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Y Kalé ¿donde está?

Al día siguiente en la mansión Zell

–Layla, ¡buenos días! - Layla quien salto ahogando un grito de susto, observo a la pequeña Jane quien ya se encontraba lista para comenzar el día

–Señorita Jane, ¿qué hace despierta tan temprano?, anoche durmió muy tarde - Jane que solo deseaba ir y saludar a su trabajador favorito se levantó temprano y se alistó antes de que Layla si quiera se levantará "hablando retóricamente".

–Vamos a con Kalé, debo saludarlo y después regañarlo, ¿por qué no me avisó que no iba a llegar?, debió mandar a alguien a avisar o una carta tal vez, no lo sé, debió venir y luego regresarse a lo que sea que estaba haciendo. - La niña quien se encontraba refunfuñando bajo deprisa las escaleras de la mansión ignorando el desayuno pues se dirigía directamente a las caballerizas, estaba planteando miles de formas para regañar a Kalé por preocuparla de esa manera.

–Señorita espere - grito Layla quien en cuanto salió del gran susto que se llevó y la gran sorpresa al ver a qué tal grado Kalé le importaba a la niña, salió corriendo detrás de Jane.

Jane quien iba casi corriendo a las caballerizas llegó en un dos por tres.

–¡Kalé, Kalé! - llamaba la niña, llamando la atención de todos los trabajadores, pero a uno en especial este era nada más y nada menos que...

–¡Diego, Diego!

–Buenos días señorita Jane, ¿como se encuentra el día de hoy?

– Bien, bien, buen día para ti también, ¿Sabes dónde está Kalé?, No le veo por aquí, ¿fue alguna parte?, Es que no llegó anoche - Susurro la pequeña ésto último como si estuviera contando un secreto a su mejor amigo.

–Cuanto lamento decirle esto, pero el joven Kalé no ha llegado ha trabajar, si quiere saber el porque le recomiendo que vaya con Julián, dudo que lo hayan despedido es un gran trabajador, pero tal vez el renunció no lo sé. - Diego se encontraba apenado al decirle aquellas palabras que no aportaban nada a la gran duda de la niña.

–Lo lamento señorita - susurro Diego disculpándose con la pequeña que ya se iba del lugar con los ánimos por el suelo.

–Niña usted corre muy rápido - Hablo entre risas Layla quien apenas alcanzaba a Jane.

–Layla en ¿donde se encuentra Julián? - Layla borró su sonrisa en cuanto vió el rostro abatido que se cargaba Jane.

–¿Que paso niña? - Jane elevó su carita mirando fijamente los ojos de su nana.

–Kalé no se presentó al trabajo, me preocupa que haya pasado algo, vamos llévame a dónde está Julián. - Layla tomo la pequeña mano de la niña llevándola hacia donde se encontraba Julián.

–Julián la señorita Jane quiere hablar contigo - Julián se acercó a su pequeña ama, y pudo notar que algo no estaba bien, pues parecía que la niña estaba perdida en sus pensamientos.

–¿Que sucede joven ama? ¿Esta enferma? ¿Quiere que llame a la duquesa? - Jane miro a su mayordomo y le regaló una dulce sonrisa al ver la preocupación reflejada en los ojos de este.

–Sabes si Kalé llegó?, Es que a noche cuando yo me fui a dormir el aún no llegaba - Relato Jane

–No pequeña ama el no llegó en ningún momento - Fue lo único que Julián dijo.

Solo basto para que aquellas palabras fueran escuchadas por Jane para que a esta se le empezarán a cristalizar sus lindos ojos, los cuales reflejaban una preocupación inmensa.

Cualquier persona pensaría que Jane estaba siendo exagerada, ese tal Kalé era un desconocido para la niña apenas y lo conocía hace más de una semana y media, pero para Jane estaba bien justificado ese pesar que sentía en su alma, Kalé se había convertido en alguien especial en la vida de la niña, le tenía un gran aprecio y el que Kalé hiciera algo que no era propio de él la entristecía, ya fuera que el joven había decidido irse o le haya pasado algo, ambas cosas la preocupaban y entristecía de gran manera que su pequeñita cabecita no podía explicarlo.

