10. Boda

Mientras no se dijera nada en contra Estela y Amanda

continuaban con los planes de boda, de hecho la mujer organizó una cena con sus

padres y la madre de Lorenzo, el hombre después de muchos ruegos, reclamos,

chantajes y lo que se les ocurrió decidió aparecer en el elegante restaurante,

estaba vestido con su ropa de oficina, eso no le agradó al señor Serna, pero la

idea de poder descansar un poco de las llamadas de su hija histérica le

permitían disculparlo incluso si se hubiera presentado en ropa interior.

Ambos hombres ya se conocían de tiempo atrás, aunque en

realidad no se caían muy bien, ahora debían disimular que estaban en buenos

términos ya que pronto “serían familia”, Lorenzo disimuló una mueca de

desprecio mientras el padre de Amanda una sonrisa de burla.

En realidad muy pocos sabían que su hija tenía un trastorno

mental grave, debido a este trastorno ella era peligrosa, desde niña mostró un

comportamiento violento, mató a la mitad de sus mascotas de hambre, a la otra

mitad las destazó ella misma, pero ¿qué podía hacer? Era su única hija y jamás

la recluiría en un psiquiátrico, así que si ella deseaba a esta nueva “mascota”

llamada Lorenzo Castellanos se la daría con gusto, de hecho se alegraba que

esto llegara a su fin ya que llevaba muchos años empecinada en acercarse al

hombre.

La primera vez que escuchó su nombre la hija tenía cerca de

quince años, en ese momento estaba en la escuela secundaria, aunque el chico no

la notó una sola vez hasta que estuvieron juntos hasta la universidad, una vez

le sugirió a su hija que era más fácil secuestrarlo y llevarlo a una isla

desierta y allí ella haría lo que deseaba, pero ella era terca y deseaba que él

se “entregara” a ella, si conocía a su hija tendría lista por su parte una sala

de juegos lista para “disfrutar” de su luna de miel, eso no le importaba,

podría lidiar con la desaparición de un hombre como el, además con un poco de

suerte también se adueñaría de las empresas CASTTOR y como bono su hermano Ramy

que en menor medida padecía lo mismo que su hija podría echar mano de Estela

con la que también se había obsesionado. El por su parte si tuvo suerte y “casarse”

sólo le llevó cinco años. La esposa de Gustavo Serna los saludó con apenas una

mueca desde su silla de ruedas, su expresión era de total indiferencia como si

se tratara de la secretaria del hombre o una mujer elegida al azar para llenar

un hueco.

La mujer observó a la chica que debería despertarle el amor

más grande ya que la parió años atrás, sin embargo, sólo sentía un profundo

desprecio por ella y el padre que la hizo engendrarla, al menos era la única

que sobrevivió de su familia, era lo que más lamentaba no haber muerto con

todos, observó sus puños cerrados y fingió una ligera sonrisa, recordó a sus

padres que fueron cazados frente a sus ojos, a su marido que fue torturado dos

meses frente a ella, hasta que finalmente cedió “casarse” con el monstruo junto

al cual tenía la desdicha de despertar cada mañana, finalmente el desgraciado

de Gustavo lo eliminó con “misericordia” con una bala en la cabeza, observó sus

inútiles piernas. El mismo Gustavo las rompió cuando al saber que estaba

embarazada de su amado intentó huir, el bebé por supuesto murió al ser

abortado, y ella era vigilada día y noche, no tenía permitido morir sin que el

señor Serna estuviera de acuerdo, y debido a que la obsesión en esta familia

era extrema, al ver cómo su suegra falleció a los setenta años de edad no tenía

posibilidades de morir antes, lo intentó de muchos modos, sin éxito alguno, sin

embrago, dos personas notaron las extrañas expresiones de la mujer.

Un celular tipeó unas palabras y fueron enviadas de manera

inmediata, el celular que recibió el mensaje se encendió, aquellos ojos que lo

leyeron se abrieron de par en par enviando algunos más. Durante la cena las

personas en esa mesa tenían sus propios pensamientos, las hermanas de Lorenzo

rechazaban a su futura cuñada por razones diferentes, sin embargo, ambas

hermanas odiaban a Amanda. Sheila decidió asistir sin su esposo e hijos, lo

cual era un desaire a los Serna, pero poco le importó, Lala mantenía una mueca

de ira, su madre amenazó con cortarle los gastos si no se presentaba.

