cama con mucho cuidado, pero de igual manera él se despertó y estaba sorprendido de la tenacidad de Kendra, pensaba que esa chica estaba totalmente loca, ¿cómo había entrado a la habitación?

Él no se movió, quería saber que era lo que ella quería hacer y notó como ella lo abrazaba, colocando sus piernas con cuidado encima de las de él, intentó no hacer ningún movimiento, pero el roce de su piel con la de ella hizo que él se tensara.

Ella pareció no darse cuenta, así que cerró los ojos e intentó dormir y fue en ese momento en que Ibrahim abrió los ojos, no podía seguir teniéndola tan cerca.

-¿Kendra que haces aquí?

-Ibra no hagas ruido, quiero dormir – le contestó ella acurrucándose más contra él

Él sentía su cuerpo muy junto al de ella, su aroma era delicioso y no sabia como alejarla, no sabia que hacer con ella, en realidad si había algo que quería hacer, pero no la tocaría hasta que estuvieran casados y menos después de lo que ella le había dicho, pensaba que todo era una trampa para destruirlo.

-¡Kendra vete de mi habitación! – estaba comenzando a molestarse

-No me iré – hablaba sin soltarlo

Ibrahim se la despegó y se levantó agarrándola como un saco de papas la sacó de su habitación y la llevó hasta la de ella, dejándola allí parada.

-Si vuelves a entrar a mi habitación, no importa de la manera que lo hagas, te voy a amarrar a tu cama – ella lo miró de arriba abajo y él lo notó, llevaba un pantalón de pijama y su torso estaba desnudo

Kendra observó su cuerpo casi desnudo, pudo ver sus músculos totalmente definidos e intentó tocarlo, él de inmediato tomó su mano y negó con la cabeza.

-¿Para que estas haciendo esto? ¿estas buscando usarme para sustituir a otra persona? – había desconfianza en la mirada de él

-¿Estas celoso? – ella sonreía mientras lo seguía viendo

-¿Has visto suficiente o quieres ver más? – la mirada de ellos decían más que sus palabras

-¿Me mostrarías más? – él no supo que decirle y salió de la habitación e intentó volver a dormir, pero ella no salía de sus pensamientos.

A las seis de la mañana se levantó y su humor no era el mejor por no haber podido dormir bien, pasó la noche pensando en que Kendra entraría en cualquier momento en su habitación.

Luego de ducharse fue hasta el closet y al ver sus camisas recordó lo bien que se veía Kendra con la que se había puesto la noche anterior, así que escogió una camisa negra, pero después de pensarlo bien terminó colocándose una blanca.

Cuando bajó al comedor ya Annia y Kendra estaban en el comedor charlando como si se conocieran de toda la vida lo que sorprendió mucho a Ibrahim, nunca había visto a su hermana compartiendo con alguien de esa manera y hasta sonriendo, sobre todo después de la muerte de sus padres.

Annia llevaba puesto el uniforme de la escuela y Kendra tenia un hermoso vestido blanco que la hacía ver como una muñeca.

Ver a su hermana tan relajada y contenta hacia que Ibrahim se sintiera bien, ellos solo se veían los fines de semana al principio, pero después él comenzó a viajar y sus reuniones se fueron haciendo mas esporádicas, a veces se veían una vez al mes.

-Ibra, buenos días - lo saludó Kendra con una gran sonrisa y Annia también lo saludó con mucha alegría

-Es hora de irme al colegio – dijo Annia y se fue despidiéndose de ellos

La pareja se quedó sola desayunando y Annia estaba feliz porque pensaba que su hermano ya no estaría solo.

-Ibra, ¿Cómo vas con la tierra del este que quieres comprar? – él la miró asombrado

-¿Cómo sabes que quiero comprar unas tierras? – el aun recordaba lo que ella le había dicho la noche anterior

-Solo responde – contestó ella y él no dijo una sola palabra

-No te estoy tratando de sacar información, se que te dije que la familia Smith quiere que me convierta en su espía, pero no voy a hacer eso, no voy a ser tan tonta como para ayudarlos a destruirte, después ¿quién me ayudaría a mí? – él solo la miraba sin decirle nada

-Ibra, ¿tu me conocías de antes? – esa era una pregunta que a ella le rondaba en la cabeza, sobre todo en su antigua vida

-Todos te conocen, no creo que no haya una persona en esta ciudad que no sepa quién eres – no le diría la verdad, que ella se le había acercado en el momento en que más solo estaba

Cuando terminaron de comer él se levantó y se fue a su estudio, mientras tanto ella fue hasta la cocina y todos los empleados que quedaban se pusieron alertas al verla, pensaban que había sido irracional cuando había despedido a sus compañeros.

-¿Necesita algo joven señora? – preguntó de inmediato la jefa de la cocina

-No, nada, solo estoy dando un vistazo – notó que todos allí estaban nerviosos

Había recordado que alguien había estado envenenando a Ibrahim, la jefa de la cocina siempre había sido honrada y Kendra había probado cada uno de los platos que habían servido en el desayuno, entonces podría ser que el veneno lo estaba colocando las personas que preparaban el café.

-¿Dónde dormían los sirvientes que preparaban las bebidas de Ibrahim? – Joseph que había llegado de inmediato la llevó a las habitaciones

-Señora las habitaciones no han sido limpiadas aun – ella entró y comenzó a revisar cada rincón

Lo que le estaban dando a Ibrahim era algo que no se notaría fácilmente, ni siquiera cuando se hiciera la autopsia, así que comenzó a revisar y en una esquina debajo de la cama encontró una pequeña caja con pastillas, las cuales eran muy pequeñas, sacó una y con una simple presión se volvió polvo.

-Joseph quiero que averigüen que es esto y nadie le entregue nada al señor si usted o yo no lo probamos antes, creo que lo están envenenando

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