Jane a su corta edad ya comprendía la maldad en el mundo, ella sabía que era peligrosos salir a las calles, esa era la razón principal que la tenía acongojada, tal vez le había sucedido algo malo a Kalé y ella siendo pequeña no podía hacer nada al respecto.

Decidió ir al pueblo, escapando de su casa por milésima vez, más en cambio esta vez tenía una razón diferente por la cual hacerlo.

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En el despacho de la duquesa

–Julián, puedes mandar a llamar a ese muchacho... al encargado de las caballerizas ¿Galé? - Demandó la duquesa con desdén.

Se había propuesto investigar sobre Kalé directamente, ya no le estaba gustando eso de espiarlo y no conseguír información contundente sobre eso que él buscaba por lo que había decidido ser directa, le daría esa información que el buscaba a cambio de que el dejara la mansión Zell y Hamill para siempre, si se resistía le plantearía una muy buena oferta, ella sabía que nadie se podría negar a esa gran oferta que estaba por plantearle a Kalé.

Sonrió para sus adentros por tan gran idea que había tenido, tendría a ese hombre fuera de la vida de su hija en menos de lo que canta un gallo.

–Joven duquesa sobre eso, el joven Kalé no se presentó a trabajar - Camila salió de sus pensamientos bruscamente al enterarse de aquello.

–¿Que? - Cuestionó desconsertada

–Ayer fue su día de descanso y desde ayer que no regresa, la señorita Jane, ella lo ha estado buscando desde ayer en la noche - relato Julián a su Ama

–¿Y cuando pensabas decírmelo? - Su mirada fría hizo que un Julián ya afectado por el comportamiento de Jane ante la desaparición del jovén temblara ligeramente.

–Ahora mismo mi señora, pero eso no es todo - Julián que siempre mantenía una imagen tranquila ante su jefa bajo su mirada dudando si decirle o no a su ama aquello que nadie sabía.

–Habla Julián, dime de una buena vez todo lo que tengas que decir - Hablo duramente Camila

–Le adelante el sueldo de este mes al joven, lo hice porque prometió pagarme, además... - ese pequeño corto que Julián hizo pareció eterno para la duquesa que estaba a Nada de explotar.

–Además - insitó Camila para que Julián siguiera hablando.

Camila quien se encontraba apretando la mandíbula por el enojo solo esperaba las siguientes palabras del mayordomo para ir tras Kalé.

–Desaparecieron cosas de la caja fuerte - Confesó Julián.

–Ese don nadie ¿se llevó algo? - Cabreada a más no poder hablo Camila, su tono de voz demostraba que mata*í* a ese hombre en cuanto se le pusiera enfrente.

–Apenas hoy nos dimos cuenta, no sabemos si el fue quien lo hizo, no se puede comprobar, me tomé la libertad de llamar al comandante para que viniera a revisar y así saber que paso con exactitud, sobre lo que desaparecio fue el oro que tenía guardado - El tono de voz con el que Julián recitaba aquellas palabras eran ya mucho más calmado, pero no dejaba de tener cierto nerviosismo en su organismo.

–No, no quiero que esa carta que mandaste al comandante llegué a sus manos, intersecta a quien la lleva. - Camila tomo un gran suspiro para calmarse y empezar a pensar con claridad.

–Quiero que llames a un falcón, todo esto lo haré por mi cuenta, ¿Entendido? - La duquesa quien se encontraba ya más calmada entrego una bolsa con oro a Julián.

–Eso es para que se lo des al Falcón quiero que lo lleves a Güidlo a la media noche, recibirá la otra parte cuando cumpla su cometido ahora retirate - demandó con voz fuerte.

Ahora donde te metiste Kalé, enserio contigo son puros problemas...

Je-je

Sigan leyendo y gracias por el apoyo.

Besos y abrazos

..DM..

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Comments

Anonymous

Anonymous

soy yo esperando más capítulos....

2023-08-11

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