Por su parte Estela tampoco estaba cómoda, ya tenía

suficiente con soportar a la caprichosa de Amanda todo el día como para ahora

estar sentada junto al imbécil de Ramy, Gustavo sólo tenía ojos para su mujer

que apenas y se movía un ápice para que dos secretarios uno masculino y una

femenina, corrían a ajustar su postura, la mujer era percibida por los

forasteros como amada por su marido, si al menos supieran la verdad nadie la

envidiaría, ya no pudo soportar ver a su hija y “marido”, solicitó ir al

sanitario.

Salía de uno de los cubículos acompañada por su secretaria

cuando una mujer tropezó con la adusta mujer carcelera que la seguía, sin

querer estaba pasada de copas y le salpico de una sustancia extraña, parecida

al gel en la ropa.

-          Límpiate la ropa – ordenó Angelina a la mujer

que no la dejaba sola

-          Señora, no puedo dejarla fuera de mi vista

-          No saldré, afuera está André ¿recuerdas? –

añadió la madre de Amanda, mientras la borracha salía de la habitación – aquí

te esperaré, o ¿crees que puedo correr? – añadió molesta

-          De acuerdo – desapareció tras el cubículo, una

sombra femenina salió tras uno de los cubículos más cercanos a los lavabos,

Angelina se sobresaltó, en el celular le escribieron un mensaje “¿desea escapar?”

era una pregunta pensó la mujer, asintió con la cabeza, “¿qué nos dará a

cambio?”, colocó el celular en su mano “lo que sea” contestó con resolución en

sus ojos, “se enfrentará a su esposo”

-          ¿Está todo bien señora? – interrumpió la voz de

la celadora para asegurarse que seguía ahí

-          Si, Rosa todo bien – replicó mientras tecleaba a

toda velocidad “si me prometen que lo acabarán puedo darles pruebas de todo lo

que ha hecho”, “trato” fue la respuesta, ambas mujeres sonrieron una a la otra,

la puerta se abrió y Rosa miró a su alrededor, la inválida la observó sin

ningún rastro de culpa o nerviosismo no detectó a nadie más en el cuarto de

baño, aun así tenía una ligera duda, pero no pudo comprobar nada.

-          La llevaré con el amo – dijo levantando una

ceja, era extraño que su “ama” no hubiera intentado dejar alguna huella de

rebeldía, se detuvo en la puerta y preguntó a André si nadie había entrado o

salido, el hombre confirmó con el lenguaje a señas, nadie había cruzado la

puerta, ambos se alejaron del sanitario.

Mientras sus pasos se alejaban una mujer descansaba sus pies

sobre el piso y la anterior mujer “borracha” entró al sanitario hablaron por

unos segundos y cada una volvió a sus lugares en el restaurante.

Pasaron al postre para finalmente dar fin a la cena

caminaron a la salida mientras sólo Amanda sonreía tratando de tomar el brazo

de Lorenzo sin éxito, y el padre de Amanda hablaba por teléfono, Ramy iba al

lado de Elena, Sheila y Lala caminaban discutiendo en voz baja entre ellas, así

que Angelina iba siendo empujada por Rosa y el hombre estaba dos pasos detrás; nadie

se fijaba en quien limpiaba los pisos por lo que cuando se retiraban del lujoso

lugar nadie notó a la mujer que levantó ligeramente el vestido de la señora

Serna, no notaron el teléfono celular que se depositó en la parte baja de la

silla, sólo la misma señora Serna, pues ésta era la mujer con la que se

contactó en el baño, tácitamente guardaron silencio y ninguna dio indicios de

nada a los demás, fue una acción rápida y apenas esquivaron que les vieran

porque en eso la futura suegra habló.

