Capitulo Catorce: Lidian y la votación

Entonces?-

- A ver si entiendo, quiere que me convierta en su amante así la magia del caos cura sus posibles enfermedades?-

- Si lo pones así, verás Zarina mi magia puede hacer lo que propongo, pero es más sencillo así además de cumplir un fetiche.-

- Fetiche.-

- No sé que tanto debería hablar contigo de esto, pero espero contar con tu completa discreción.-

- Por supuesto concejal Centurión.-

- Lidian, por favor y no me hables de usted me siento más vieja de lo que ya soy querida.-

- De acuerdo Lidian, Me honra en serio, pero...-

- Te he visto Zarina, cada vez que vengo a rectificar tu informe sobre tu progreso con la magia del caos eres hermosa y fascinante por eso me atrevo a plantearte esto solo necesitas decirme tus condiciones, que es lo que quieres.-

- No puedo, no estoy pasando por un buen momento.-

- Niña no estoy pidiendo tu corazón, solo tu cuerpo y tu magia.-

- Como lo supo?-

- Puede que mi apariencia sea joven, pero tengo mucha experiencia con asuntos del corazón, ambas podríamos ayudarnos.-

Después de mucho conversar y tratar de convencerme sin éxito se marchó, claramente no fue ni la primera ni la última vez que lo intento hasta que mi respuesta fue más directa y solo se rindió.

- Ven aquí.-

- Antes necesito saber cuáles son tus condiciones Lidian.-

- Quieres mi voto mañana? Se mía está noche.-

- Quiero saber algo.-

- Habla.-

- Porque aún me quieres? Ya tienes lo que quieres, tienes salud y juventud.-

- Por qué? Ya lo sabes, la magia que tú posees es diez veces más poderosa que la de cualquier bruja o mago y leí por ahí que su efecto es permanente si hablamos de sanar o puedes llamarlo un fetiche quien no disfrutaría de tal compañía.-

- Júralo.-

- Aún me estimas?-

- Por supuesto que si Lidian.-

- Entonces no hará falta, no te preocupes tu cumple tu parte y yo la mía.-

- Está bien.-

Me acerqué a ella, era hermosa sin duda y aunque ella me veía como algo que poseer yo cumpliría sin importar que.

- Bésame.-

Tomo su mano y la poso en mi mejilla besando su palma, luego su muñeca y su antebrazo hasta llegar a su hombro y cuello finalmente la mire besando sus labios.

- Quiero que me beses como la besas a ella.-

- Que?-

- Tu forma de besar, me miras y siento que no es genuina así que quiero que me beses y me toques como si fuese ella créeme no me voy a ofender.-

Cierro mis ojos y por un momento imagino que Ana está frente a mí.

- Eso es, ahora de rodillas.-

Caigo ante sus pies, no puedo parar de verla, beso su abdomen, sus muslos. Siento sus manos acariciando mi cabello, mi cabeza entonces toma mi mentón y me levanta ayudándome a desvestirme.

- Tu piel es tan suave.-

Roza con sus dedos mi cuello, hace a un lado mi cabello y besa mi nuca haciendo partícipe su lengua, susurrando en mi oído.

- Siéntate en la cama.-

Lo hago y ella me sigue sentándose sobre mí... Sigo viendo a Ana, era ella. Se quitó la bata dando a relucir sus curvas, su cuerpo desnudo era perfecto tenía que hacer la mía.

- Que esperas.-

- Solo estoy disfrutando la vista un poco más.-

Se ríe y me besa. Mi mano toma su cintura mientras que la otra viaja por su abdomen hasta su humedad y mis dedos empiezan a trabajar podía notar lo excitada que estaba tan como con ver como con sus manos presionaba mis piernas, su cadera empezó a menearse, sus manos se adhirieron a mi cuello y ese meneo se convirtió en un contoneo que subía y bajaba haciendo que mis dedos desaparezcan en su interior cada vez más constante y con fuerza con cada gemido hasta llegar a lo deseado. Ambas estábamos agitadas, tratando sé recuperar el aliento, pero también con ganas de más mucho más pues esto era solo el inicio de lo que será una larga noche.

- R-recuestate.-

Me besa tan apasionadamente como es posible, bajando directamente hacia mi zona húmeda su boca consume mis fluidos a un ritmo ansioso haciéndome sujetar las sábanas. Toma todo de mí y yo de ella una y otra vez de tantas maneras como se es conocido hasta que nos rendimos del cansancio permaneciendo tumbadas en la cama.

- Pronto saldrá el sol, tengo que volver a mi habitación.-

- Sé que no querrás, pero tengo que preguntarte, quisieras que nos volvamos a ver?-

- Lidian está noche yo estuve contigo pensando en ella y estuvo mal, así que sí... Digo tendrías que rectificar mis informes no?-

- Si nos divertimos tanto como ahora, dalo por hecho.-

- Genial.-

Nos damos un último beso, uno real. Me vestí rápidamente y fui a mi habitación.

- Espero poder dormir un poco.-

- Hija? estás despierta?-

- Mamá, sí… Sucedió algo?-

- No, anoche no pude dormir.-

- Yo tampoco, podríamos ir a desayunar si quieres.-

- Estaría bien.-

Fuimos a desayunar, Pietro y Kedirk se nos unieron no hablamos de la votación, ya que queríamos disfrutar el desayuno.

- Discúlpenos en breve comenzaremos la votación, las vemos allá.-

- Por supuesto, los alcanzamos enseguida.-

Se fueron e inmediatamente mamá me miró con intriga pero no dijo nada.

- Sucede algo?-

- No es nada, debemos ir al salón.-

- Está bien? Vamos.-

Lidian ya se encontraba con los demás miembros del consejo, hablaban entre ellos antes de tomar sus lugares.

- Pasen a la sala por favor.-

Era hora de la conclusión, estábamos dispuestas a responder y apelar a cualquiera de sus reclamos solo esperamos que no haga falta, talvez la votación sea favorable.

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