En medio de un pasillo obscuro y secreto Angelina se movió
lentamente, sus piernas no estaban bien recuperadas, apenas se mantenía
caminando encorvada, pero era mejor que nada, tiempo atrás gracias a la
obsesión de Gustavo mandó crear este túnel entre la habitación y el despacho,
cuando la deseaba a menudo la cargaba hasta allí para estar en sus reuniones y
abusar de ella, en realidad la mujer muchas veces cuestionaba si no era más que
una muñeca inflable.
Entró en la oficina tambaleándose y sudando profusamente,
desconectó la cámara de vigilancia, había aprendido de su esposo fingiendo
dormir, en treinta y siete años juntos conoció las contraseñas los movimientos
y todo lo que hacía, por fin había obtenido una oportunidad, se dirigió al
cajón de las memorias USB debido a la naturaleza del negocio de su esposo
siempre había muchas limpias no estaban contadas, así que tomó un par.
Encendió la computadora sentándose en la silla probablemente
estaba haciendo demasiado esfuerzo pero no podía detenerse, observó las
carpetas “contabilidad”, “no autorizado” y finalmente “Mascota L” copió estos
tres archivos, los demás serían incriminatorios pero si lograban mostrar esto,
sería suficiente. Sacó las memorias y las llevó a su pecho, ahí las guardó,
apagó la computadora, conectó la vigilancia y finalmente empezó su triste
camino hacia el dormitorio.
Las fuerzas comenzaban a caer en picada, nunca había
caminado tanto seguía sudando profusamente, la obscuridad la envolvía, las
caras de su amado Octavio y padres se le aparecían así que tomaba fuerzas de su
voluntad solamente. Al llegar a la habitación observó que Gustavo comenzaba a
mantener una respiración agitada despertaría pronto, aseguró las unidades en el
tubo inferior de su silla con un poco de cinta adhesiva, junto con el teléfono.
Se encontraba desplomada en el suelo estirando su mano hacia
la silla que la llevaba diariamente, que la acompañaba a su infierno diario,
que era el testigo silencioso de sus lágrimas, de las cosas que Gustavo le
hacía cada noche, en eso una mano la tomó justo debajo del pecho.
- ¿Qué estás haciendo? – preguntó Gustavo
- Necesito ir al baño – improvisó ella, intentando
ignorar el asco que su toque le provocaba, debido a ello, Gustavo no sospechó
porque había ocurrido alguna que otra vez, la tomó entre sus brazos cargándola
gentilmente y colocándola en el baño, la había ayudado en todos los sentidos,
humillada hizo sus necesidades, él la limpió suavemente acomodando su ropa
- Eres muy hermosa – dijo el hombre llevándola a
la encimera del lavabo y ahí sació sus necesidades
- Ya no puedo – exclamó Angelina, exhausta – por
favor, - sus ojos vidriosos dejaron de enfocar, el hombre sonrió, apenas eran
las 4 de la mañana, finalmente la recostó a su lado
- Eres completamente mía – susurró, provocando un
escalofrío en ella, ambos se durmieron
Por la tarde Angelina revisó el teléfono había un mensaje
debería llevar las pruebas a grupo CASTTOR sólo tenía un día, era un alivio que
Elena le pidiera acompañarla al día siguiente, le dijeron que la llevarían a
una sala, debía dejar las pruebas en el respaldo de una silla, así que
necesitaría convencer a su hija y futura consuegra la llevaran. Observó la
batería, sólo una carga de un 35% sus manos temblaron, era su único rayo de
esperanza. Guardó todo antes que Rosa llegara con el té de la tarde, mantuvo el
teléfono bajo su cuerpo con el corazón desbocado esperando que su celadora no
notara nada extraño, hasta cierto punto Gustavo era un poco manejable por ella,
esta mujer sin embargo, no era así porque buscaba una mínima indicación de
traición de su parte para poder disfrutar de los castigos que veladamente su
esposo le daba, eliminar sus comidas, hacerla beber extrañas sustancias que la
hacían sentir que se quemaba, por lo que era de quien más debía cuidarse, otro
salto del corazón se dio cuando la mujer indicó que se llevaran la silla para
mantenimiento.
- Rosa, esta es mi silla favorita – dijo
aparentando calma – mañana deseo usarla
- Señora tiene dos más
- Quiero esta – volvió a decir, no era nueva esta
conducta, varias veces sus rebeliones consistían en estos detalles
- Debemos llevarla a mantenimiento – insistió la
mujer, Gustavo llegó en el momento crítico cuando la discusión se estaba
volviendo seria
- Es mi silla favorita – repitió la mujer
- ¿Qué está sucediendo? – preguntó Gustavo, un
resumen pequeño de Rosa le hizo darse cuenta de lo que pasaba, en otro momento,
Gustavo escucharía a Rosa, pero esta vez Angelina parecía muy débil, consideró
que estaba bajo mucha presión ya que debía salir a menudo con Angelina, ambas
eran antagónicas, miró la herida en la pierna de su mujer, había una cicatriz
muy grande provocada por su propia hija, - deja que se quede con la silla
- Pero, señor – intentó convencerlo Rosa
- No me hagas repetirme – dijo el hombre
acariciando la mejilla de su agraviada mujer, apretando las manos Rosa tuvo que
retroceder, ese tono podía escucharse gentil, pero en realidad la estaba
amenazando. Según él eran los pequeños detalles que le permitían mostrar a su
mujer cuánto la amaba.
El relato de Angelina terminó en este instante, obviamente
sólo contó lo importante, su testimonio contra Gustavo y sus fechorías contra
su familia, pero ella recordó mentalmente el largo camino que la llevó a este
instante sus lágrimas jamás abandonaron sus ojos, la ropa negra absorbía el
agua.
- Nos vestimos de negro porque todos los que
estamos aquí estamos de luto dijo la mujer. - Me parece que es momento que
hablen los otros – se apartó con ayuda de Lucas detrás de uno de los
guardaespaldas
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Comments
Rosalinda Quintanilla
OMG ella se unió a la venganza, espero que pueda rehacer su vida
2024-07-31
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