-          Me encantaría que nos visitaras más seguido en

casa, Angelina – dijo Estela con una sonrisa rígida

-          A mi padre no le agrada que mamá salga de casa –

replicó Amanda , ni de su vista, pensó para sí misma

-          Bueno pero, estará junto a ti ¿no? – continuó

Lala no le agradaba su “futura cuñada”

-          En ese caso les confiaré a mi hermoso tesoro

para que lo protejan – las palabras de Gustavo Serna parecerían amorosas, la

mujer retiró apenas el rostro para evitar el beso en la mejilla, una mirada de

desprecio se ocultó mientras el hombre sonrió con suficiencia, no importaba

cuántas veces esta mujer intentara huir era imposible, tres intentos de

suicidio y varios intentos de huida, ahí seguía atada a él y a sus deseos

siempre que lo necesitara, observó a Lorenzo, el mismo final le esperaba, si

Angelina pudiera le advertiría de hecho lo intentó dos veces y siempre fue

interrumpida, al final se dio por vencida

-          La cuidaremos como se merece – replicó Lorenzo

apenas mirándola hacia abajo enarcando una sonrisa que no se dignaba a mostrar

ni a su madre

-          Rosa y André se encargan de sus necesidades –

sonrió el hombre – creo que le vendrá bien algo de compañía siempre está a mi

lado – intentó bromear, luego miró a su mujer que parecía ajena a la

conversación, como si no se tratara de ella, la voz de Gustavo se endureció -

¿querida qué opinas?

-          ¿Puedo opinar? – replicó la mujer y los

Castellanos se rieron por el chiste, el hombre la miró de forma severa – como

gustes sabes que siempre termino haciéndote caso – completó antes de hacer una

seña para que la metieran al auto.

Esta era una obsesión que funcionaba como una maldición para

ambos lados ya que si bien ella no podía dejar a Gustavo, este tampoco la

lastimaba personalmente y desde lo de las piernas jamás le puso la mano encima

incluso mataba a quien lo hiciera así que estos comentarios eran lo único que

ella podía expresar para darle a entender su descontento, el hombre pensó que

su esposa se comportaba igual que siempre, se había preocupado un poco por su

silencio a mitad de la cena pero en realidad todo estaba normal.

Las noticias en casa de los Serna habían valido la pena, de

hecho confirmaron lo que sabían, Angelina odiaba a su hija y a su marido y

estaba más que dispuesta a ayudarlos, el grupo de venganza recibió la noticia

con gran algarabía y expectación. Tardaron tres años en infiltrar a una persona

a esa casa y aunque no trataba con Angelina directamente pudo captar esta

información tan valiosa y necesaria, el problema es que Angelina casi nunca

dejaba la residencia ni tampoco estaba en contacto con nadie que no fuera, su

esposo, hija o los secretarios, nadie más podía dirigirle la palabra, no tenía

amigos o celular, nada.

-          Deberías ser más prudente con tus comentarios,

la niña aún no tiene lo que desea – recriminó Gustavo a su mujer en la

habitación

-          ¿Por qué debería? Te odio a ti y a esa loca –

replicó la mujer mientras tomaba con gran sutileza el teléfono en su mano

suerte que era un modelo tan pequeño cerró la mano con fuerza para que no se

notara lo que hacía, el hombre la obligó a mirarlo a los ojos – TE ODIO –

repitió enfatizando cada sílaba la mujer - Y al producto de tus violaciones –

el hombre la ignoró llevando a la mujer a la cama, esta colocó el celular bajo

el colchón con destreza antes que le dieran la vuelta con brusquedad, sintió

una mano elevarse por su torso.

-          Mientras que yo te deseo como si fuera el primer

día – susurró en su oído – eres mía, no lo olvides, hasta que yo lo desee

-          Jajaja – se burló ella – sin mí te morirías,

estás tan obsesionado conmigo que no puedes perderme de vista – añadió, el

hombre había dejado de escucharla como siempre perdido en la lujuria, ella

cerró los ojos aferrándose a ese rayo de esperanza.

Mientras uno en la habitación se perdía en un deseo

apasionado el otro se sumergía en un precipicio lleno de obscuridad, las

lágrimas brotaban de las mejillas de Angelina, esto no le importaba al hombre

que la sometía, ajeno a todo lo demás, la figura de Amanda se deslizó a

observar la escena, desde muy pequeña sabía que a su padre no le importaban los

sentimientos de su madre, que no era amada, por ello entendió que sólo con

poder obtendría a quien ella deseara y que tal como su padre, no le dejaría ir

bajo ninguna circunstancia, cuando su padre alcanzó el clímax ella también lo

hizo le excitaba imaginar a Lorenzo en la misma situación que su madre, sin

salida, sólo suyo, necesitaba a Pavlov, le llamó en medio del pasillo, el joven

suspiró con resignación, sólo una semana más. Y esa maldita boda se llevaría a

cabo.

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