Capitulo 5

Ibrahim mantuvo sus brazos alrededor de Kendra por algunos minutos y sintió que toda su ira se iba de su cuerpo poco a poco, Joseph los veía asombrados y no quería hacer ni una pizca de ruido para no romper el momento, pero como nada es para siempre el teléfono de Ibrahim sonó.

-Señor en treinta minutos tenemos la reunión con la empresa de telecomunicaciones – escuchó que dijeron del otro lado y Kendra lo soltó, pero el siguió abrazándola sin dejar que se fuera de su lado.

-Debo ir a la empresa – la voz de él era suave y fue después de decir eso que la soltó

Ella le regaló una sonrisa y se alejó de él, cuando salió del despacho le dijo a Joseph que por favor limpiaran el desastre que Ibrahim había hecho y se fue al jardín, se sentía un poco cansada por el esfuerzo que había hecho.

Al morir Kendra había ido directo al infierno por sus malas acciones y mientras estuvo allí había sido un demonio que manipulaba la mente de los que estaban a su alrededor, al parecer podía hacer lo mismo en esta nueva vida, pero sentía que eso la cansaba muchísimo.

Antes de irse Ibrahim fue a despedirse de su futura esposa, se suponía que este tiempo juntos era para que ella se hiciera a la idea de que ese sería el hombre que pasaría el resto de su vida, pero el cambio que ella había dado hacia que fuera él quien quisiera casarse casi que de inmediato.

-Espero que te vaya bien, yo voy a esperar a que vuelvas para que comamos juntos – le regaló una sonrisa que hizo que el corazón de Ibrahim se detuviera, así que le dio un beso en la mejilla y se fue

Cuando Kendra notó que Ibrahim se había ido tuvo una idea, ella quería cuidarlo y evitar que todas las cosas malas que le habían ocurrido volvieran a suceder, así que llamó a Joseph y le dijo que quería tener una reunión con los empleados de la casa, lo que le causó un poco de desconfianza en el hombre.

Mientras se reunían Kendra se había escondido y había escuchado lo que esas personas pensaban de ella, lo cual no era nada agradable y ella debía hacerse respetar como la futura esposa del dueño de la casa.

Luego de unos minutos todos estaban en el jardín de la casa, casi todos los empleados tenían poco tiempo trabajando allí y algunos eran espías enviados por la familia Smith y por el tío de Ibrahim, estos estaban para sacar información y hasta para molestar a Kendra.

-Joseph, estoy un poco cansada acércame esa silla por favor – Joseph le llevó una silla de ratán blanco

Kendra se sentó y puso la barbilla en una de sus manos con actitud aburrida, los empleados vieron lo hermosa que era y se habían dado cuenta de porque había deslumbrado a su jefe.

-Señora, todos los empleados están aquí – Joseph comenzó a presentárselos uno a uno y de igual manera se la presentó a todos

Cuando Joseph hubo terminado ella se levantó y los miró uno a uno, sus hermosos ojos azules iban de aquí para allá viéndolos a todos fijamente, su mirada era seria y a algunos hasta les dio miedo.

-¿Quién se encarga de la cocina? – preguntó ella

-Yo señora – dio un paso adelante una mujer de unos cuarenta años y le mostró las otras personas que colaboraban con ella

-¿Quién se encarga del café del señor? – siguió preguntando y dos mujeres levantaron la mano

-Joseph quiero que despidas a esas dos personas, no me gustan, me dan mala espina y si mi futuro esposo quiere café yo misma se lo haré – las dos mujeres no creían lo que escuchaban

-¿Hemos hecho algo mal?

-No, pero creo que ya no son necesarias en esta casa – Joseph le hizo señas al personal de seguridad para que las llevara aparte

-¿No te gusta mi decisión o es que quieres irte con ellas? – le dijo Kendra a un empleado que la miraba con mala cara

-No señora, su decisión es ley en esta casa – Kendra le sonrió, pero era una sonrisa maligna y escogió a otras personas más para que se fueran

De pronto miró hacia una chica que estaba entre la multitud y se acercó a ella la miró de arriba abajo y volvió a donde estaba la silla.

-Joseph saca de aquí a esa chica, no me gusta el olor de su perfume – ella se tapó la nariz como si el olor llegara a donde estaba

-Kendra no puedes hacerme esto, ¿en qué te puede ofender mi perfume? – gritó la mujer que acababa de despedir y se le fue encima para golpearla, pero el personal de seguridad fue más rápido y se la llevó a rastras

Nadie se atrevía siquiera a respirar fuerte por miedo a perder su trabajo, Kendra siguió hablando con los empleados y vio cuando la última mujer que había despedido intentó írsele encima para rasguñarle la cara, por lo que Kendra para defenderse le dio una bofetada lanzándola en el piso y esta vez la sacaron de la casa.

Kendra recordaba a esa mujer de su otra vida, ella era espía de su hermano y cada vez que podía le contaba a Ibrahim todo lo que ella hacía, además de intentar seducirlo, pero él solo tenía ojos para Kendra y como no pudo hacer nada por las buenas un día llegó ante ella toda golpeada y con marcas en el cuerpo acusando a Ibrahim de haberla violado.

Al saber esto Kendra se molestó de inmediato y se vengó de Ibrahim teniendo sexo con otro hombre, él negó de todas las maneras posible lo que esa mujer decía, pero su prometida no le creía ni una sola palabra.

Luego de unos días todo el mundo hablaba de lo que Ibrahim le había hecho a su empleada generando la critica del publico en genera y haciendo que sus acciones cayeran terriblemente, tiempo después se descubrió que todo era mentira y que todo había organizado por su hermano Renier.

Así que en esta vida iba a ir quitando del medio a todas esas personas que la habían molestado y habían hecho sufrir a Ibrahim, en realidad ella quería sacar a esa mujer de la casa lo más pronto posible ya que la había recordado porque había fingido caerse ante su prometido cuando ella llegó, pero él ni la miró.

-Creo que es todo, pueden volver a sus obligaciones – les dijo y todos se fueron de inmediato

-Joseph, a los empleados que quedaron quiero que les des una bonificación del doble de su sueldo, quiero que se sientan bien y recompensados por su buen trabajo, a los que despedí págales un mes de sueldo y que no pisen esta casa nunca más – el hombre aceptó y se fue

Joseph conocía a cada empleado y pensaba en si era casualidad o suerte que los empleados que Kendra había despedido eran los que causaban problemas y que espiaban a su jefe para llevar información a terceros, lo cual le daba mucha alegría que fuera ella quien los echara.

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