Capítulo 5: El Primer Amor de Cecilia

El final de las clases se acercaba inexorablemente, y Cecilia había soportado durante todo un año los abusos y humillaciones de Karen y sus amigas. Pero sabía que estaba tejiendo su propia telaraña de venganza, y su momento finalmente llegó durante la última clase de gimnasia del año. El salón de deportes era compartido con el tercer año, y este era el momento en que podía observar a Oscar en su máxima expresión. Fue entonces cuando su plan comenzó a tomar forma.

Con astucia y sigilo, Cecilia se acercó a la mochila de Oscar y robó su celular. Sabía que Oscar se iria fuera de la ciudad en un viaje a Brasil con sus padres, lo que le ofrecía la oportunidad perfecta para llevar a cabo su siguiente paso. Dos días después de la partida de Oscar, Cecilia le envió a Karen mensajes desde el celular de él, informándole que el viaje se había cancelado y que debía encontrarse con ella en el parque cercano al frondoso bosque de pinos. El mensaje prometía una sorpresa romántica que Cecilia tenía reservada para ella, con la advertencia de no contarle a nadie. Su plan estaba en marcha, y estaba segura de que Karen no sería rival para ella.

Karen llegó al lugar de la cita, emocionada y expectante. Mientras esperaba, recibió otro mensaje, insitándola a adentrarse en el bosque, donde la sorpresa la aguardaba envuelta en una manta. Llena de entusiasmo, Karen se adentró en el bosque y avistó una manta marrón a lo lejos. Corrió hacia ella con un corazón acelerado, pero lo que encontró fue algo tan horrendo que sus gritos quedaron atrapados en su garganta. Cecilia emergió de la oscuridad, un tronco en mano, y golpeó brutalmente la cabeza de Karen. Bajo la manta se hallaban los restos descompuestos del perro que Cecilia había asesinado previamente.

El impacto fue tan brutal que Karen ni siquiera tuvo tiempo de gritar. Cecilia la arrastró por el bosque hasta un lugar apartado, donde nadie podría escuchar sus gritos. Todo estaba calculado y preparado, Cecilia había pasado meses cavando un pozo profundo cerca de un árbol en el bosque, un lugar donde planeaba llevar a cabo su venganza con meticulosidad. Karen, aturdida y entre la conciencia y la inconsciencia, suplicaba que la dejaran ir, prometía no volver a interferir y hasta amenazó con terminar su relación con Oscar si era eso lo que quería. Cecilia solo la miraba con una expresión fría y oscura, una mirada que anunciaba el sufrimiento que estaba por venir.

Cecilia disponía de un arsenal de herramientas con las que había torturado animales en el pasado. Ahora, estas mismas herramientas se volvían instrumentos de tormento. Comenzó lenta y deliberadamente, pateando el estómago de Karen con tal fuerza que la hizo vomitar. A medida que la atacaba, Cecilia repetía que Oscar ahora le pertenecía a ella, y solo a ella. Arrancó una a una las uñas de las manos de Karen, arrojándolas al pozo que había cavado. Siguió con un bisturí, cortando trozos de la piel de Karen mientras esta gemía de dolor. Sin embargo, su enfoque principal fue en la cara de Karen, desgarrándola hasta desfigurarla, mutilando los labios y los párpados. Karen, al borde del colapso, perdió el conocimiento, pero la tortura no cesó.

Cuando Karen recuperó la conciencia, ya no estaba en la misma posición. Había sido arrastrada al pozo que Cecilia había cavado. La tierra comenzó a cubrirla lentamente mientras Karen luchaba en vano por liberarse. La mirada de Cecilia se mantuvo fría y calculadora mientras observaba las últimas bocanadas de aire de Karen siendo aplastadas por la tierra. Una sonrisa tenebrosa se dibujó en su rostro mientras el sufrimiento de Karen culminaba.

Con su tarea completa, Cecilia caminó de regreso a su casa a través del bosque, un territorio que conocía como la palma de su mano. Llegó a casa de sus abuelos, tomó su merienda y se retiró a dormir. Al día siguiente, las noticias llenaron las estaciones de radio y los canales de televisión. La desaparición de Karen se había convertido en un misterio público, una historia que todos seguían. Se decía que había salido a tomar un helado con sus amigas y nunca había regresado. Las amigas de Karen eran las principales sospechosas, pero la búsqueda no arrojó resultados y Karen no fue vista nuevamente.

El tiempo pasó, y mientras la búsqueda de Karen continuaba, Cecilia no había terminado con su plan de venganza. Cuatro meses después de la desaparición de Karen, sus amigas tampoco escaparían al tormento que Cecilia había preparado para ellas. A medida que comenzaba el nuevo año escolar, un minuto de silencio fue dedicado a la memoria de Karen. Oscar, aturdido por los eventos, reflejaba una tristeza evidente en su rostro.

Cecilia aprovechó esta oportunidad para acercarse a Oscar, compartiendo su pesar por la pérdida de su compañera. Lo que parecía ser una amistad compasiva en realidad era el primer paso en una serie de manipulaciones que llevarían a Oscar a unirse más estrechamente a ella. El primer amor de Cecilia había sido marcado por un oscuro secreto, una trama retorcida que seguía tejiéndose con cada paso que daba. El engaño, la manipulación y la crueldad estaban entrelazados en su camino, una danza macabra que solo ella podía entender y controlar.

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